Indagar
sobre el nivel de consciencia y organización de la clase trabajadora,
comprender las causas que nos han llevado al momento actual, constituye
una necesidad impostergable para el avance del movimiento obrero. Es
importante entender por qué los trabajadores ecuatorianos han pasado a
segundo plano en la vida política del país y ante un gobierno como el
actual, que vulnera varios de sus derechos fundamentales, ha permanecido
pasivo y sin mayor capacidad de resistencia. Encontrar algunas de los
motivos para su dispersión, desorganización y falta de consciencia es el
objetivo de este artículo, pero no como un ataque sino como un elemento
de debate fundamental para salir de esta situación y revertirla. Es
preciso rebasar este momento y para ello debemos comprender las líneas
generales sobre la que debe reconstruirse la organización proletaria en
el país.
Cuál es el nivel de consciencia y organización de los trabajadores ecuatorianos?
- La organización de los trabajadores se halla desmantelada actualmente. Centrándonos en el plano reivindicativo la organización sindical que es reconocida en el ámbito jurídico y que está destinada a agrupar a la mayoría de trabajadores en la defensa de sus derechos económicos es mínima. En el sector privado, desde las reformas emprendidas por el gobierno de Rodrigo Borja, hace más de veinte años, cuando se liquidó la organización sindical, no ha podido revertirse tal situación. La mayoría de obreros no cuentan con una organización de este tipo. Las centrales sindicales no agrupan ni siquiera al 10% de la fuerza laboral, y de ese mínimo porcentaje de afiliados el 80% pertenece al sector público. En el sector público ello se ha profundizado con el gobierno actual, que ha desmantelado las organizaciones existentes y pone trabas para que éstas puedan crearse. En el plano político el proletariado ecuatoriano ha sido relegado a segundo plano, acostumbrándolo a ir a la cola de los gobernantes de turno o de los denominados “movimientos sociales” donde no prima una lógica proletaria, ni una profunda crítica anticapitalista al sistema.
- El nivel de consciencia de los trabajadores ecuatorianos no pasa de ser primaria, espontánea y sumamente economicista. Es más un instinto de clase que reacciona ante estímulos directos y que se reactiva simplemente para pelear por mejores condiciones en la venta directa de su fuerza de trabajo (salarios, contratación colectiva, beneficios de ley). Aunque cabe señalar que muchas veces estos derechos no se hallan en conocimiento de los trabajadores y son presa fácil para que los empresarios se aprovechen de ello para súper-explotarlos. Los trabajadores no han pasado de desarrollar una consciencia en sí, no se ha dado el salto cualitativo para el desarrollo de una consciencia política de clase que permita a los trabajadores comprender las causas estructurales que expliquen su situación y la necesidad de luchar contra la raíz de la explotación: la propiedad privada de los medios de producción.
Qué factores han incidido para llegar al momento actual?
- La acción organizada de la burguesía que cuenta con una experiencia sólida en el manejo del poder como clase dominante hace varias décadas. Ello se recrea en los centros de trabajo con métodos más sofisticados para explotar a los trabajadores. Si antes utilizaban el insulto, el látigo y el atropello, hoy lo hacen valiéndose de la sicología industrial, la comunicación organizacional, la sociología, la ingeniería del talento humano y la administración de empresas como carreras que preparan profesionales que buscan generar un “clima laboral adecuado” destinado a borrar el antagonismo entre obreros y burgueses, y sobre-explotar a los trabajadores. La difusión de la idea de que los trabajadores no necesitan organizarse, que el patrón en realidad es un “empleador” que brinda oportunidades busca ser difundida constantemente. Cuando se crean organizaciones lo más común es que la patronal trate de tenerlas bajo su control y con esto hacerlas inefectivas, dividir a los obreros con asociaciones pro-patronales o el soborno a los dirigentes. En el plano político pretenden mostrar al Estado como un ente neutro que representa a todos, cuando en realidad es un aparato de dominación de clase dirigido por la burguesía. Se pretende envolver a los trabajadores en el juego de la democracia burguesa, de las elecciones, de elegir que miembro de la clase dominante lo va a oprimir los próximos cuatro años. Se genera una confianza en estos elementos que desorbitan a los trabajadores de sus verdaderos métodos de lucha. El ministerio de relaciones laborales busca ser posicionado como representante de los trabajadores, cuando su papel es legitimar la renuncia de sus derechos mediante las propuestas de acuerdo entre las partes. En el plano ideológico el control de la educación, el manejo de la opinión pública a través de los medios masivos de comunicación y la manipulación a través de la religión se hallan constantemente reproducidos en las formas de pensar de los trabajadores y en la existencia de prejuicios bastante acentuados que hay que romper.
- El gobierno de la revolución ciudadana que cubierto con un discurso pseudo revolucionario ha generado una apariencia de transformación en el imaginario colectivo, cuando en realidad ha dirigido una serie de ataques y reformas que perjudican directamente a los sectores populares. El proceso de cooptación del movimiento obrero a través del pacto con las centrales sindicales antiguas, las que lo apoyaron en sus inicios –y algunas lo siguen apoyando-, y la creación de nuevas confederaciones dirigidas por el gobierno como la CSE o Confederación de Servidores Públicos. Además buscan presentar al ministerio de relaciones laborales como un “mediador” que a través de las negociaciones entre trabajadores y empresarios busca que los primeros renuncien a sus derechos que por ley le corresponden mediante “acuerdos entre las partes”. El asunto de fondo para el gobierno es mermar la organización de los trabajadores, dividirla y controlarla para ponerla a su servicio y por consiguiente al de los empresarios.
- El papel del reformismo que mediante su acción ha postergado los procesos de lucha del proletariado ecuatoriano utilizándolo como un simple número para sus cálculos electorales y como fuerza de presión para que sus dirigentes hagan vida económica de la política. Su labor de educación sindical a los trabajadores ha sido precaria, inconsistente y superficial. La defensa de los derechos de los trabajadores y las promesas de conseguir y defender derechos desde la tribuna parlamentaria ha sido vergonzosa, donde más bien han sido un cómplice de los partidos de la burguesía para implementar reformas que vulneran sus derechos. Han desarrollado una burocracia sindical colaboracionista con la clase empresarial y los gobernantes de turno, han parasitado muchos años en la dirección de las centrales sindicales alejados totalmente de las bases. No han incidido en la consciencia política de los proletarios, y no han rebasado una acción espontaneísta, economicista y artesanal en sus métodos de trabajo. Han generado una trayectoria colaboracionista durante varias décadas de la cual aún resulta complicado desembarazarse. Se acostumbró a los trabajadores al diálogo, no a la lucha; a la negociación y no a la defensa de sus intereses de clase; a la pasividad y al conformismo y no a la organización. Además de corrientes seguidistas que marchan al ritmo que va la generalidad de los trabajadores y no luchan por elevar su consciencia, aquellos que proclaman que la política es para los intelectuales y que los obreros deben limitarse a pelear por reformas económicas únicamente, o los que hinchan el pecho diciendo “hay que ir suave con los obreros”.
- Existen algunas causas estructurales que han acostumbrado a los trabajadores a entablar una lucha aislada y estrictamente reivindicativa. Por ejemplo la contratación colectiva, que si bien es un derecho importante ha enmarcado a los trabajadores en los estrechos límites de su centro de trabajo, aislándolos de sus hermanos de clase, acostumbrándolos a negociar directamente con su patrono y no entenderse como parte de una clase social.
- La poca influencia del marxismo en el ámbito académico y proletario es una de las causas fundamentales para que el nivel de consciencia y lucha de la clase obrera no sea mayor. El marxismo es la ciencia que permite explicar el funcionamiento del sistema capitalista y que además brinda a los sectores populares las herramientas necesarias para su emancipación. Sin el marxismo los trabajadores no podrán rebasar el control de la burguesía.
- La poca influencia de organizaciones consecuentes con la lucha proletaria, que generen un polo de referencia distinto a los existentes, es algo aprovechado por la clase dominante para mantener su hegemonía.
Aspectos a tomar en cuenta para salir del momento actual
- El desarrollo de una corriente comunista en la clase obrera. Bregar por la difusión del marxismo por todos los medios posibles que pueden ir desde la propaganda hasta espacios permanentes de formación. La única manera que los trabajadores desarrollen su consciencia y rebasen el espotaneísmo y economicismo es conociendo el marxismo.
- Lucha implacable contra el reformismo que tiene que ver con entenderlo como la avanzada de la burguesía en el movimiento obrero. Hay que denunciarlo y desenmascararlo, dejarlo en evidencia, que los trabajadores comprendan cuál es el carácter de estos individuos y organizaciones como amortiguadores de la lucha social.
- Reconstruir la organización proletaria que tanto a nivel reivindicativo como político es insuficiente. En el plano reivindicativo hay que difundir la idea de la importancia y la efectividad de la organización para pelear los derechos, pero además se deben generar variantes distintas que permitan ir desarrollando la lucha a otros niveles. La creación de círculos de obreros conscientes es un aspecto clave en ese sentido, así como ir preparando las condiciones para el desarrollo de un partido proletario que por su estructura y objetivos es radicalmente distinto al partido burgués.
- Generar instancias de educación obrera tanto en el plano de defensa de sus derechos como de formación política. La educación de los trabajadores es una necesidad impostergable para que los niveles de organización y lucha se desarrollen. Esto debe ir ligado a la formación de cuadros comunistas en la clase obrera para que éstos puedan contribuir a que la lucha sea más efectiva y consecuente.
- Propaganda activa sobre las cosas que ocurren tanto a nivel obrero como en la vida política nacional. Volver a las fábricas, dar a conocer los hechos, generar discusión sobre ello. Politizar a los trabajadores y sacarlos del asco y la desconfianza que les produjo la politiquería electoral burguesa.
- Apoyo activo, actuar en caliente ante los conflictos laborales. Estar informado de ellos para respaldar a nuestros hermanos de clase.
- Enlazar a los trabajadores de distintas fábricas fomentando su unidad. Difundir y denunciar las arbitrariedades de los empresarios y el gobierno en medio de la clase obrera. Apoyar de manera solidaria en huelgas.
- Es importante realizar una acción consistente y sistemática en el movimiento obrero, que permita sacarlo de la pasividad en la que lo ha sumido la acción de la burguesía, el Estado y el reformismo. HAY QUE ENTERRAR LO VIEJO PARA CONSTRUIR LO NUEVO.
Artículo publicado en la Revista ConCiencia Revolucionaria No.40 del Movimiento Vientos del Pueblo
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