lunes, 23 de septiembre de 2013

La Historia del Partido Comunista del Ecuador: una antología al colaboracionismo que ahora se ha tornado verde-agua

 



La Historia del Partido Comunista del Ecuador: una antología al colaboracionismo
Los orígenes del Partido Comunista del Ecuador (PCE) se remontan a inicios de los años 30’s del siglo pasado, cuando dentro del Partido Socialista del Ecuador (PSE) empezaron las discrepancias entre el ala de quienes querían vincularse a la III Internacional y quienes pretendían permanecer alejados de ésta. Hay que tomar en cuenta que el PSE fue un frente político que encerraba a personajes de variada ideología, desde liberales, socialdemócratas hasta “comunistas”. Nosotros atribuimos esta ruptura a la incapacidad de sus miembros de poder repartirse las cuotas de poder a las que tenían acceso y a las pugnas de bandos que se daban dentro de éste. Esto hizo que en 1931, una fracción del entonces PSE, dirigida por Ricardo Paredes, funde el PCE, dando origen, como se verá en este documento, a uno de los partidos más colaboracionistas, acomodadizos y contrarrevolucionarios que ha existido en nuestro país.

Orígenes y desarrollo
Si bien el PCE se autoproclamaba como Marxista-Leninista, éste surgió bajo una línea revisionista, a tal punto que tan sólo tres años después de su nacimiento, utilizó las elecciones como principal y único camino de “tomar el poder”. Su candidato presidencial en 1934 fue el máximo dirigente de esta organización, Ricardo Paredes. Lo propio hacía el PSE con Carlos Zambrano Orejuela como candidato.

Posteriormente se dio el primer acercamiento entre el PSE y el PCE, dado que los últimos abandonaron la consigna de la construcción de un gobierno de los soviets, que había sido tomada de forma mecánica, y adoptaron como tesis, junto con la revolución agraria antiimperialista, la de un gobierno popular revolucionario, así como la táctica de los frentes populares. Hechos estos cambios, el PCE y PSE tuvieron una alianza que posibilitó en 1935 la candidatura a la presidencia del General Luis Larrea Alba, militar que intentó agrupar a sus seguidores en la Vanguardia Revolucionaria. Algo parecido sucedería décadas después, cuando estos mismos partidos catapultaron al gobierno del entonces “coronel progresista y bolivariano” Lucio Gutiérrez.

Poco después el PCE creó la Asociación Femenina Ecuatoriana, bajo el mando de María Luisa Gómez de la Torre, en donde también participó Nela Martínez, quien afirmaba que “la idea de que la mujer jugara un papel en la política eran tan incomprensible para las élites, que no había ni un baño para mujeres en el palacio legislativo”. Seguramente hoy en día estarían felices de ver que tres mujeres comandan el congreso nacional.

Por su parte, en 1941 fue creado el Frente Unido Antifascista bajo la dirección de Pedro Saad Niyaim y Raymond Meriguet, ambos eran los principales dirigentes del PCE y defendían abiertamente al revisionismo internacional que encarnaba en el Secretario General del Partido Comunista Norteamericano, Earl Browder. Durante estos años, quien fuera el máximo dirigente del PCE, Pedro Saad Niyaim, había introducido como material básico de estudio entre sus miembros las obras de Browder, cuyas tres tesis esenciales eran: a) asegurar la paz para las futuras generaciones a partir de la confianza y cooperación entre el bloque capitalista y socialista; b) reducir al mínimo y poner limites definidos a la lucha de clases interna en cada país; c) luego de la segunda guerra mundial se habrían creado las condiciones para el tránsito pacífico hacia el Socialismo. En definitiva, el PCE era “tan comunista” que defendía la coexistencia pacífica entre los países capitalistas y socialistas, perseguía anular la lucha de clases y planteaba el tránsito pacífico al socialismo. ¡Vaya que eran comunistas!

Todas las tesis políticas señaladas anteriormente determinaron la posición y camino colaboracionista que tomaron los frentes que este partido dirigió, tales como la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) creada en 1942; la Central de Trabajadores del Ecuador (CTE) creada en 1944; la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) fundada en 1945; y la Unión Nacional de Educadores (UNE) formada en 1950. Aquí debemos anotar que si bien las bases de estos frentes en varias ocasiones llevaron a cabo acciones y determinadas luchas importantes, estos frentes  estuvieron conducidos para servir al PCE y a su línea oportunista y colaboracionista.

“La Gloriosa” participación del PCE a favor del status quo
Una de las principales tesis del browderismo planteaba la necesidad de generar alianzas sociales y políticas bajo una visión pluriclasista, señalamiento que no sólo se materializó en los frentes creados, sino también la conducta electoral del PCE. En 1943 se formó la Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE) donde confluían variedad de partidos, que iban desde el PCE, pasaban por el PSE y llegaban hasta Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana (ARNE), este último movimiento era defensor de los gobiernos fascistas de Europa y abiertamente anticomunista.

Este frente amplio se formó para combatir al entonces presidente Arroyo del Río y para auspiciar la candidatura de Velasco Ibarra a la presidencia. Finalmente a mediados de 1944 Arroyo del Río tuvo que renunciar después de innumerables levantamientos populares que se habían dado a lo largo del país. De inmediato ADE asumió transitoriamente el poder, conformando la Junta Provisional de Gobierno que debía durar hasta que llegue a Quito José María Velasco Ibarra. Estaba compuesta por Julio Teodoro Salem del Partido Liberal, Mariano Suárez Veintimilla del Partido Comunista, Manuel Agustín Aguirre del Partido Socialista, así como por varios terratenientes de la sierra. Se trata del primer camionetazo de la historia ecuatoriana.

En este contexto, el autodenominado Partido Comunista del Ecuador, en vez inyectar en las masas la necesidad de la lucha, se dedicó a impulsar a la mayor cantidad posible de sus miembros como Diputados de la Asamblea Constituyente, consiguiendo 15 de 85 curules. En ese momento, el PCE planteaba como tarea fundamental, no aprovechar el ambiente de convulsión para elevar el nivel de conciencia, organización y lucha de las masas, sino la redacción de la nueva Constitución. Así pues, el PCE, junto con el PSE, llamó al pueblo a desmovilizarse en aras de la “Unidad Nacional”. Una vez más las masas de indígenas, mujeres y trabajadores que formaban parte de las bases de la FEI, CTE, FEUE y UNE, eran traicionadas. Y es que es precisamente en esto en lo que consiste el papel que cumple el revisionismo y el reformismo, constituirse en la avanzada de la burguesía en el movimiento popular. Algunos dirán, ¿para qué? Precisamente para desmovilizarlo, para conducirlo a los estrechos márgenes de la democracia burguesa, para detener los estallidos sociales. Por esto Lenin afirmaba que la lucha contra el imperialismo es una frase vacía si no va acompañada de la lucha contra el revisionismo y el reformismo. Y es precisamente esa una de las tareas que tenemos quienes buscamos transformar la sociedad.

A propósito de aquel acontecimiento de 1944, el Secretario General del PSE y coideario del PCE, Manuel Agustín Aguirre, quien fuera vicepresidente de esta asamblea, reseñaba muy bien el planteamiento político de los “revolucionarios” de la época: “El pueblo ecuatoriano hizo una revolución el 28 de mayo. Ahora ese pueblo ha depositado esa revolución en nuestras manos para que nosotros la escribamos… porque los pueblos hacen la revolución y las Constituyentes la escriben”. Estos comentarios representan lo más elevado del reformismo y de la tergiversación del comunismo. Con esto queda claro como estos autodenominados “marxistas” ensanchan su pecho negando el papel que cumplen las masas en los cambios de la historia; después de todo varios “comunistas” ocuparon cargos en el gobierno velasquista, tuvieron las carteras de Educación y Previsión Social y los mandos de la Contraloría General, la procuraduría General y el Tribunal de justicia Especial, entre otros.

Posteriormente en 1946 Velasco Ibarra se declaró dictador, y derogó la Constitución que poco antes habían redactado los “comunistas”. Con esto  terminaron los sueños y espejismos de quienes quisieron hacer creer que con aquella constitución se habían sentado las bases de la nueva sociedad. Nada más alejado de una concepción marxista de la realidad, nada más revisionista, nada más alejado de una comprensión correcta del Estado.

Sin embargo, no duraron mucho en sus cargos y a finales del mismo año, después de haber sido sacados de sus curules y altos cargos, en el III congreso del PCE, hicieron una mea culpa y “reconocieron las fallas tácticas”, al haber forjado alianzas y frentes populares policlasistas con todas las posturas políticas.

PCE apoya al Socialimperialismo
El PCE fue ilegalizado desde 1946 hasta que en el gobierno del bien conocido proimperitalista gobierno del terrateniente Galo Plaza, fue legalizado, dando apoyo total a este gobierno. Más adelante, en 1956 el PCE y PSE presentaron una alianza denominada Frente Democrático Nacional, contra Camilo Ponce, apoyando la candidatura Raúl Clemente Huerta y José María Plaza, el primero un abogado de la burguesía y el otro un terrateniente ganadero y hermano de Galo Plaza.

En ese mismo año, después de realizado el XX congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, donde Krushov se tomó la dirección del Partido y del Estado, la dirección del PCE, liderada por Pedro Saad, acogió mecánicamente los dictados de Krushov, sobre todo los ataques contra Stalin. Ahora la línea revisionista que había venido desarrollando el PCE a lo largo de toda su vida política, implícitamente, se hizo explicita al haber planteado el parlamentarismo y no la violencia revolucionaria como forma de lucha; haber asumido el partido de masas en vez del partido de vanguardia y destacamento de los cuadros más avanzados de proletariado. A todo esto hay que aclarar que si bien la política parlamentarista era la única que había venido aplicando el PCE, desde este momento su política reformista se hizo más evidente y pública. Así, al siguiente año, el máximo líder del PCE, Pedro Saad, planteó la transición pacífica por la vía electoral al Socialismo, tomando en cuenta, según él, la tradición democrática y constitucionalista de nuestro país.

Las rupturas del PCE
En 1960 el PCE y el PSE, junto con el populista partido Concentración de Fuerzas Populares (CFP), apoyaron la candidatura de Antonio Parra y Benjamín Carrión. El lema de campaña que acompañaba a los “comunistas” era “¡Parra-Carrión, Revolución!”.

Así mismo, en medida del triunfo de la Revolución Cubana por la vía armada y el conflicto chino soviético a nivel internacional, en 1964 es fundado el oportunista y revisionista PCMLE, lo que ha decir de muchos dejo gravemente diezmado al PCE, dado que la mayor parte de sus militantes pasaron a formar parte de esta nueva agrupación.

Por otra parte, de las juventudes del PCE y CFP nació la Unión Revolucionaria de Jóvenes del Ecuador (URJE), grupo seguidor del proceso cubano, de tendencia foquista. De igual forma, varios ex miembros del PCE y de otros partidos, participaron de un proyecto guerrillero, conocido como el de las “guerrillas del Toachi”, que fracasó a las 48 horas de haber iniciado.

Mientras tanto, en las elecciones de 1968, el PCE activó su frente político alrededor de la Unión Democrática Popular (UDP), y participó con candidaturas propias encabezadas por Elías Gallegos Anda.

El apoyo a la dictadura y la creación del FADI
La dictadura militar encabezada por Guillermo Rodríguez Lara fue catalogada en su época por casi todas las organizaciones de izquierda, como nacionalista, patriótica y revolucionaria (algo parecido a lo que sucede actualmente con la Revolución Ciudadana). Los militantes del PCE saludaron la gestión del régimen y lo apoyaron. Si bien varios partidos y organizaciones populares coquetearon con el gobierno, la participación del PCE fue la más repudiable en tanto estos se acercaron a la dictadura, justificándose en la política del régimen por defender los recursos naturales del Ecuador. El entonces Secretario general del PCE, Pedro Saad, fue miembro consultivo de la Junta de Relaciones Exteriores del régimen. Así pues una tarea pendiente sería descubrir a cuál de todos los gobiernos no apoyó.

En 1969, en el marco de la convocatoria a las elecciones que debían haberse realizado en junio de 1970 y de un estatuto electoral aprobado para el efecto, el PCE inscribió a la denominada Unión Democrática Popular (UDP) como frente electoral; pero al haberse suspendido las elecciones por el autogolpe de Velasco y no haber tenido más objetivo en la participación en este proceso, la UDP quedó relegada durante el período dictatorial para ser desempolvada en vísperas del retorno al régimen democrático de 1979.

Para esa época, una variedad de todo tipo de partidos y organizaciones de izquierda se juntaron en el llamado Frente Amplio de Izquierda (FADI), cuya dirección estaba en manos del PCE. Su participación electoral en las elecciones de 1979 estuvo encabezada por René Maugé y Anibal Muñoz, hijo de Leonardo Muñoz, fundador en 1926 del PSE. Estos quedaron relegados al último lugar. La misma suerte corrió a nivel de diputados, provocando que al no reunir el mínimo de votación indispensable, la UDP pierda su vigencia legal.

A pesar de que el FADI era un frente político de varios sectores, éste fue convirtiéndose en un espacio de pugnas entre quienes lo conformaron, pero donde el PCE tenía control mayoritario.

Los años 80’s y el retorno a la democracia
Para 1984 el PCE, a través del FADI candidatizó a René Maugé. En las elecciones de 1984, el FADI logró un legislador nacional y un provincial; el Movimiento Popular Democrático (MPD) un legislador nacional y dos provinciales; mientras el PSE obtuvo un legislador provincial. Todos ellos se integraron en el Congreso Nacional al “Bloque Progresista” que, junto a los diputados de la Izquierda Democrática (ID), la Democracia Popular (DP) y el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), se aliaron contra el gobierno de Febres Cordero.

En 1986, el resultado electoral de aquel entonces permitió que el PSE lograra seis legisladores, el MPD obtuviera tres diputados y por el FADI fueran electos dos representantes. Dichos diputados ratificaron su pertenencia al Frente Progresista y en medio de esa alianza, Enrique Ayala fue designado Vicepresidente del Congreso. Así es como queda grabado en la historia ecuatoriana el colaboracionismo con el que se han manejado el PCE, PSE, y demás organizaciones reformistas.

En el contexto de este panorama general se alistaron las elecciones de 1988, a cuya contienda eleccionaria la izquierda pretendió llegar electoralmente unida y para cuyo propósito en abril de 1987 los partidos Socialista, FADI y MPD, aprobaron un Programa de Gobierno común. Sin embargo, al no haber existido un acuerdo en relación a las candidaturas, un sector del FADI (pues otro grupo proveniente de este partido constituyó el FADI-Rebelde) y el MPD formaron el Frente de Izquierda Unida, en tanto el Socialismo y el FADI-Rebelde impulsaron el Frente Patriótico.

El FADI Rebelde, luego, concretó su separación del FADI y constituyó en 1987, Liberación Nacional (LN), el que, en octubre de 1989, fue reconocido como partido político por el Tribunal Supremo Electoral.

La ruptura del FADI estuvo precedida de una confrontación política e ideológica al interior del PC entre la dirección nacional del Partido y el núcleo de dirigentes y militantes comunistas de la provincia de Pichincha, quienes liderados por Alfredo Castillo, se mostraron contrarios, entre otras discrepancias, a los acuerdos electorales con el MPD. Castillo fue la figura a cuyo alrededor se constituyó LN. Por su parte, el Frente de Izquierda Unida postuló la candidatura presidencial del militante del MPD Jaime Hurtado, y fue su binomio el Secretario del PCE, Efraín Álvarez. Al final ninguno pasó a la segunda vuelta.

En enero de 1988 se llevaron a efecto las elecciones Presidenciales y el recambio de diputados. El FADI (frente del PCE), por su parte, que había logrado un diputado nacional y un diputado provincial, apoyó en la segunda vuelta electoral al binomio de la ID, Rodrigo Borja y Luis Parodi, llegando a establecer acuerdos parlamentarios con el bloque de gobierno. Todo esto rindió sus frutos para el PCE, dado que varios de sus miembros ocuparon importantes cargos en este gobierno.

La caída del muro
En las elecciones de 1992, en las que se designó un nuevo Presidente de la República y se renovó el Congreso en cuanto a diputados nacionales y provinciales, la izquierda participó con candidaturas propias. Así, el PCE, a través del FADI, postuló a la Presidencia a Gustavo Iturralde, quedando éste en penúltimo puesto.

En las elecciones de medio período, en 1994, el desgaste del FADI y del PSE fue evidente, lo que provocó a que en agosto de 1995 se de la fusión entre el FADI (PCE) y el PSE producto de lo cual se constituyó una nueva estructura orgánica y política que pasó a denominarse Partido Socialista- Frente Amplio (PSE-FA). Dicha fusión constituyó el reencuentro de las raíces históricas del reformismo en el Ecuador que, en 1931, dieron lugar a la formación del PSE, por un lado, y del PCE, por otra parte. La fusión fue un proceso que no involucró solamente al frente político de los comunistas, el FADI, sino al propio Partido Comunista del Ecuador y al Socialismo Ecuatoriano. Después de todo eran revolucionarios de la misma calaña.

Manuel Salgado Tamayo, dirigente del PSRE y después del PSE, fue el primer Presidente del nuevo PS-FA y Rafael Quintero López, hasta entonces dirigente nacional del PCE y del FADI, fue electo como Vicepresidente.

La formación del PSE-FA era la única salida que tenían los miembros del PCE después de que su tradición colaboracionista y traición a sus bases había menguado su electorado, así como a la caída del muro de Berlín, que le significó entre otras cosas quedarse sin financiamiento extranjero. Hay que tomar en cuenta que durante muchas décadas la relación del PCE con la URSS le significó viajes y entrada de dinero para organización de diversidad de eventos. Entonces, el PS-FA se transformó en el reducto del agonizante PCE.  

En octubre de 1996, un grupo de militantes del PCE resolvió reconstituir el Partido Comunista del Ecuador, para cuyo efecto convocaron al trigésimo congreso de dicha organización, a pesar de que la fusión entre comunistas y socialistas se había constituido para entonces en una realidad en las diversas provincias del país. Posteriormente este mismo sector del PCE que había intentado reagruparse, se adhirió a las candidaturas de la ID y en muchos casos se afiliaron a este partido. De esta forma, para ese entonces el PCE había quedado totalmente diezmado.

Para las elecciones de 1996, en donde estaban disputándose Nebot y Bucaram, el PS-FA propició un acuerdo político-electoral entre el candidato Bucaram y varios sectores sociales, entre ellos la CEOSL, la CEDOC y dirigentes barriales, etc.

En las elecciones de 1998 el PSE-FA apoyó a Freddy Elhers y formó parte de una alianza política con Pachacutik y Nuevo País. La primera vuelta electoral fue ganada por el binomio Jamil Mahuad-Gustavo Noboa, de la Democracia Popular (DP), quienes se enfrentaron al binomio Álvaro Noboa-Alfredo Castillo, bajo la bandera del PRE. Aquí vale anotar que Castillo fue miembro del PCE y fundador de LN, ex colaborador de Abdalá, ex Ministro de Gobierno de Alfredo Palacio y, en el actual gobierno, ex presidente del diario público El Telégrafo. Lo último que se conoce de este personaje es que actuó como traductor de Correa en su gira por Rusia.

En la candidatura de Lucio Gutiérrez también apoyaron, ofreciendo su sede, que actualmente deslumbra de color verde país, como lugar de encuentro para organizar la campaña electoral.

La revolución ciudadana y la resurrección del PCE
El Partido Comunista del Ecuador, fue uno de los primeros partidos que respaldó la candidatura de Rafael Correa a la presidencia de la República, lo hicieron públicamente el 23 de mayo del 2006 en el acto por el 80 aniversario del PCE. Según consta en la página web del PCE, el 31 de julio del 2006 suscribieron un Acuerdo Político-Programático basado en cuatro puntos: Defensa de la soberanía nacional, construcción de un nuevo modelo político económico y social, guerra total a la corrupción y un gobierno profundamente latinoamericanista.

Edwin Pérez, en ese entonces Secretario General de la Juventud Comunista del Ecuador, en una entrevista de 2009, señalaba que: “Nosotros caracterizamos la llamada ‘Revolución Ciudadana’, como un proceso de transformaciones políticas con grandes perspectivas de ir cumpliendo las aspiraciones por las que el pueblo ecuatoriano ha venido luchando y resistiendo, no debe olvidarse que en el Ecuador en diez años se tumbaron tres presidentes de la república, lo que demuestra que el pueblo venía buscando quien encarne sus aspiraciones y su negativa a la aplicación del modelo neoliberal. La Revolución Ciudadana sostenemos nosotros se entronca, se enlaza con varios de los postulados de la Revolución Nacional Democrática por la que por décadas hemos venido luchando desde el PCE”.

El apoyo por parte del PCE y de sus frentes ha sido incondicional. Así tenemos que la CTE ha sido un instrumento utilizado por el gobierno y los empresarios para legitimar una serie de decretos y leyes en beneficio de los intereses de la burguesía. Religiosamente la CTE ha asistido a la marcha del primero de mayo en el bando del gobierno, desde el parque el Arbolito hasta la plaza de San Francisco. Lo mismo ha hecho en las ciudades en las que tienen a trabajadores afiliados. En el 2012, Édgar Sarango, presidente de la CTE afirmaba que “sería una irresponsabilidad no apoyar a un Gobierno que se ha perfilado con buenas acciones”. Referente a los comicios de 2013, Sarango resaltó en el congreso realizado en marzo concluyeron que continuarán apoyando el proyecto político que lleva adelante el presidente de la República, Rafael Correa, “queremos avanzar a consolidar un país más equitativo, justo y democrático“, considera que el aporte desde el sector sindical de las agrupaciones populares es necesario para afianzar el proceso, “si no entramos hacer actores políticos desde el movimiento no estamos generando propuestas de cambio“.

Por su parte la FEI, también filial de la CTE, que actualmente tiene su sede al interior de las oficinas del edificio del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, fue recibida en el palacio de Carondelet en 2008. En aquella ocasión, José Guasaca, dirigente de esta organización, señalaba que “la FEI y los ponchos rojos estamos aquí para respaldar al proyecto político acordado con el gobierno” y “expresar nuestro respaldo a usted señor Presidente para que dé con mucha fuerza el cambio de la estructura social y económica que espera el pueblo”. En aquella ocasión estaban dando apoyo total al referéndum, en donde entre el sí y el “sí crítico” todos terminaron apoyando la propuesta del gobierno. También decía que “estamos aquí firmemente unidos los indios de los ponchos rojos porque usted está recuperando ese Estado que estaba privatizado. Usted con su acción está regulando el sistema de vida y social de los ecuatorianos”. Y esta posición servil de parte de esta organización continúa hasta el día de hoy.

El PCE apoya las principales tesis políticas del gobierno como son el cambio de matriz productiva que no es más que un discurso que intenta ocultar el interés de continuar reprimarizando la economía ecuatoriana, ahora en base a la promesa de la minería, así como a las grandes obras de infraestructura como hidroeléctricas que no hacen más que, a la larga, incrementar las ganancias de los capitalistas. Otro punto fundamental es la política corporativa que ha emprendido este gobierno desde sus inicios, centrándose en la cooptación de grandes sectores de la sociedad. Por otra parte está la política represiva y de censura que está llevando a cabo el gobierno, en base al cambio y reforma del cuerpo jurídico, con el claro ejemplo del Código Penal. Así el PCE escribía una hoja más en el libro del oportunismo más descarado que ha existido en nuestro país.

Breves biografías de comunistas amarillos
A continuación presentamos una breve reseña de algunos miembros del PCE en donde se vislumbra que este partido ha estado metido en casi todos los gobiernos.
Gustavo Iturralde Núñez, Secretario General del PCE hasta el 2012, fue candidato a la presidencia por el FADI en 1992, en 2002 integró la lista de candidatos para el Parlamento Andino en la alianza con Sociedad Patriótica (SP) y Pachakutik (Pk); junto con Ciro Guzmán del MPD fue asesor de Lucio Gutiérrez; fue candidato a la Alcaldía de Guayaquil en 2004 por el FADI, pero fue descalificado por el Tribunal Electoral del Guayas; participó como candidato a quinto asambleísta al Parlamento Andino en las elecciones de febrero de 2013 con AP, así como Director de la Unidad de Análisis Financiero (UAF) en el actual gobierno.

Juan Meriguet, miembro del PCE es hijo de Raymond Meriguet, fundador del movimiento Antinazi en Ecuador y de Nela Martínez, y esposo de la asambleísta  de AP María Augusta Calle, se ha desempeñado como Delegado Permanente de AP al Foro de Sao Paulo, fue brazo ejecutor de AP para articular los comités de la revolución ciudadana (CRC), subsecretario de Fortalecimiento de Movimientos Sociales y Pueblos, Ministerio de Coordinación de la Política, coordinador de la Agencia Alternativa de Prensa y Comunicación (Altercom), y actualmente Asesor de Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración.

Diego Veintimilla, miembro de la JCE y del PCE, fue presidente de la FEUE de Cuenca durante dos períodos, es representante del movimiento de Consejo de Movimientos Sociales de la Alba, y electo asambleísta por AP en el último periodo. Por su parte Alexis Sánchez Miño, miembro del PCE, fue elegido asambleísta por AP para Tungurahua. José Clemente Agualsaca, funge de suplente de Irina Cabezas como asambleísta nacional. Así mismo, en 2010 otro miembro del PCE, Isidro Luque Casares, laboró como Director Provincial del IESS, y terció como asambleísta por el Frente Amplio Pueblo Unido FA-PU, pero no ganó. Lorena Quimbiurco, militante del PCE, es asambleísta suplente por Imbabura.

René Mougé, fue miembro del PCE y ex candidato a la presidencia por el FADI, después de eso se pasó a la Izquierda Democrática (ID), actualmente dirige el Instituto de Investigación y Análisis Político Electoral del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Gandhi Burbano, ex miembro del Comité Central del PCE, también trabaja en el CNE.

Domingo Paredes, ex militante del PCE, es el presidente del Consejo Nacional Electoral. De joven acompañaba a Rene Maugé en su campaña electoral como chofer y guardaespaldas. En los 90’s, cuando había caído el Muro de Berlín, dejó el comunismo e inició su faceta ecológica en Fundación Natura. Después de todo varios de los viejos comunistas habían hecho lo mismo, amparándose en cientos de ong’s.

Pedro Saad padre, primer secretario del viejo PC, fue miembro titular de la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores en la dictadura militar de Guillermo Rodríguez Lara. Pedro Saad hijo, líder histórico del PCE, fue asesor y secretario de comunicación del socialdemócrata Rodrigo Borja.

Galo Mora, ex militante del PCE formó parte de la fracción que constituyó LN a inicios de los 90’s. Este personaje fue asesor de Jamil Mahuad y actualmente es Secretario Ejecutivo de AP, uno de los hombres de más confianza del presidente. Su hermano, Miguel Mora, es el Director de Cultural del Municipio de Quito. Esta familia es paradigmática en medida de la relación que ha mantenido este partido con el ámbito cultural. Mantiene una relación cercana con el área cultural. Así podemos hablar del cafetín Charpentier (actual Prometeo), donde “en medio de la vida bohemia discutían los problemas de la revolución”. Siempre han mantenido una relación muy estrecha con la Fundación Guayasamín, cuyo máximo líder no fue más que un representante del reformismo burgués en el arte. De este mismo modo, mantenían relaciones muy estrechas con Cuba y actualmente con Venezuela. Los beneficios de todo esto eran poder hacer turismo, y obtener puestos de representación. La cereza del pastel es el estrecho vínculo existente con el grupo Pueblo Nuevo, de quienes se conoce que se benefician de los contratos de la organización y montaje de los grandes eventos, como fue la posesión presidencial en el parque Bicentenario.

Pablo Celi fue Secretario de Organización del Partido Comunista de Pichincha y posteriormente de LN, colaboró con el Gobierno de Abdalá Bucaram, trabajando como subsecretario de la ministra de Educación Sandra Correa, involucrado en el caso de Mochila escolar, pero absuelto posteriormente. También colaboró en el Gobierno de Gustavo Noboa en la coordinación de los diálogos para la redacción del "Libro Blanco de la Defensa Nacional". Fue asesor personal de Lucio Gutiérrez. En 2011 fue nombrado como  Subdirector del Centro de Estudios Estratégicos de Defensa (CEED) de Unasur.

Rafael Quintero, fue dirigente del PCE, del FADI y del PS-FA. Fue concejal de Quito entre 1988 y 1992. En el 2006, el PS-FA se alió con el AP y buscó la diputación por Pichincha, pero perdió. En el 2009 también fue candidato a la Asamblea. Ingresó a la Cancillería en el 2010 como subsecretario para África, Asia y Oceanía. Renunció en noviembre del 2012, meses después del escándalo de la valija diplomática que llegó con droga a Italia. Actualmente el PS-FA está escindido, y la facción gobiernista es encabezada por Fabián Solano, ex militante del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) del millonario Álvaro Noboa.

Xavier Garaicoa, ex miembro del Comité Central del PCE, fue miembro titular de la Procuraduría General del Estado en el actual gobierno de Correa.

Estuardo Gualle, militante del PCE, trabajó en el gobierno de Lucio Gutiérrez. Con el respaldo de los diputados del PRE, PRIAN y MPD, Gualle y Lenin Rosero del MPD, fueron electos como presidente y vicepresidente del Tribunal constitucional respectivamente.

Edgar Ponce, dirigente histórico del PCE, ex líder sindical de los trabajadores de la Empresa Eléctrica Quito, es el actual embajador Ecuador en Cuba. Por su parte, su hijo, Alexis Ponce, ex líder de la organización de derechos humanos APDH, ha ocupado la Subsecretaria social de Senagua.
Esto es algo de lo que hemos podido encontrar, sin embargo, estamos seguros de que hay muchos más militantes y ex militantes del PCE de cuya vida política podríamos escribir.

Conclusiones
El PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR no es más que un aparato servil a los intereses del imperialismo, la burguesía y los gobiernos de turno. Ha cumplido a lo largo de la historia con ese papel colaboracionista y capitulador. Su tesis central para justificar su participación electoral siempre ha sido “la vía pacífica de transición al Socialismo”. Sus consignas son "ampliación de la democracia" y el "gobierno de todo el pueblo". Así mismo, a pesar de que se reconocen como marxistas leninistas, caen en el más terrible revisionismo al defender el Partido de todo el pueblo, el partido de masas, negando el carácter de clase del Partido del Proletariado la necesidad de que este incluya a los cuados más avanzados para la revolución. Una de las características básicas del PCE en las últimas etapas ha sido el apoyo sistemático a todas las dictaduras y gobiernos burgueses que se han sucedido en el Poder, lo que poco a poco ha ido desenmascarándoles paulatinamente, haciendo que su estructura se fraccione en sucesivas ocasiones.

El papel que este partido ha desempeñado en el frente obrero no ha hecho más que impulsar al legalismo, a la conciliación y al colaboracionismo entre la clase trabajadora y la burguesía. Hablar de personajes como Santiago Yagual, así como del resto de centrales sindicales, merece un capítulo aparte. Durante los años en los que tuvieron fuerza en el campo, sobre todo en la sierra norte, los campesinos e indígenas fueron conducidos por el camino del cooperativismo y la adquisición de tierras. Y en lo referente al campo educativo hicieron lo mismo con las masas estudiantiles.

En definitiva, su práctica política única son las elecciones y pactar con el gobierno de turno, y para esto han usado todos los medios que han tenido a su alcance. A propósito de esto, en una entrevista realizada en 1987 por diario El Expreso, Elías Muñoz Vicuña, uno de los principales cuadros teóricos que ha tenido el PCE, señalaba que: “Las elecciones son para defender al pueblo, esclarecerlo y conducirlo a la lucha, en estos momentos en todo el país hay un duro debate preparatorio en busca del buen y leal camino en las elecciones. Tienen que entrar en juego todos los recursos democráticos para movilizar al pueblo hacia las elecciones, equivocarse produce la desmovilización, la división y la crisis.” ¿Qué podríamos añadir a esto?

lunes, 9 de septiembre de 2013

Sobre la aprobación de la nueva Ley de Comunicación

La comunicación masiva como recurso del poder en el contexto de la aprobación de la ley de comunicación en el Ecuador
La nueva ley de comunicación fue aprobada por la Asamblea Nacional y entró en vigencia desde el 26 de junio del presente año. Mucha polémica se ha tejido en torno a ésta, pero los análisis se han sesgado únicamente a las opiniones de los diferentes sectores de la clase dominante a través los medios de comunicación públicos o privados que controlan. Los sectores populares han estado aislados de este “debate” y su posición no hace más que reproducir de manera deformada los criterios que se vierten a través de estos espacios.

Los medios de comunicación privados y el gobierno han asociado el tema de la “libertad de prensa y expresión” a la democracia, ésta es referenciada como un concepto absoluto, un ideal a ser alcanzado. Para los medios privados la libertad de prensa tiene que ver con la libertad de manejar la comunicación como una empresa, como un negocio en el que no debe haber mayor regulación o control desde el Estado. Para el gobierno actual la libertad de prensa está relacionada con un mayor control estatal, no sólo en forma de regulación de los contenidos, sino con el Estado como constructor de realidades que influencian permanente la opinión pública. Detrás de estas diferencias no se esconde una contradicción antagónica, sino que se refleja la correlación de fuerzas que se da actualmente, no entre clases sociales opuestas, sino dentro de la clase dominante, las cuales difieren en el modelo de gestión de la comunicación de acuerdo a los intereses burgueses que representan. Esta disputa entre “modelos” no es una pugna entre el pueblo y la clase dominante ni mucho menos, como pretende hacerlo parecer el gobierno, es una lucha entre fracciones de la burguesía que se benefician de una u otra forma de gestión del Estado –forma de gobierno-. Esta forma de manejo de los medios tiene que ver precisamente con el carácter de cada grupo burgués, es un reflejo de su situación económica y de cómo buscan preservar aquellos intereses. Al ser el gobierno representante de la burguesía burocrática que utiliza el Estado como palanca de ascenso económico, es evidente que va a ampliar el rol de los medios “públicos” para posicionarse. Y los grupos monopólicos que no están en este momento controlando la estructura estatal directamente buscan que el negocio de los medios privados se mantenga. Es una disputa de “modelos”, entre lo liberal y lo keynessiano, entre formas democrático burguesas clásicas y formas fascistas.

La comunicación a través de los medios masivos es una cuestión de poder. En el plano económico sólo quienes poseen suficiente capital tienen la posibilidad de manejar medios de comunicación de masas, a la vez que esto es un negocio rentable para los empresarios que ingresan en este campo. Pero además los medios de comunicación son un eficiente aparato ideológico que produce y reproduce la concepción y la forma de entender el mundo de la clase dominante, pues a través de la propaganda comercial genera una cultura de masas basada en estereotipos que se traducen en un consumismo desenfrenado, y mediante la propaganda política construye la idea de que este sistema es lo único y lo mejor a  lo que podemos apelar. ¿Podemos hablar de objetividad y neutralidad si hay intereses económicos y políticos de por medio? ¿Podemos acaso creer que los medios de comunicación cumplen una “función social” cuando son un negocio producido para generar ganancia?

Los medios de comunicación en el Ecuador han sido controlados históricamente por los grupos monopólicos, especialmente de la burguesía compradora y financiera como el Grupo Eljuri, Consorcio del Pichincha, Grupo Isaías, Grupo Noboa, entre otros. Pero también han existido monopolios económicos orientados exclusiva y directamente al negocio de los medios de comunicación masivos, en base a los cuales han hecho una considerable fortuna, entre los claves podemos mencionar al Grupo Mantilla Anderson, al  Grupo Vivanco y al Grupo Alvarado Roca. Cabe señalar que estos grupos no sólo controlan los medios masivos, sino que manejan en general la industria del entretenimiento, puesto que poseen entre sus propiedades cines, teatros, editoriales, centros comerciales.

En la denominada “revolución ciudadana” esta composición se ha modificado, obedeciendo esto no a una “democratización de los medios”, sino a la extensión del monopolio estatal sobre ellos, asegurándole al gobierno de turno una importante influencia sobre la opinión pública y una gran ventaja dentro de la clase dominante para erigirse como capa dominante dentro de ésta. El tema de fondo tiene que ver no sólo con el entendimiento gubernamental de la importancia de los medios de comunicación como eje central de dominación ideológica y el arma poderosa que representa desde el Estado; sino especialmente con las particularidades de la fracción burocrática de la burguesía que es a la que representa este gobierno, la cual utiliza el Estado como palanca de ascenso económico, se beneficia del monopolio estatal, y logra una alianza con el capital privado que permite la dinamización de algunos sectores de la economía, por ejemplo en la comunicación. Sí en el 2006 el gobierno de Alfredo Palacio gastó dos millones de dólares en publicidad, en el 2012 el gobierno de Correa estimó gastar en su presupuesto 129 millones en la partida de difusión, que sumadas otras dos partidas para financiar publicaciones, el monto total destinado a productos de corte publicitario rebasaba los USD 260 millones[1]. Esto alienta el negocio de los medios de comunicación privados puesto que pautan más publicidad, lo que ha servido además para que el gobierno dome a empresarios y comunicadores y los atraiga hacia el discurso oficial. Pero además esto ayuda a difundir las “bondades” del gobierno y a asegurar la tajada que por estos contratos recibirían también los funcionarios de alto nivel.

Desde el 2007, año en que inició su mandato Ra­fael Correa, las empresas Percrea y Creacional, de la familia Alvarado, han incrementado sus ganan­cias de manera considerable. Fabricio Correa en declaraciones en Julio del 2009 a Teleamazonas manifestó que “Vinicio Alvarado gana 12,5 veces más que hace dos años, y sin acudir a su oficina a tra­bajar.” Según diario HOY, “La referencia la cons­tituye por ejemplo el impuesto a la renta, el último, realizado por el año 2008, fue de $163 177, lo que representa un crecimiento de 1 000% en ingresos al fisco, comparando su pago de 2005, que fue de $13 216. Los años anteriores, 2004 y 2003, la agencia de Vinicio Alvarado Espinel registró $0 como pago de su Impuesto a la Renta”[2]. Ello da una pauta para ver el crecimiento de estas empresas bajo el ala del gobierno. Además la familia Alvarado se benefició de la frecuencia para la radio Onda Blanca, en Manabí. Y también de “la concesión de un canal de televisión que funciona para Quevedo desde el 2009”3. Según la revista Vanguardia las empresas de Alvarado piden que las empresas de publicidad facturen con otro nombre, además de exigir el 50% de las ganancias a las empresas de publicidad que pautan con los grandes medios de comunicación.

El Estado ha pasado de ser un ente sin mayor control de los medios, a constituirse en un monopolio de gran influencia. Si antes poseían un canal nacional de televisión que no lo miraba nadie, y un par de radios, en la actualidad controla cinco canales de televisión: Gama TV, TC, Cablenoticias, Cabledeportes,  y Ecuador TV; varias radios como Super-K, Sonorama, Universal y medios impresos como El Ciudadano, El Telégrafo, el Periódico Popular;  además agencias de noticias como ANDES. Esto es complementado por cadenas nacionales difundidas permanentemente y las sabatinas que las radios tienen la obligación de pasar. Pero el gobierno no se queda sólo en la influencia a través de los medios o vallas publicitarias, sino que tiene sus grupillos que hacen propaganda callejera, etc.

El gobierno fabrica una realidad burda y tergiversada a través de sus medios, del bombardeo sistemático y permanente que ejerce desde ellos. El cerebro del fascismo Joseph Goebbels lo había pronosticado: “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. El gobierno sigue al pie de la letra esto cuando habla de derechos laborales, de repartición de tierra, de las bondades de la minería, cuando acusa a quien se le opone y lo fustiga y persigue. Alianza País utiliza un enorme aparato de comunicación para sostener su farsa.

La polémica Ley de Comunicación  
La aprobación de la ley de comunicación encarna la materialización del interés de la fracción burguesa representada por el gobierno de ampliar su control e influencia en la opinión pública y hacerse fuerte ante otros grupos de la clase dominante.

El gobierno pretende ampliar su influencia mediante la excusa de democratizar lo medios. Si anteriormente las frecuencias de radio y televisión estaban controladas en un 85% y 71% por los monopolios privados, el gobierno pretende controlar el 33% estatal y 34% comunitario, que por las normas y el control ejercido por el Estado no podrá salirse de sus cánones.

La ley crea la Superintendencia de Comunicación e Información que se encargará de la vigilancia, auditoria, intervención y control, y que tendrá facultades sancionatorias y punitivas. Se conformó además el Concejo de Regulación de Medios que intervendrá en definición de programas, franjas horarias, contenidos, acceso a la información e informes para la concesión de frecuencias. Estos organismos permitirán al ejecutivo ejercer la presión necesaria sobre los medios privados, controlar los contenidos y extender su interpretación de los sucesos como única, blindando además a sus funcionarios y al gobierno mismo de las críticas. Se genera además la figura de linchamiento mediático pretendiendo prevenir el hostigamiento, pero además con un interés manifiesto de cerrar el campo al periodismo investigativo no oficial.

Esta Ley va a generar un estado de propaganda en el país dirigido por el oficialismo, donde se busca consolidar su posición ante los hechos como verdadera y única. Es un elemento que va a permitir al gobierno aumentar el control e influencia de su monopolio mediático en relación a los otros medios burgueses. Además busca anular las críticas al régimen que evidencien toda su política anti-popular.

La alternativa de los sectores populares
Los sectores populares no podemos caer en el engaño de estar a favor de los monopolios privados o del monopolio estatal de la comunicación. La proclama de “prensa libre e independiente” no es más que una demagógica excusa que utilizan los medios tradicionales para sostener su negocio y precautelar sus intereses. La anunciada democratización de los medios busca confundir al pueblo y hacer pasar al Estado como representante del interés general, ocultando su carácter clasista. De fondo esto no es más que una disputa inter-burguesa que se da dentro de la clase dominante. De hecho debe haber una oposición  sólida contra la ley de comunicación por su carácter punitivo y controlador, pero nuestra posición no debe ser el deformado reflejo de las posiciones de los monopolios privados, sino que debe ser construida desde nuestro interés de clase y todo lo que ella provoca como efecto para los sectores populares. El gobierno se llena la boca hablando de libertad, democracia, justicia social, pero la libertad que proclama se diluye en la frontera de quienes lo apoyan. ¿Se puede hablar de libertad de expresión cuando la autocensura por temor a las represalias se vuelve algo cotidiano? ¿Se puede hablar de libertad cuando cualquier criterio contrario al del poder significa enjuiciamientos, cárcel o calumnias? La hipocresía del poder se construye mediante la manipulación y la represión, recursos utilizados de acuerdo a las circunstancias históricas y a la correlación de fuerzas entre los sectores populares y la clase dominante.

El tema pasa por cómo nosotros podemos ir generando no sólo contra-información que revele los sucesos reales que acontecen en una sociedad, más aún en el Ecuador donde esto se halla velado por la hegemonía del gobierno, sino especialmente una comunicación que lleve a la reflexión, al conocimiento, a la aprehensión de los sucesos histórico-sociales de manera crítica.

Nosotros no podemos adquirir medios de comunicación masivos por nuestra situación económica como clase. Además hay que tomar en cuenta que si en el supuesto que lográramos manejar un medio, este se perdería en el mar de medios que se hallan controlados por la burguesía. Esta sociedad garantiza la propiedad privada, puesta en marcha para fines privados tanto económicos como políticos. Debemos aprender a utilizar las herramientas tecnológicas contemporáneas sin convertir a estas en un fetiche como a veces sucede con el internet, donde la “actividad revolucionaria” de algunos grupos se diluye en las huellas digitales que quedan plasmadas en el teclado. Se pueden usar esas herramientas pero nuestra comunicación con las masas debe ser de carne y hueso y no hay mejor forma de lograrla que mediante el trabajo popular constante. Y ello nos lleva a plantearnos otros métodos como la comunicación callejera que se ejerce a través de pintas, murales, graffitis, radios populares, periódicos murales, cines foro, etc. Buscar espacios en los medios de comunicación si sirve para difundir nuestros posicionamientos y hay que buscarlos, pero la principal forma de lograr la popularización de nuestro movimiento es a través de su trabajo, de su lucha, de que se haga notoria su acción reivindicativa y revolucionaria, cosas que los medios pueden tergiversar u ocultar momentáneamente pero que de hecho se van hacer visibles.

A lo que queremos llegar con este artículo es que la ley de medios no es sino una disputa entre fracciones burguesas por las que no podemos tomar partido los sectores populares. El asunto de fondo es generar alternativas comunicacionales que permitan contrarrestar toda la manipulación existente tanto desde el gobierno como desde los monopolios tradicionales. Impulsar una comunicación alternativa que permita a los sectores populares conocer la verdad, la situación real de las cosas, y en ese camino debe fluir toda nuestra creatividad y decisión para lograrlo. ¡No se equivoquen señores la salida no está en lograr una concesión de un medio “comunitario”, sino en salirnos de los cánones de la comunicación formal, oficial, institucional y tradicional, y dar un salto donde la comunicación se constituya en un eje que dote a los sectores populares de toda la carga simbólica y organizativa necesaria para comenzar a emanciparnos!

[1] [1] http://www.elcomercio.com/politica/gastos-publicidad-oficial-dispararon_0_598140307.html
[1] http://www.eluniverso.com/2011/11/18/1/1355/gobierno-presupuesta-gastar-cinco-veces-mas-publicidad-2012.html
 [2] 2 http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/agencias-de-los-alvara­do-suben-como-la-espuma-359232.html

¡Levantemos pues todos nuestras bayonetas contra el aprendiz de fascista!

¡Levantemos pues todos nuestras bayonetas contra el aprendiz de fascista!
Movimiento Vientos del Pueblo ante las irresponsables injurias pronunciadas por Correa contra el cantautor Jaime Guevara el sábado 31 de Agosto en la cadena sabatina
  1. Todos quienes conocemos a Jaime sabemos que es una persona abstemia, que no consume ningún tipo de sustancia psicotrópica, es más se encuentra en contra de ello y suele manifestar constantemente a la gente cercana de lo perjudicial que puede ser para su salud.
  2. Jaime Guevara ha sido un ejemplo para muchos de los que hemos emprendido un camino ligado a la transformación de esta sociedad. Su vida sana, equilibrada y luchadora, además de su apoyo incondicional, noble y desinteresado ha sido un impulso para la organización de la juventud  y los sectores explotados.
  3. Jaime Guevara ha construido su vida siempre de una manera coherente y honesta, luchando contra todo tipo de explotación u opresión. Siempre dispuesto a echar una mano a quien lo ha necesitado y a respaldar al pueblo en sus luchas. Haciéndolo de manera independiente, sin jamás venderse ni claudicar ante la represión o el dinero de los gobierno de turno. Qué diferencia con aquellos miserables arribistas que se autodenominaron de “izquierda” en algún momento y hoy sirven directa o indirectamente a este gobierno como ministros, gestores culturales, cantantes, agentes o burócratas, con el único interés de engordar sus billeteras. Cuántos de ellos conocen a Jaime y saben como es, y ahora agachan la cabeza o miran hacia otro lado haciéndose los desentendidos para respaldar a su amo. 
  4. Precisamente por esa coherencia Jaime ha recibido atropellos por parte de los gobiernos de turno: hostigamiento, cárcel, golpes y hasta el secuestro de su guitarra. Pero éste gobierno aparte de todo ello utiliza la cobarde y rastrera calumnia que sólo demuestra su estrechez ética y política.
  5. Lo ocurrido con Jaime no es sino una prueba más que este gobierno se sostiene en base a la manipulación, al engaño. Una farsa sistemáticamente construida a través de un aparataje de comunicación que busca convertirse en constructor de realidades para manejar la opinión pública a su antojo. Con el mismo cinismo que mintió en esta ocasión, lo hace siempre.
  6. Este gobierno pretende ampliar incesantemente las formas de control directo e indirecto sobre la población, utilizando la criminalización de la lucha social, las amenazas y las burdas calumnias y desprestigio, configurando para ello una lógica fascistoide, autoritaria y represiva.
  7. Este gobierno es tan hipócrita que se llena la boca manifestando que hay que hablar con pruebas, que no hay que calumniar, cuando es el primero que lo hace, cuando aquel es el recurso que más frecuentemente utiliza. Qué irónico. Que su majestad entonces se auto-aplique la ley de comunicación y todo lo que implica: cárcel, multas, linchamiento mediático.
  8. Manifestar que Jaime “se tambaleaba y habría que internarlo en un sanatorio” no hace más que demostrar la inmensa ignorancia de Correa y su séquito, que no es la primera vez que quedan en evidencia. Jaime tiene epilepsia, algo que muchos personajes de este gobierno conocen.
  9. El gobierno que ahora se disfraza de paladín de la moralidad es precisamente todo lo contrario y estos casi siete años en el poder lo han demostrado incansablemente con los casos de corrupción que han salido a la luz, pero especialmente con su política entreguista.
  10. La trayectoria de Jaime no podrá ser ensuciada jamás porque todos conocemos la clase de persona que es. Respaldamos incondicionalmente a nuestro camarada y amigo Jaime Guevara y no vamos a permitir ningún tipo de ataque contra él.