lunes, 12 de mayo de 2014

MINERÍA EN EL SISTEMA CAPITALISTA-IMPERIALISTA (2da parte)

Artículo escrito por la Socióloga Lina Solano para la Revista ConCiencia Revolucionaria No.40. Importante análisis sobre el impacto de la minería en los países semi-coloniales.

 Segunda parte de Minería en el sistema Capitalista-Imperialista.

2. Impactos sociales de la minería en las semicolonias
El negocio mundial de los minerales está controlado por las corporaciones transnacionales, las cuales a través de él acrecientan su poder con la extracción de super ganancias que se hacen a costa, entre otras cosas, de no tener que responder por las denominadas “externalidades”, es decir, los daños ambientales y sociales que provoca la minería en los sitios en donde se asientan los emprendimientos.
Si bien, estos daños también se causan en los países base de los capitales mineros, son los países dominados por el capital transnacional en su calidad de semicolonias, en donde con mayor crudeza se evidencia el costo de la acumulación capitalista en la minería.

En el presente artículo no mencionaré sobre los gravísimos daños que se produce en el ambiente en todas las fases de la actividad minera, para centrarme en algunos de los efectos sociales más relevantes en los países semicoloniales:

a) Pérdida de soberanía. En las últimas décadas se ha evidenciado una mayor pérdida de la soberanía de las semicolonias. Uno de los principales componentes de esta pérdida de soberanía es el control directo de territorios por parte las corporaciones mineras, el cual puede hacerse de distintas maneras, incluso cuando en apariencia los Estados refuerzan dicho control.

b)  En Ecuador la actual Constitución dice en su artículo 1 que el subsuelo es de propiedad del Estado, sin embargo una concesión minera puede ser otorgada para 25 años renovables, lo que significa en la práctica la pérdida del control de ese territorio que pasa a manos de las empresas concesionarias.
El control de los territorios donde existen los minerales lleva incluso a la invasión militar y la guerra, como sucede por ejemplo en El Congo país que posee el 80% de las reservas mundiales de coltán. El conflicto bélico en El Congo, que involucra a Ruanda y Uganda, deja ya más de 4 millones de muertos. Las corporaciones se sirven de los propios ejércitos nacionales para la guerra por los territorios, y han creado un conflicto armado permanente, donde los africanos son carne de cañón de los magnates del coltán, el oro, los diamantes y otros minerales. 

Así las corporaciones mineras se adueñan del subsuelo despojando y desalojando a los propietarios de la tierra que están asentados sobre las concesiones. Esta apropiación incluye el agua, tanto superficial como subterránea y todos los demás componentes de los diversos ecosistemas de un territorio.

La pérdida de la soberanía también se evidencia en la mayor penetración del capital a través de imposición de decisiones sobre la economía del país. Las decisiones en cuanto a qué produce una semicolonia no parte de las necesidades o intereses de esos países sino de las necesidades e intereses de las corporaciones. Jamás se ha dado el caso de que un país semicolonial haya sido consultado sobre lo que producirá.

En cuanto a la minería la decisión de que esta sea la principal, o una de las principales actividades económicas de una semicolonia, es tomada desde arriba de acuerdo a las necesidades de las grandes transnacionales y los grupos de poder locales a ellas ligados, es decir, de acuerdo a las necesidades del negocio y la competencia en el mercado internacional.

El caso de Ecuador es ilustrativo, no se ha consultado ni siquiera a las comunidades directamente afectadas por los proyectos mineros que se pretenden desarrollar, algunos de los cuales han sido denominados de “prioridad nacional” por el gobierno actual. Esta es una clara muestra de la imposición de decisiones que ya fueron tomadas desde los años 80 y 90, época en la que inició la prospección y localización de los yacimientos, para lo que el Banco Mundial realizó un desembolso de 24 millones de dólares para el proyecto PRODEMINCA. De esa manera se estableció el mapa minero de Ecuador, y se comenzó la concesión de casi la cuarta parte del territorio nacional a razón de un dólar por hectárea a distintas compañías mineras, muchas de las cuales vendieron posteriormente las concesiones con extraordinarias ganancias.

Todo este proceso de pérdida de soberanía frente al capital minero también implica la modificación de la legislación de los países a fin de hacerla más adecuada a la penetración y saqueo. En el caso de Latinoamérica, a partir de los años 90 se introdujo reformas en casi todos los países, cuando no se creó leyes específicas a fin de dar todas las garantías a la inversión extranjera. En Ecuador tenemos en ese contexto las leyes conocidas como “Trole” que se hicieron en el gobierno de Jamil Mahuad.
Otro ejemplo de esto son las últimas reformas a la ley de minería, que se  enviaron con carácter de urgente a la Asamblea y fueron aprobadas por la mayoría gobiernista en junio del año pasado. Las reformas buscan atraer a los inversionistas dándoles mayores facilidades para obtener una concesión, ya que se redujo los trámites, así como el tiempo para la aprobación de la licencia ambiental de 16 a 6 meses. No cabe duda de que las reformas van en beneficio directo de las empresas, ya que entre otras cosas, establecen que la entrada en vigor del cobro de las regalías extraordinarias será después de que las empresas hayan recuperado la inversión.

En el caso de los países que han firmado Tratados de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, como México, el capital minero transnacional de los países norteamericanos se ha beneficiado de toda la desregulación e impunidad que amparan estos tratados, en especial las mineras canadienses.
“Las políticas neoliberales instrumentadas en México desde mediados de los años 80 e impulsados con mayor vigor a partir de la entrada en vigencia del TLCAN han tenido una enorme importancia para las actividades de las empresas mineras canadienses en México…

En un discurso pronunciado en 2005, el embajador canadiense en México Gaetan Lavertu indicó que "la gran mayoría de las concesiones mineras otorgadas en México a empresas extranjeras pertenecen a empresas canadienses. El grueso de estas inversiones procede de la provincia de Columbia Británica…

…En diciembre de 2001, 225 empresas mineras tenían operaciones en México (lo que constituía el 40% de la inversión extranjera en el sector), de las cuales 209 empresas controlaban el interés mayoritario de los proyectos de inversión. En 2001, las empresas de Canadá invirtieron en el sector minero en México más que las empresas de cualquier otro país. Además, México importa de Canadá el 75% de la maquinaria metalúrgica y el 4.4% de todas las necesidades de este sector.” (Dhillon. 2007).

Los Tratados de Libre Comercio cumplen así su función afectando directamente la soberanía de los países semicoloniales y favoreciendo la dominación del capital transnacional.

c) Reprimarización de la economía de las semicolonias. Dentro de la división internacional del trabajo, a las semicolonias se les ha asignado el papel de proveedoras de materias primas. El nuevo boom minero que ha hecho subir el precio de los minerales en el mercado mundial, hace más necesario mantener y profundizar ese papel, ya que así las corporaciones pueden explotar los minerales y trasladarlos a sus países para allí realizar el procesamiento y la transformación en mercancías que luego venderán incluso en los países proveedores de la materia prima, manteniéndose el perverso círculo del colonialismo.

En aplicación a las recetas del Consenso de Washington, en Latinoamérica se introdujeron medidas neoliberales tendiente a hacer más favorables las condiciones para la inversión extranjera. El sector minero fue uno de los más beneficiados, dándose un incremento en las inversiones mineras.
“Entre 1990 y 1997, a nivel mundial las inversiones en exploración minera crecieron en 90 por ciento. Y en América Latina el aumento fue de 400 por ciento, equivalente a una inversión acumulada de 17 mil 300 millones de dólares. Esta región se convirtió así en la principal receptora de capitales mineros en todo el mundo, a pesar de representar sólo 30 por ciento del total de las inversiones mundiales.”. (Castro. 2013).

Muchos países de Latinoamérica han vuelto a acentuar su dependencia de la minería. Es el caso de Colombia: “La mayor apertura tiene diferentes consecuencias en la estructura productiva nacional, con un fuerte proceso de desindustrialización, desagrarización y desarrollo de servicios de transporte en favor de la minería y el turismo.” (Bonilla. 2011.50).

Así obedientemente los países caminaron a una mayor especialización, en el caso Colombiano a un nuevo auge de la minería de carbón. “Estas dos décadas de apertura económica se caracterizan por haber alcanzado algunas metas de estabilidad y haber propiciado la transición del modelo agroexportador del siglo xx hacia la nueva minería de exportación del siglo xxi, sin modificar la estructura de desigualdad de la sociedad colombiana.” (Ibid).

La tendencia general es entonces a depender cada vez más de la exportación de materias primas, en especial de minerales, y Ecuador se enfila directamente hacia ella poniendo a la minería como la actividad que sustituirá la era petrolera. El propio Presidente actual Rafael Correa ha manifestado por varias ocasiones que las reservas mineras del país alcanzarían a 200.000 millones de dólares, cifras que no provienen de investigación o estudios que haya realizado el Estado, sino de las propias empresas mineras. Estas reservas son mayores a las petroleras que estarían en el orden de 70.000 millones, por lo que en esto justifica el gobierno el apoyo que ha venido dando a los inversionistas extranjeros.

Es importante señalar que al reprimarizar la economía se renuncia a largo plazo a generar cadenas productivas y procesos económicos locales que permitan una industrialización, por lo que se mantendrá la dependencia de los productos elaborados fuera del país.
Otro aspecto a tomar en cuenta es que al dar prioridad a un sector como el minero se afecta a otros, especialmente el agrícola, desplazando población campesina e indígena que producen, en especial, para el mercado interno, desapareciendo tradicionales cadenas de subsistencia de las que se mantienen familias enteras, y, afectando a su vez la Soberanía Alimentaria de las semicolonias, con lo que se profundiza la dependencia y sometimiento económico con respecto a los países que nos proveen, inclusive de alimentos, favoreciendo de esta manera al capital que monopoliza la producción de comida a nivel mundial.

d) Mayor empobrecimiento de las semicolonias. En contraposición a lo que difunden la publicidad de las corporaciones mineras y los gobiernos pro-minería: “Para lograr el objetivo de mayor ganancia y acumulación de capital, la industria busca disminuir sus costos aumentando la pobreza: mejora su tecnología, abarata los costos de la materia prima, disminuye tiempos y distancias, paga menos a la trabajadora y al trabajador, evita impuestos, logra nulas regulaciones ambientales y legales, se aprovecha de tratados de libre comercio, obtiene créditos blandos, busca servicios baratos o gratuitos (agua, energía, infraestructura, etcétera), externaliza los costos sociales y medioambientales y logra subsidios, entre otras fórmulas.” (Castro. 2013).

e) Todo ello lleva a un mayor empobrecimiento de los países semicoloniales donde las transnacionales extraen los minerales. Los ejemplos sobran en Latinoamérica: Perú, que lidera el ranking minero en la región con un 58% del total de sus exportaciones correspondientes a la minería en el año 2011, colocándose como el segundo productor de cobre después de Chile, y el sexto de oro a nivel mundial con la mina más grande de Latinoamérica que es Yanacocha situada en Cajamarca, mantiene cifras alarmantes de miseria como las que dan cuenta de que el 45% de los niños y adolescentes peruanos vive en la pobreza y, además, cuatro de cada cinco menores de entre 6 y 11 años no tienen garantizada en sus casas un “agua segura” para beber, según un informe presentado en marzo de 2011 por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés). Además, Cajamarca ha pasado de ser el cuarto departamento más pobre del Perú antes del inicio de las operaciones de Yanacocha, al segundo puesto de pobreza en el vecino país, donde 77.4% de su población vive en la pobreza y 50.8% en extrema pobreza; el 50% de los niños sufre desnutrición y tiene uno de los índices más altos de mortalidad materna. Los distritos de Chetilla y la Encañada que están dentro del área de influencia de Yanacocha presentan los siguientes indicadores: “En Chetilla, el 39% de hogares carece de electricidad, el 58% de sus mujeres son analfabetas. La desnutrición infantil es del orden del 74%. En el distrito de la Encañada, el 90% de su población carece de electricidad, el 44% de sus mujeres son analfabetas y la desnutrición infantil es del 52%. De ahí que, el Índice de desarrollo humano (IDH) para Chetilla es del 0.46 y para la Encañada es del 0.47.” (Salinas. 2012).

A pesar de la inversión y la enorme cantidad de minerales que sale de Latinoamérica ningún país logra el ansiado “despegue” para el “desarrollo”. Actualmente “…cuatro años de extracción de plata y un año de oro es equivalente al tesoro colonial arribado a España desde la Conquista hasta la emancipación de las colonias americanas en 1808.” (Castro. 2013).

Todo lo contrario se hace más grande la brecha de desigualdad. Por efecto de la minería en México: “Mientras cinco familias mineras mexicanas entran a la lista de los multimillonarios del mundo, cinco millones de mexicanos se suman a la cifra de pobreza extrema en el país.” (Juárez. 2013).
Otro ejemplo es el de Brasil, primer productor de hierro a nivel mundial, que mientras la empresa VALE se ha convertido en la mayor empresa de minerales diversificados del mundo, las grandes masas de pobres continúan sumidos en la miseria tanto en el campo como en las ciudades. Claro que actualmente VALE ya no es de propiedad estatal y mayoritariamente sus accionistas no son brasileños. El gobierno brasileño y los inversores de ese país controlan solamente un poco más del 15% del total de las acciones. En el 2012 VALE ha repartido a sus accionistas USD $ 6.000 millones mientras 16 millones de personas aún viven en la extrema pobreza y 1,4 millones de niños se ven obligados a trabajar para sobrevivir.

La otra cara de la moneda de la pobreza de los pueblos latinoamericanos son las exorbitantes ganancias que la minería produce para las corporaciones, incluso bajo regímenes considerados por algunos autores como “progresistas”. Por ejemplo en el caso Latinoamericano, específicamente en Chile, señala Eduardo Gudynas, las ganancias remesadas al exterior por las empresas extranjeras pasaron de 13 mil millones al finalizar el mandato de Ricardo Lagos “…y de allí volvieron a crecer bajo Michel Bachelet a más de 25 mil millones de dólares…” (Gudynas. 200).

Todos los beneficios que se dice recibirán los países y las comunidades por la minería que les permitirá salir de la pobreza no pasan de ser un mito y marketing de sus campañas publicitarias de las empresas y los gobiernos. La realidad es que la minería metálica industrial ni siquiera es un sector que genera ocupación. A nivel mundial emplea 2,75 millones de personas, 0.1% de la Población Económicamente Activa (PEA), es decir, apenas el 0,09% de puestos de trabajo.

Además la cantidad de mano de obra que requiere la minería depende de la fase de la actividad en que se encuentre, siempre en las fases iniciales habrá más puestos de trabajo, sobre todo durante la construcción de la infraestructura para el funcionamiento de la mina, pero luego se reducirá drásticamente en las fases de explotación debido al uso de maquinaria, tecnología de punta y mano de obra calificada. Los salarios de este sector son bajos y permanentemente se conoce de conflictos laborales. En la mayoría de casos no se paga seguridad social, las jornadas de trabajo son extensas y extenuantes y no se dan buenas condiciones para los trabajadores, de ahí que los conflictos laborales en el sector son permanentes.

Al contrario de los ofrecimientos de empleo con el que las compañías mineras engañan a las comunidades, lo que provoca la minería es la pérdida de formas tradicionales de subsistencia, en especial afectando a las Pequeñas Unidades Productivas que abastecen el mercado interno y ocupan mano de obra de las familias campesinas. Mediante el despojo y contaminación la minería afecta áreas donde comunidades campesinas e indígenas mantienen formas de producción agrícolas, ganaderas, forestales, y otras como la caza y la pesca para el autoabastecimiento o para los mercados locales. Con ello se deja en la desocupación a una gran masa de población rural con los consiguientes problemas sociales.

Otro aspecto a tomar en cuenta en cuanto al empobrecimiento de las semicolonias es que el negocio de las mineras es el saqueo, es por ello que no pagan una cantidad significativa por motivo de regalías y otros impuestos y tributos. En muchos casos debido a las legislaciones tan flexibles que se han impuesto y la falta de transparencia, evaden fácilmente los impuestos. “… en Brasil, las empresas mineras disfrutan de exoneraciones tributarias (no pagan el impuesto a Circulación de Mercaderías), y los royalties y valores de la Contribución Financiera por la Exploración Minera que llegan a los municipios son bajos (1 a 3% de facturación líquida), donde también los cálculos los hacen las propias empresas.” (Ibíd.).

Como bien lo dijo Eduardo Chaparro represente de la Cámara de Minería de Colombia en un evento realizado en Bogotá en marzo del año pasado: “Nadie en el mundo, nadie, ni ningún país, independiente del régimen político que lo maneja, hace minería por deporte, afición o filantropía sino porque interesa ganar dinero”. Y esa acumulación de la ganancia se tiene que hacer a costa de sumir en la pobreza y la contaminación a millones de seres humanos, porque a más de los tradicionales indicadores de pobreza, se debe tomar en cuenta que los pasivos ambientales que deja la minería obligan a las poblaciones afectadas a vivir en ecosistemas donde el agua, el suelo y el aire están contaminados, es decir, que estas poblaciones se ven obligadas a vivir en condiciones no aptas para la vida humana ni de otras especies, produciéndose graves daños en la salud y la salubridad, por los que nadie responde. Un caso emblemático es el de La Oroya en el Perú que figura entre las 10 ciudades más contaminadas del Planeta. Conocida como la ciudad de “los niños de plomo”, ya que casi la totalidad de su población infantil tiene plomo en sangre debido a la contaminación del complejo metalúrgico de propiedad de la empresa estadounidense Doe Run. “Según un informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), el 97% de los niños y niñas de entre los 6 meses y los 6 años y el 98% de entre 7 y 12 años presentan altos niveles de plomo en la sangre en la ciudad de La Oroya (Junín).”[1]

f) Mayor endeudamiento. Lejos de los discursos de los gobiernos y las empresas mineras, otro efecto de la minería en las economías de los países semicoloniales es un mayor endeudamiento. Lo que está ocurriendo con nuestro país es muy ilustrativo en este sentido. Al tener en perspectiva el inicio de la explotación de minas a gran escala en el Ecuador el endeudamiento externo ha crecido, especialmente con China, país que está invirtiendo fuertemente en el sector minero, habiendo adquirido ya las concesiones de Corriente Resources ubicadas en el norte de la provincia de Zamora y Sur de Morona Santiago, con 2 de los 5 proyectos denominados “estrellas” por el actual gobierno: Mirador y Pananza-San Carlos. Igualmente Junefield, otro consorcio chino, finiquitó en diciembre de 2012 la negociación del proyecto Río Blanco con la empresa canadiense International Mineral Corporation (IMC) en la parroquia Molleturo, provincia de Azuay. Al tiempo que la inversión minera china aumenta, este país asiático ha pasado a ser el principal acreedor de Ecuador, llegando el monto de la deuda actualmente a USD $ 8.700 millones de dólares, y en condiciones que el mismo gobierno ha reconocido como peores que las del Fondo Monetario Internacional.

Los préstamos que aumentan la Deuda Externa van a su vez para favorecer al capital minero. Hay que recordar, en el caso de Ecuador, que desde 1993 ya se comienza a recibir préstamos dirigidos a favorecer la inversión minera como fue el crédito dado por el Banco Mundial para el Proyecto PRODEMINCA, y gran parte del endeudamiento actual con China está dirigido al sector hidroeléctrico cuando se sabe que la industria minera es una de las que más energía eléctrica demanda.

 “Minera la Alumbrera es el mayor cliente individual de electricidad. Consume el 80% del total consumido por toda la provincia de Tucumán. Según el Ente Nacional de Regulación de la Electricidad, la mina consume el 25 por ciento de la energía eléctrica suministrada a la Región del NOA y el 87 por ciento del consumo total de la provincia de Catamarca. Una enormidad de energía, al igual que los 100 millones de litros de agua dulce que extrae diariamente del acuífero el Campo del Arenal, único reservorio de agua pura de esa zona catamarqueña. Los gobiernos facilitan y ponen a disposición estos recursos a las multinacionales, incluso a costas de restringirlos a los propios habitantes.” (Cristiani. 2009).

Incluso sin que se comience la fase de explotación ya comienza el endeudamiento de los países receptores del capital minero transnacional.

“Y la historia se repite… En la estrategia imperialista nuevamente se manifiesta la necesidad de promover un nuevo plan de endeudamiento externo sudamericano.

En el caso de la mega-minería a cielo abierto, este endeudamiento público se da través de la infraestructura que necesitan estas corporaciones privadas para realizar la exploración, la explotación y el transporte de minerales. De esta manera los argentinos tendremos que hacernos cargo de proyectos faraónicos en materia de comunicación, transporte y energía, por citar sólo los principales.
Asumiremos el costo de caminos, puentes y puertos por donde transitarán las materias primas y minerales que se llevarán del país. Tomaremos deuda para la construcción de embalses, diques, centrales hidroeléctricas, acueductos, gasoductos y oleoductos para que no les falte la gran cantidad de energía que emplean estas empresas multinacionales atraídas por la oportunidad de riqueza fácil y rápida que representa Argentina. También deberemos poner a disposición nuestros ríos, arroyos, lagos, acuíferos y demás cuencas para que estas empresas extractivas la despilfarren y contaminen.” (Ibíd.).

La Deuda Externa implica mayor dependencia, sometimiento, imposibilidad de autonomía. Un dato de 1994 es revelador respecto al endeudamiento de los países que basan sus economía en la minería: Doce de los 25 Estados más dependientes de minerales del mundo (la mayoría de ellos concentrados en el África subsahariana) fueron clasificados por el Banco Mundial como “países pobres altamente endeudados”, la categoría de países más complicada. Y es justamente el continente africano el más pobre del planeta a su vez el más endeudado. “Más del 50% del PIB de toda África se destina cada año al pago de la deuda. Esta sangría de divisas impide atender sectores básicos necesitados de grandes inversiones, como la sanidad, la agricultura y la enseñanza.” (González-Calvo. 2011).

A través del endeudamiento las Instituciones Financieras Internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial pueden presionar a los países africanos para mejor las condiciones para la inversión minera, a costa de afectar las condiciones de vida de su población.

“Siguiendo las recomendaciones del FMI, Ghana disminuyó las reglamentaciones mineras y fomentó las inversiones de la industria minera a través de generosos incentivos y reducciones tarifarias durante la década de los 80 y 90… Diamantes, bauxita, manganeso, y especialmente oro son los metales predominantemente buscados en Ghana, y la mayoría son extraídos por compañías canadienses, australianas, sudafricanas, estadounidenses y otras empresas de capital extranjero.” (Carrere. 2004.44)

Otro ejemplo del perverso círculo del endeudamiento es el de Tanzania:
“En 1986, firmó un acuerdo de ajuste estructural con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y siguió firmando los acuerdos de préstamos del FMI durante los quince años siguientes, aumentando de esta forma el peso de la deuda. A fines de la década de los 90 los servicios anuales de la deuda promediaban los US$ 438 millones, el 37% del total de los ingresos por exportación.
Los préstamos del FMI asociados a los Programas de Ajuste Estructural (PAE) requieren la instrumentación de una serie de políticas como… el apoyo la extracción de piedras preciosas y otros minerales por parte de empresas nacionales y extranjeras.” (Ibíd. 78)

La minería entonces viene acompañada de un mayor endeudamiento para las semicolonias, lo cual a su vez ayuda a la penetración del capital minero y a su expansión promovida por los acreedores cuyo rol es presionar a los países deudores y continuar entregándoles dinero, profundizando así la dominación financiera y favoreciendo a los otros sectores del capital transnacional.

g) Pérdida de derechos, libertades y garantías de las poblaciones locales. El capital transnacional minero necesita todas las facilidades para ingresar, hacer su negocio y salir con las ganancias, es por ello que exigen “seguridad jurídica” a los gobiernos y Estados de los países semicoloniales. Parte de esta “seguridad jurídica” es que las poblaciones locales no tengan la posibilidad de afectar a los inversionistas cuando se adueñan de los territorios, ni en ninguna fase de la actividad minera. Por esta razón en la práctica se conculcan todos los derechos, libertades y garantías de las poblaciones locales, especialmente las comunidades indígenas y campesinas, que ocupan el suelo, una vez que el Estado procede a concesionar el subsuelo.

En el Perú por ejemplo, el aumento de la inversión minera ha sido uno de las más significativos en Latinoamérica, sin embargo cada nuevo proyecto se hace sin ningún tipo de consulta a las comunidades lo que genera conflictos cada vez más agudos como los suscitados en el 2012 tanto al sur del vecino país en Tintaya como al norte en Cajamarca con el proyecto Conga de la corporación Newmont. De acuerdo al Defensor del Pueblo de ese país, Perú tiene actualmente más de 60 disputas por el impacto de la minería en las reservas de agua. A pesar de que septiembre del 2011 se aprobó la primera Ley de Consulta Previa, esta ha sido fuertemente cuestionada por los sectores organizados indígenas y campesinos porque contradice el convenio 169 de la OIT y las sentencias obligatorias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y no se ajusta a los mínimos estándares internacionales en esta materia.

Las poblaciones locales no son informadas sobre los efectos de la minería. Las empresas, los gobiernos y Estados únicamente realizan una campaña publicitaria donde se muestran las “bondades”, pero no se pone en conocimiento de los futuros afectados los impactos que pueden tener en los ecosistemas en los que ellos viven y producen, y en su salud.

Desde la entrega de las concesiones y durante todas las fases de la actividad minera se comenten violaciones de derechos a las comunidades, sobre todo cuando estas reclaman por estas violaciones. También se violan los derechos laborales de los trabajadores y se incumplen con las normativas ambientales.

Siendo las corporaciones canadienses las que más han invertido en Latinoamérica, como ya señalé anteriormente, es sintomático que actualmente haya un sinnúmero de denuncias, acusaciones y demandas contra las empresas incluso en el propio Canadá. Uno de los más recientes está relacionado con la actuación de la embajada canadiense en México para respaldar a la empresa Blackfire que se vio envuelta en graves conflictos con las poblaciones locales en Chiapas, según un informe presentado por Mining Watch en mayo de este año.” (Moore y Colgrove. 2013). Parte de este conflicto es el asesinato del dirigente Mariano Abarca en el 2009 y actos de corrupción de la empresa para comprar autoridades locales, crímenes que aún se encuentran en la impunidad.

Según Jamie Kneen otro miembro de Mining Watch: “el sector minero canadiense cuenta con un grupo de "lobby" muy poderoso que incluye casi todos los exprimeros ministros del país "que trabajan como abogados o asesores para las compañías mineras".” (Rivas. 2013).

El poder económico y político de las grandes corporaciones mineras es lo que prima frente a derechos reconocidos en las constituciones e instrumentos internacionales. Cualquier acción de parte de las comunidades por hacer respetar esos derechos es vista como un atentado, dándose en todo el continente procesos de criminalización y judicialización de la protesta social. Bajo figuras como “terrorismo” o “sabotaje” se persiguen a dirigentes, líderes sociales y demás opositores a la actividad minera. Se trata de esta manera de impedir en la práctica la libertad de expresión, de manifestación, de organización y si la cárcel no logra este cometido se pasa a la eliminación de las personas identificadas como causantes del malestar, lo cual también sirve como escarmiento para todo el colectivo. 

h) Pérdida de ecosistemas vitales, biodiversidad y diversidad cultural. Se debe tener en cuenta que a más de los derechos, libertades y garantías, inmensas poblaciones en el mundo están perdiendo los espacios donde desarrollan su vida, al tiempo que se pierde biodiversidad y diversidad cultural, con lo cual desaparecen las condiciones materiales para derechos fundamentales como la vida y la salud, entre otros.

Si tomamos en consideración los millones de años que ha tardado el planeta en configurar los distintos ecosistemas, estamos ante una pérdida irreparable que pone en riesgo la existencia de las futuras generaciones de la especie humana y termina con otras especies animales y vegetales. Con el avance de la locomotora minera hay una presión cada vez mayor sobre los bosques, inclusive sobre áreas protegidas. 

“A principios de la década de 1970, la empresa RBM (Richards Bay Minerals) comenzó a realizar actividades de extracción en las dunas cubiertas de bosques a lo largo de la costa noreste de KwaZulu Natal… El único beneficio tangible de estas actividades fueron las divisas extranjeras que tan desesperadamente necesitaba Sudáfrica para sortear las sanciones impuestas por la comunidad internacional y el bajo costo para las empresas mineras…

El medio ambiente natural, en el que primaban bosques prístinos con árboles de más de trescientos años, fue destruido. Miles de hectáreas de este raro tipo de bosques fueron destruidas y reemplazadas por ensayos de restauración de la vegetación…

La compañía ha gastado cantidades astronómicas de dinero en propaganda, afirmando que sus esfuerzos por regenerar la vegetación han tenido éxito…” Pero “…No han cumplido las condiciones de los contratos donde se establecía que el área a lo largo de la duna frontal… no debía ser explotada. En forma similar, áreas a lo largo de vías fluviales navegables y lagos que debían ser protegidas, han sido explotadas ilegalmente, y el gobierno no ha impuesto ninguna sanción a la compañía.” (Ibíd. 72-73). 
Cuando las zonas mineralizadas se en encuentran ocupadas por pueblos indígenas, estos son desplazados y despojados de sus territorios con lo que se afecta su cultura:
“Norsk Hydro, una sociedad noruega con inversiones en metales livianos, petróleo, industria petroquímica y agricultura, junto con la empresa transnacional canadiense Alcan y la empresa india Hindalco está planificando la explotación de bauxita en tierras tribales sagradas del estado de Orissa en el este de la India…

Las montañas Baphimali, donde Hydro piensa extraer bauxita, son la fuente de 350 cursos de agua permanentes, incluyendo los afluentes que alimentan el río Indravati. Para los Adivasis de la región, Baphimali es una fuente sagrada creadora de vida…

Los intereses empresariales cuentan con el apoyo del gobierno para llevar a cabo sus planes con fines de lucro…” (Ibíd. 140-141).

La industria extractiva de la minería está arrasando con ecosistemas, biodiversidad y diversidad cultural, pérdidas que no se pueden cuantificar y que afectan al planeta y a las especies que en él habitamos.

Soc. Lina Solano Ortiz Mgtr.
Miembro de la CCP -
Coordinadora Campesina Popular 

BIBLIOGRAFÍA
- Dhillon Mandeep. La minería canadiense en México: violencia hecha en Canadá. Boletines CIEPAC, No 535. 2007.
-  Castro Gustavo. “El Modelo Extractivo Minero”. 20 de abril de 2013. http://www.jornada.unam.mx/2013/04/20/cam-modelo.html
- Bonilla Ricardo. Apertura y reprimarización de la economía Colombiana: Un paraíso a corto plazo. Colombia. Revista Nueva Sociedad No. 231. 2011.
- Salina Hugo. Desarrollo Integral de una Región. América Latina en Movimiento – ALAI. 2012. http://alainet.org/active/59772&lang=es
- Juárez Andrés. Minería: Neocolonialismo y Neocolonialidad. La Jornada del Campo. 2013. http://www.jornada.unam.mx/2013/04/20/cam-modelo.html 
- Gudynas Eduardo. Diez tesis urgentes sobre el nuevo extractivismo. CAAP (Centro Andino de Acción Popular) y CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social. Quito Ecuador. 2009.
- Cristiani Sergio. Nuevo orden mundial, mineras, contaminación, deuda externa y universidad pública. A propósito de los fondos mineros para las Universidades”. Ecoportal.net. 2009 http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Mineria/nuevo_orden_mundial_mineras_contaminacion_deuda_externa_y_universidad_publica_a_proposito_de_los_fondos_mineros_para_la_universidades 
- Gerardo González-Calvo. África un continente rico con países empobrecidos,. Acontecimientos99. 2011. http://www.companerosdejesus.es/Africa%20un%20continente%20rico%20con%20pa%C3%ADses%20empobrecidos.pdf 
- Carrere Ricardo. Et. Al. Minería Impactos sociales y ambientales. Movimiento Mundial por los bosques Tropicales. Montevideo Uruguay. 2004.
-  Moore y Guillian. Minería canadiense en México: Blackfire Exploration y la embajada de Canadá – un caso de corrupción y homicidio. MiningWatch. 2013. http://cdhal.org/sites/cdhal.org/files/doc/document/resumen-ejecutivo-del-informe-mineria-canadiense-mexico-blackfire-exploration-embajada-canada-caso-.pdf
- Rivas Julio. Sector minero canadiense se enfrenta a un aluvión de acusaciones y conflictos. Artículo de EFE, 3 de mayo de 2013. http://www.expansion.com/agencia/efe/2013/05/03/18327446.html


[1] Reportan alto nivel de plomo en la sangre de niños de La Oroya. Perú 21.PE. 2013. http://peru21.pe/actualidad/reportan-altos-niveles-plomo-sangre-ninos-oroya-2129939

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