Se
viene el BLOQUE PROLETARIO. Invitamos a toda la gente para que se sume
este 1ero de Mayo a las 8am en la Av. 10 de Agosto y Arenas, en la Plaza
del Consejo Provincial de Pichincha. Tambores, banderas, danza,
zanqueros, consignas, cánticos y mucha
fuerza desde las barriadas populares, fábricas, campo y centros de
estudio, listos a marchar con fuerza y combatividad. Quienes quieran
sumarse les esperamos. ¡Por la Reconstrucción de la Organización
Proletaria en el país! ¡Los trabajadores vamos organizados frente al
gobierno, oportunismo y empresarios!
miércoles, 23 de abril de 2014
2do Taller: Mujer Trabajadora Luchadora con Consciencia.
Se viene el 2do Taller: Mujer Trabajadora
Luchadora con Consciencia.
Esta vez abordaremos el tema: Situación y
perspectivas de resistencia de la mujer en el contexto de la revolución
ciudadana.
Se analizarán cuatro puntos en mesas de trabajo
participativas:
- Análisis del discurso del gobierno sobre la mujer.
- Proyección y ejecución de políticas públicas referentes al tema femenino.
- Situación laboral actual de las mujeres en el Ecuador.
- Democracia, parlamentarismo e institucionalización de la lucha de la mujer.
Les esperamos este sábado 26 de abril a las 10h00 en la Casa de la Cultura Rebelde. (San Marcos, Calle Inclana, E3-127, entre Pichincha y Silva), Ver Croquis
- Análisis del discurso del gobierno sobre la mujer.
- Proyección y ejecución de políticas públicas referentes al tema femenino.
- Situación laboral actual de las mujeres en el Ecuador.
- Democracia, parlamentarismo e institucionalización de la lucha de la mujer.
Les esperamos este sábado 26 de abril a las 10h00 en la Casa de la Cultura Rebelde. (San Marcos, Calle Inclana, E3-127, entre Pichincha y Silva), Ver Croquis
Pueden inscribirse enviando un mail a: vientosdelpueblo_ec@yahoo.es ; vocesdelibertadecua@yahoo.es
Organizan: Movimiento Vientos del Pueblo y Organización Cultural Voces De Libertad.
Taller con los trabajadores de PINTEX
El
sábado 12 de abril el Movimiento Vientos del Pueblo realizó el taller: "Importancia de la Organización y Educación Obrera" en el Comite De Empresa Treinta y Uno de Mayo de los trabajadores de Pintex. Fue una jornada bastante productiva, un taller
con una línea clasista muy marcada y con una metodología novedosa que
incluyó una exposición y trabajo en grupos. Tratamos de ir gestando una
nueva corriente revolucionaria en el movimiento obrero ecuatoriano, que
combata la influencia de los capitalistas, del gobierno y el
oportunismo. Agradecemos la invitación de los compañeros de Pintex y
toda la acertada labor que están realizando mediante su organización.
¡Revolucionando la consciencia, evolucionando mediante la acción, Soplan
Vientos del Pueblo para la Organización Popular! ¡Por la reorganización
proletaria
lunes, 7 de abril de 2014
El Capitalismo Burocrático: tesis clave para comprender la formación social ecuatoriana
El Movimiento Vientos del Pueblo ha emprendido desde hace algún tiempo el estudio de la formación social ecuatoriana[1]
partiendo del materialismo histórico para comprender la dinámica
social, económica y política que se desarrolla en nuestro país.
Lamentablemente en el Ecuador no contamos con análisis de este tipo, adolecemos de una experiencia teórica seria que nos permita tener claridad sobre el tipo de capitalismo que se desarrolla y las clases sociales que existen en nuestro país, obedeciendo esto a causas como: la falta de intelectuales proletarios con una definida posición de clase; la influencia de corrientes burguesas y postmodernas en la academia; el predominio de una izquierda del capital, reformista y oportunista, que ha vivido en los vaivenes de la coyuntura sin haber realizado un trabajo teórico profundo; y análisis que parten de corrientes idealistas y metafísicas realizando estudios excesivamente particulares, que no permiten, ni comprender la totalidad de los fenómenos que analizan, ni la relación de estos con otros procesos. Esto se deriva especialmente de la concepción de la que parten para sus “teorizaciones”, y de la posición de clase que asumen. Por un lado toman como base formulaciones abstractas que pretenden hacerlas pasar como teorías; y por otro resulta evidente su interés de no criticar la médula del sistema, cobijándose en el ataque a elementos que son moldeables por el mismo capitalismo: crítica a formas de gobierno o políticas económicas. Es el marxismo el que a través de su método, el materialismo dialéctico e histórico, permite realizar un análisis científico de la sociedad, partiendo de la comprensión de ésta para su posterior transformación.
En este número esbozaremos de manera general algunas de las bases conceptuales del capitalismo burocrático, combinándolo con una serie de ejemplificaciones que se afirmen en el análisis concreto de la realidad concreta. Este es simplemente un esbozo, un primer acercamiento, que pretendemos presentarlo de la forma más didáctica posible. En posteriores publicaciones abordaremos cada uno de los ejes del capitalismo burocrático y cómo éstos se afirman en el país, permitiéndonos profundizar específicamente cada uno de ellos.
El capitalismo burocrático: un concepto preciso para comprender nuestra realidad
La teoría del capitalismo burocrático no ha sido lo suficientemente discutida en el ámbito popular y académico. Esta teoría fue desarrollada por Mao TseTsung para referirse al tipo de capitalismo que se desarrollaba en un país atrasado y semicolonial como China, de la cual exponía:
“de la clase terrateniente feudal de China, al igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en China, el imperialismo, se alía en primer término con las capas dominantes del régimen social precedente –los señores feudales y la burguesía comercial-usurera-, contra la mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalista (particularmente en el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reaccionarios (...) el imperialismo, con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales, con toda su superestructura burocrático-militarista” [2]
Mao manifestaba que China era una semi-colonia dominada por el imperialismo, donde éste tenía como aliados fundamentales a la burguesía compradora y los terratenientes, los cuales se servían de las relaciones precapitalistas para obtener mayores beneficios. La teoría desarrollada por Mao no constituía simplemente un análisis particular de la sociedad china, sino que desarrollaba las leyes generales para comprender cuál es la forma de capitalismo que se reproduce en un país dominado.
En la misma época, en el Perú, José Carlos Mariátegui basado en la teoría del imperialismo de Lenin y en el estudio concreto de América y del Perú en especial, expondría también en varios de sus textos argumentaciones tendientes a demostrar el tipo de capitalismo que se genera en un país atrasado, el papel reaccionario de la burguesía y la importancia de la alianza obrero-campesina como base para la revolución. Mariátegui estudiaría extensamente las características de su país y como éste fue condicionado por la dominación desde antes de estructurarse como Estado. En los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, concretamente en los dos primeros capítulos donde nos habla de la economía peruana y el problema de la tierra, argumenta sobre la existencia de relaciones precapitalistas de las que se sirven tanto el imperialismo como la burguesía monopólica. Y en el Programa del Partido Socialista Peruano nos demuestra que:
“El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semi-coloniales, que explota como mercados de su capital y sus mercancías y como depósitos de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo; los obliga a la especialización, a la monocultura (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú), sufriendo una permanente crisis de artículos manufacturados, crisis que se deriva de esta rígida determinación de la producción nacional, por factores del mercado mundial capitalista” [3]
Los comunistas peruanos en los años setenta profundizan la teoría del capitalismo burocrático con los aporte de Mao y Mariátegui y dan una definición más precisa sobre éste:
“Sobre una base semifeudal y bajo un dominio imperialista, se desarrolla un capitalismo, un capitalismo tardío, un capitalismo que nace atado a la semifeudalidad y sometido al dominio imperialista... El capitalismo burocrático se desenvuelve ligado a los grandes capitales monopolistas que controlan la economía del país, capitales formados por los grandes capitales de los grandes terratenientes, de los burgueses compradores y de los grandes banqueros; así se va generando el capitalismo burocrático atado a la feudalidad, sometido al imperialismo y monopolista. Este capitalismo, llegado a cierto momento de evolución se combina con el poder del Estado y usa los medios económicos del Estado, lo utiliza como palanca económica y este proceso genera otra facción de la gran burguesía, la burguesía burocrática; de esta manera se va a dar un desenvolvimiento del capitalismo burocrático que ya era monopolista y deviene a su vez en estatal.”
El capitalismo burocrático es “el capitalismo que impulsa el imperialismo en un país atrasado; el tipo de capitalismo, la forma especial de capitalismo, que impone un país imperialista en un país atrasado, semifeudal, y semicolonial”
Cabe recalcar como antecedentes a la formulación de esta teoría los aportes de Marx en cuanto a la concentración y centralización de capital como antesala al monopolismo, el problema agrario y la inclusiòn del campesinado en el programa proletario, y la forma cómo las metrópolis capitalistas dominaban sus colonias. También las formulaciones hechas por Lenin, especialmente la teoría del imperialismo, del desarrollo desigual y combinado, de las características concretas de Rusia al definirlo como un país pequeño burgués, y la caducidad del papel democrático de la burguesía que no podía completar las tareas democrático burguesas y que ello recaía en la alianza obrero-campesina bajo dirección revolucionaria del proletariado.
Los ejes fundamentales para sustentar que en un país se desarrolla el capitalismo burocrático son:
- La dominación imperialista y la formación de un país anclado a la semi-colonialidad.
- Una economía con fuertes rasgos precapitalistas: un amplio mar de pequeña producción y comercio tanto en el campo como en la ciudad, donde se dan formas de economía mercantil simple.
- Un país sin base industrial propia, especialmente en lo que tiene que ver con la industria pesada.
- Una economía basada más en el comercio que en la producción.
- Configuración de una burguesía compradora y burocrática que existe como apéndice y socia de menor rango del imperialismo.
- El proletariado no es la clase numéricamente más importante del país, aunque ello no le despoje de su papel de vanguardia. Otras clases tiene una gran importancia en la economía del país como el campesinado y el semi-proletariado.
- Una súper-estructura (Estado, variantes ideológicas y formas de conciencia social) profundamente influenciadas por el imperialismo, donde sobreviven fenómenos como la superstición, el arribismo pequeño burgués, una educación limitada, la folclorización de la cultura, formas de pensar occidentalizadas, etc.
El materialismo histórico: método científico para comprender la realidad social
El marxismo manifiesta que para comprender una sociedad históricamente determinada debemos indagar en cómo ésta organiza la producción de los bienes materiales necesarios para su subsistencia, las relaciones sociales en las que se desenvuelve esta producción y el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, sobre las cuales se levantará el poder político y los aparatos ideológicos que permitirán la reproducción de dicho orden social. Todo esto forma parte de la categoría denominada modo de producción. Los modos de producción de los que habla Marx básicamente son: comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo-comunismo. Este análisis nos permite entender las particularidades de cada sistema social y nos abre paso a un criterio científico para abordar la historia, de la cual su motor es la lucha de clases.
Desarrollo clásico del capitalismo y desarrollo del capitalismo burocrático: el problema del imperialismo
La categorización de modo de producción capitalista tiene por objetivo sentar las características y leyes generales que rigen a dicho sistema basado en el trabajo socializado, la propiedad privada, la extracción de plusvalía y la reproducción de capital. Este modo de producción se materializa de manera concreta en diferentes formaciones sociales, es decir el capitalismo se desarrolla de diferente manera en Inglaterra, Francia, Japón, Alemania, Estados Unidos, China, etc. El capitalismo no es un sistema inmóvil, sino que sufre variaciones, la fundamental históricamente es su paso del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopolista, a lo que Lenin denomina como Imperialismo[4] . Esta fase superior es importante comprenderla en su magnitud, pues si bien el capitalismo conserva sus características básicas y su contradicción fundamental (capital-trabajo) se dan una serie de nuevas contradicciones en esta etapa como son las que existen entre los propios países imperialistas y entre éstos y sus colonias o semi-colonias.
Es importante comprender al sistema capitalista-imperialista como algo global que se ejerce en todo el mundo. Esto nos permite replantear la categoría modo de producción capitalista y hablar en la actualidad de capitalismo imperialista, donde se desenvuelven especialmente dos tipos de países, unos sobre los que se recrean formaciones sociales industriales, avanzadas y dominantes, y otros donde se desarrolla un capitalismo dominado, atrasado, tardío, con amplias relaciones sociales y formas de propiedad precapitalista. Es decir en los países avanzados o las potencias capitalistas se desenvuelve un capitalismo diferente al de los países atrasados, todo mediado por una estructura basada en la dominación.
Es importante entender que el capitalismo no se ha desarrollado de igual forma en las diferentes regiones del mundo. Es decir hubo países que cumplieron el tránsito clásico de un modo de producción a otro. Y una serie de países que no pudieron cumplir cabalmente con ello al hallarse sometidas a los intereses extranjeros.
En el primer caso estos países liquidaron las formas precapitalistas de producción mediante la revolución burguesa (Holanda siglo XVI, Inglaterra en el XVII y Francia en el XVIII) donde fue derrotada la clase terrateniente y emergió la burguesía como nueva clase dominante, lo que permitió el desarrollo de las fuerzas productivas provocando un capitalismo de amplia base industrial, con relaciones de producción básicamente capitalistas, un proceso de concentración intensivo, y la liquidación de las relaciones feudales en el campo. En estos países el proletariado se constituyó en clase mayoritaria y las formas de pequeña producción tendieron a desaparecer.
Cabe recalcar que estos países no estaban oprimidos por ningún otro, lo que les permitió desarrollarse de acuerdo al “interés nacional” de su burguesía, introduciendo medidas económicas como por ejemplo el proteccionismo, que les garantizó el crecimiento de su industria y posteriormente la consolidación de los monopolios.
A su vez hubo otros países, como los de Latinoamérica, que recién comenzaron a estructurar su nacionalidad y a unificar sus Estados cuando los países nombrados anteriormente ya habían concluido esa etapa y se habían convertido en Estados poderosos que marcaban el rumbo de la economía mundial. Desde los primeros años del siglo XIX cuando empiezan los procesos “independentistas” en América Latina, los países europeos habían entrado en un proceso de concentración profunda de la industria, banca y comercio especialmente en el último cuarto del siglo XIX, lo que les permitió ejercer una dominación más sistemática sobre las colonias.
En los países donde se desarrolla un capitalismo atrasado la clase terrateniente no es liquidada sino que evoluciona lentamente hasta ir adoptando formas más o menos capitalistas de producción, sin resolver el problema agrario, sin base industrial propia, con actividades comerciales como eje de la economía, una producción articulada a las necesidades del mercado internacional y una gran cantidad de formas de pequeña producción y comercio. Es decir los países latinoamericanos han estado anclados desde la conformación de los “Estados nacionales” (y aún antes por ejemplo con la conquista española) a la dependencia.
Tomando el caso de nuestro país, la dominación de lo que actualmente es Ecuador empezó con la conquista española. Durante todo ese periodo enormes cantidades de minerales fueron usurpados y miles de indígenas y esclavos negros explotados y asesinados. Después de tres siglos de ser una colonia, y mientras varios países europeos habían desarrollado su economía con un carácter nacional, en Latinoamérica se comenzaron a dar los procesos independentistas.
Estas revueltas emancipadoras no lograron configurar un proyecto nacional, más bien condujeron al tránsito de dominación española a la inglesa, la principal potencia mundial del siglo XIX. Cabe recalcar que este cambio de amo se da por el declive de España y por la consolidación de Inglaterra como principal potencia del mundo. Así pues, Ecuador fue sometido por España e Inglaterra, y más tarde, cuando la fase superior del capitalismo se había alcanzado, ya éramos dominados por Estados Unidos. Este proceso marca el tránsito de nuestro país de una colonia a semi-colonia.
Las formas de dominación de las potencias imperialistas pasan de la política colonial a la semi-colonial. Ello se da en la mayoría de países de Latinoamérica con los procesos independentistas y llega a ser la forma general en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. La semicolonialidad implica una independencia formal, pero no en los hechos, pues si bien estos países eligen sus gobernantes y cuentan con un ejército propio, tales elementos se hallan controlados por el imperialismo y su conexión con la burguesía que administra dichos Estados. Es un control económico más intensivo y solapado, y a la vez más profundo.
A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, Ecuador vivió el proceso de la Revolución Liberal que, según la historiografía, fue una suerte de proyecto que configuró la nacionalidad ecuatoriana, pero que en el fondo fue un plan político conducido por la burguesía agro-exportadora, que, a través del control del Estado, marcó la entrada definitiva de nuestro país en la división internacional del trabajo, en calidad de país sometido por el imperialismo. Es decir producir en base a los requerimientos de estas potencias configurando una lógica primario-exportadora donde la economía depende de un producto “estrella” lo que nos convierte en una economía sumamente frágil a los vaivenes del mercado.
En el periodo de entreguerras, el país vivió una grave crisis económica, que solo se pudo aliviar en los años 40’s, en que los latifundistas de la costa abandonaron la producción de cacao, para dedicarse a la plantación de banano, que duró hasta fines de los años 60’s. En ambos casos, tanto con el cacao como con el banano, nuestra economía y desarrollo nacional estuvo marcado por nuestro papel de país primario-agroexportador. Durante la década de los años 60’s los gobiernos ecuatorianos, con el auspicio de Estado Unidos, llevó a cabo la política de “Industrialización por sustitución de importaciones” ISI. El objetivo de ésta era industrializar algunos sectores de la economía, pero por razones concretas, fracasó. Desde inicios de los 70’s la economía ecuatoriana empezó a girar en torno a la producción petrolera, marcando una continuidad del papel que cumple nuestro país en la división internacional del trabajo.
Los años 80’s y 90’s fueron la “luna de miel” de los gobiernos de turno y el neoliberalismo. En este periodo predominó la privatización de varios sectores de la economía, políticas tendientes a la flexibilización laboral, la implementación de los recetarios del FMI y un enorme endeudamiento público y privado. Se festinaron los recursos naturales y se intensificó la dependencia del país.
En la actualidad vivimos la revolución ciudadana como un proceso configurado para re-oxigenar el Estado burgués, desarrollado por la burguesía burocrática que encarama un nuevo grupo o fracción dentro de la burguesía que utiliza el aparato de Estado como eje de acumulación, que no liquida de ninguna manera las relaciones de dominación, y que más bien las profundiza puesto que en la actualidad no sólo estamos condicionados por Estados Unidos sino también por China.
Son tan sólo frases pomposas del gobierno cuando habla de antiimperialismo, pues en la práctica seguimos siendo un país dominado. El imperialismo controla los sectores estratégicos de la economía, un caso paradójico fue la telefonía celular donde el gobierno renovó el contrato con Porta (en la actualidad Claro) y Movistar durante 15 años más, con ganancias que sobrepasarán fácilmente los 30 mil millones de dólares para ambas transnacionales. En la “revolución ciudadana” el país continúa siendo una economía primario exportadora que depende del petróleo y que busca desarrollar la mega minería acentuando esta lógica. El nivel de endeudamiento ha crecido, si en el 2005 las obligaciones con China llegaban a 9,3 millones, actualmente ese rubro sobrepasa los 5.000 millones de dólares. Este patrón de dependencia es bastante paradójico pues nuestra deuda se invierte en obras de infraestructura que son construidas por el mismo capital chino y que sirven directamente a sectores donde ellos van a invertir. Por si fuera poco, Ecuador debe pagar con petróleo esta deuda, condicionando qué se debe producir, en qué cantidad y con qué intensidad. La mega minería es otro de los sectores donde el capital imperialista busca festinarse los recursos naturales, los principales cinco proyectos pertenecen a compañías chinas y canadienses, a las cuales se les hizo un marco jurídico (Ley Minera) a su medida y cuentan con ex empleados suyos (Federico Auquilla ex gerente de IMC, actual viceministro de minas) en puestos claves. Los monopolios estadounidenses y europeos continúan sirviéndose del carácter agro-exportador del país, y a la vez de un mercado propicio para la exportación de sus mercancías. El cambio de matriz productiva tan sólo es un slogan que esconde la necesidad de generar una infraestructura básica para la inversión del capital imperialista.
El imperialismo provoca un desarrollo desigual y combinado [5] en su estructura general. Mientras algunas potencias capitalistas despliegan su campo industrial (especialmente industria pesada es decir producción de medios de producción: máquinas) técnico y tecnológico y rigen el desarrollo de la economía profundizando una división intensiva del trabajo; otros países se hallan subordinados a sus requerimientos siendo arrastrados a una lógica capitalista pero profundamente preñada por la dependencia, lo que hace que desarrollen un capitalismo tardío, subordinado a tales requerimientos.
Como manifestaría Mariátegui: “Enfocada sobre el plano de la historia mundial, la independencia sudamericana se presenta decidida por las necesidades del desarrollo de la civilización occidental o, mejor dicho, capitalista”. [6]
Las potencias imperialistas necesitan gestar ciertos elementos básicos para seguir ampliando la acumulación de capital, por lo tanto hacen “evolucionar” ciertas formas esclavistas y feudales de producción a relaciones semifeudales, precapitalistas y capitalistas; generan condiciones básicas para poder “invertir” en estos países: infraestructura básica (vialidad, oleoductos, hidroeléctricas), profesionales con conocimiento técnico, particular y limitado para que trabajen en sus corporaciones; y un segmento de la población con cierto poder adquisitivo para que puedan comprar sus productos. Es decir desarrollan el capitalismo en sus semicolonias hasta un límite, el cual les permita seguir dominándolas, extrayendo sus recursos y sirviéndose de estas relaciones para ampliar su poder. El Ecuador no se desarrolla en base al interés de su pueblo, ni siquiera de su burguesía, sino de las potencias extranjeras. Es importante comprender que lo que producimos y compramos está marcado por este factor. Continuamos siendo un proveedor de materias primas donde pasamos del cacao, al banano, al petróleo y actualmente se le apuesta a la minería. Un paraíso para la exportación de capitales y de mercancías provenientes de las metrópolis.
Conformación de la burguesía compradora y burocrática
En el proceso de dominación económica y política que configura el imperialismo en los países atrasados, encuentra un cómplice muy importante, que se encarga de hacer que fluyan estas relaciones y de las cuales se beneficia constantemente. El capitalismo burocrático genera una burguesía entregada en cuerpo y alma al imperialismo, una élite local que funge como intermediaria de sus operaciones.
La burguesía europea se fue gestando en el sistema feudal a través de un proceso de acumulación originaria basada en: las ganancias que obtenía por sus actividades comerciales, la expropiación violenta de la tierra a los campesinos, y el desangre de las colonias. Esta clase fue acumulando capital y se hizo del poder para acabar con las relaciones feudales que constituían una traba para su desarrollo. Realizó revoluciones burguesas que le permitieron desplazar del poder político a la nobleza y a los terratenientes, configurando un Estado acorde a sus intereses. Este poder representó la palanca necesaria para un desarrollo más veloz de las fuerzas productivas tomando como base la producción, el desarrollo industrial. Utilizaron además el Estado para instaurar medidas que permitan fortalecer sus países y convertirlos en potencias. Estos países donde se da la revolución burguesa generan una burguesía nacional, independiente, que vela por sus propios intereses.
En cambio en los países dominados se desarrolla una burguesía con diferentes características, fruto del capitalismo tardío en el que nace. Las élites locales no cuentan con una base de acumulación originaria de capital, ni tampoco crecen tomando la producción, el desarrollo industrial, como su elemento constitutivo más importante. Son más bien una suerte de burguesía intermediaria, transaccionista, que se encarga de servir de enlace entre el imperialismo y el mercado de los países dominados, tiene el centro de su avance en el acaparamiento de la tierra, la agro-exportación, y la importación de bienes. Los terratenientes ecuatorianos fueron mutando y convirtiéndose en burgueses agrarios, especialmente en la costa, mientras en la sierra esta evolución aconteció más lentamente. Es decir no son liquidados los terratenientes sino que estos evolucionan al amparo del imperialismo. Una burguesía intermediaria que exportaba productos primarios y servía de canal para la introducción de los productos de los grandes monopolios extranjeros. El desarrollo de la banca privada ayudó a la consolidación de estos grupos.
Los grandes consorcios como el del Banco del Pichincha, Grupo Proinco, Consorcio Nobis, Corporación La Favorita, Banco de Guayaquil, Grupo Eljuri, Exportadora Noboa, Grupo Isaías, Dassum, El Rosado y Pronaca, son los principales monopolios del país y su actividad se centra en la agro-exportación, importación de productos y comercialización, industria de alimentos, aseguradoras, banca, ensambladoras de autos, centros comerciales e industria del entretenimiento. No tiene su centro en actividades industriales, puede desarrollar algunos elementos de industria ligera pero absolutamente nada en cuanto a la industria pesada.
Pero además el capitalismo burocrático genera una burguesía burocrática que utiliza el Estado como palanca de ascenso económico, es la que se sirve de los contratos, negociados y la posición privilegiada que le da éste, para acumular capital y acrecentar sus ganancias. El control del Estado, mediante la dirección del gobierno, hace que estos grupos se consoliden y puedan fortalecerse dentro de la clase burguesa como una fracción más. El gobierno de Correa es una clara representación de ello, las familias y los altos funcionarios, además de los aportantes a la campaña, extraen sus jugosas ganancias del reparto de la torta estatal.
Es importante remarcar que la burguesía no es una clase homogénea sino que dentro de ella existen diferentes capas o fracciones con intereses particulares, lo que les puede hacer entrar en pugnas momentáneas en cuanto a la administración del Estado, leyes, políticas económicas, manejo de varios ámbitos de la superestructura, etc. Estas pugnas son desacuerdos momentáneos ya que coinciden en los ejes esenciales en cuanto a la economía y política. Un ejemplo de esto puede ser las pugnas que se dieron entre varios sectores de la burguesía compradora (Consorcio del Pichincha, Grupo Isaías) con el gobierno actual en torno a la ley de comunicación, donde los primeros querían mantener el monopolio de los medios masivos en manos privadas, y la burguesía burocrática representada por el gobierno pretendía hacerse fuerte con el control de algunos canales, radios y medios impresos.
También se habla mucho del carácter nacional de la burguesía ecuatoriana, ello caducó en el momento en que el Imperialismo se consolidó a nivel mundial. Así estas burguesías perdieron cualquier papel progresista y revolucionario, convirtiéndose en un apéndice de la burguesía de las potencias industrializadas.
Un país pequeño burgués
El capitalismo burocrático se configura en países donde la industria no se halla lo suficientemente desarrollada, lo que genera un importante porcentaje de mediana y pequeña producción y comercio. La pequeña propiedad resulta un fenómeno pasajero entre el feudalismo y el sistema capitalista, está destinada a desaparecer, pues el proceso de concentración es cada vez mayor y a la vez el capitalismo necesita proletarizar a los pequeños campesinos y artesanos para explotar su mano de obra, es la condición de obrero libre de la que habla Marx: libre en dos sentidos, de vender su fuerza de trabajo a quien lo desee, y libre por estar desprovisto de medios de producción. En Europa, Estados Unidos y otros países donde se desarrolla este capitalismo avanzado, las formas de pequeña propiedad, producción y comercio fueron desapareciendo, hasta convertirse en un factor aislado. A su vez en los países oprimidos por el imperialismo ello no se efectuó de tal manera, sino que las formas de pequeña producción y comercio continuaron siendo un aspecto fundamental de su economía.
La fórmula fundamental del proceso de producción capitalista es D-M-D´. Lo que significa que la producción capitalista implica poseer dinero, invertirlo en la producción comprando materias primas, instrumentos de trabajo, y mano de obra, para realizar mercancías y venderlas en el mercado para obtener más dinero del invertido inicialmente, ese dinero extra sale del trabajo no remunerado al obrero, que es la plusvalía. Es decir es un proceso de producción basado en obtener ganancia.
En nuestros países se recrean de manera importante formas de economía mercantil simple, que es una modalidad previa de producción de mercancías, donde el móvil no es la ganancia sino cubrir las necesidades de los productores directos. Su fórmula es M-D-M, que significa producir mercancías, cambiarlas por dinero (es decir venderlas) y posteriormente con ello comprar otras mercancías para satisfacer las necesidades básicas de esos productores. Básicamente una economía de autosubsistencia.
En países como el Ecuador, los rasgos de la economía mercantil simple son abundantes, los encontramos en los artesanos, pequeños campesinos, pequeños productores, y pequeños comerciantes, en los cuales su actividad está ligada no a la ganancia en base a la extracción de plusvalía (o la realización de ésta) sino a canjear su producción por otros elementos necesarios para seguir reproduciendo su existencia.
Los datos sobre pequeña producción son bastante claros para que comprendamos que éste no es un rasgo aislado de nuestra economía. Las empresas pequeñas en el Ecuador (de una a nueve personas ocupadas) reúnen el 95,4% de establecimientos económicos y registran el 44% de trabajadores a escala nacional. La mayoría de la población en edad de trabajar está enrolada en este tipo de actividades. En las ciudades predominan los pequeños negocios que son aprovechados por el imperialismo y la gran burguesía para comerciar sus productos sin necesidad de generar vínculos laborales. En el campo el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. La pequeña burguesía se encuentra en quiebra permanente. Las empresas pequeñas son las que menos ventas totales reportan a escala nacional, ya que generan apenas el 16,4% de las ventas totales realizadas en el país, mientras que las grandes empresas facturan el 44,1%.
Un precario desarrollo de la industria ligera y la inexistencia de industria pesada
Mientras los países imperialistas cuentan con un gran desarrollo de las fuerzas productivas. En nuestros países ello no ha podido efectuarse, fruto de la dependencia a la que estamos sometidos. Las potencias desarrollan la industria ligera pero especialmente la industria pesada. El factor dominante en este ámbito le corresponde a la industria pesada puesto que implica la producción de medios de producción, es decir las máquinas necesarias para la producción de artículos derivados de la industria ligera, y sin los cuáles ésta no podría existir. El control sobre los procesos productivos a nivel mundial y la acentuada división internacional del trabajo obedecen entre sus causas a esta monopolización de la producción de medios de producción, que implica la monopolización también de la ciencia, la técnica y la tecnología.
Si en el Ecuador se quiere producir un ítem cualquiera, se requieren máquinas, y éstas no se producen en el país sino que hay que importarlas. En los países donde se desenvuelve el capitalismo burocrático no existe industria pesada, y la industria ligera no está lo suficientemente desarrollada. En nuestro país tenemos una producción industrial concentrada básicamente en la industria textil, de alimentos, ensamblaje de automotores, etc.
El empleo manufacturero representa el 11% del empleo a nivel nacional. Por otro lado, la actividad de explotación petrolera, dentro del sector minas y canteras, genera apenas el 0.5% del empleo nacional. El empleo está concentrado en sectores manufactureros de baja tecnología, y su composición casi no ha variado desde el año 2000 (72%). En el Ecuador, el 13.3% de las empresas industriales corresponden al sector de la gran industria. El sector de la mediana empresa industrial representa el 19.9% del total de empresas del País. El mayor número de industrias se concentra en las pequeñas (43.2%) y micro industria (23.6%). Debe anotarse que el gran grado de informalidad puede alterar el resultado
El escaso desarrollo industrial del país también ocasiona altos índices de desempleo y subempleo, que en conjunto llega al 50%. Entendiendo que estas estadísticas incluyen en sus números un desempleo encubierto. El escaso desarrollo productivo hace que el Estado sea uno de los principales empleadores llegando a representar prácticamente el 20% de la Población Económicamente Activa. La mayoría de personas deben buscarse los medios de subsistencia por cuenta propia y sin ninguna garantía laboral.
Los apologistas del capitalismo sustentan que países como la India, Brasil o México han desarrollado su industria, puesto que la producción fabril ha crecido exponencialmente. El asunto es comprender a quién corresponden esas empresas, quiénes son sus dueños, que generalmente bajo la figura de exportación de capitales, son las mismas potencias imperialistas. No se ha desarrollado la “industria nacional”, sino que las mega-corporaciones las han instalado en esos países para obtener mayores ganancias gracias al bajo costo de la tierra, la débil legislación laboral, y el bajo costo de la mano de obra.
El problema agrario: la persistencia de la semi-feudalidad en el campo
“Los partidos burgueses y reaccionarios se asombran extraordinariamente de que, de pronto, los socialistas [comunistas] pongan ahora y en todas partes a la orden del día el problema campesino. En realidad, debieran asombrarse de que esto no se haya hecho ya desde hace mucho tiempo. Desde Irlanda hasta Sicilia, desde Andalucía hasta Rusia y Bulgaria, el campesino es un factor esencialísimo de la población, de la producción y de poder político.” Marx carta a Engels.
El problema agrario manifiesta una resolución distinta en los países donde se consolidó el capitalismo, y los países donde se desarrolla este capitalismo tardío al que denominamos burocrático. En el primer caso tenemos los países donde la revolución burguesa se consolidó en el lapso que va desde el siglo XVII hasta las primeras décadas del siglo XX. Se realizó de diversas formas:
- Revolución que termina con un pacto entre burguesía y terratenientes (Inglaterra en 1669, pero al mando de la burguesía);
- Revolución burguesa que elimina la nobleza (Francia a partir de su revolución de 1789);
- Resto de países de Europa occidental que siguieron el ejemplo francés: Suiza, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Austria, Dinamarca;
- “Vía norteamericana” de transición al capitalismo por parte de antiguas colonias de poblamiento: EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda;
- “Vía prusiana” de transición al capitalismo: Alemania, Italia, Japón.
En estos países se llevó a cabo la resolución del problema agrario desde el capitalismo, es decir se liquidaron las relaciones feudales a través del reparto de la tierra a los campesinos, o su expropiación violenta refrendada por el Estado para que la burguesía emergente se provea de las mejores tierras. El problema de la tierra es un asunto democrático en la transición del feudalismo al capitalismo, pues los campesinos clamaban por abolir las relaciones serviles a las que estaban sometidos y clamaban por tierra, ello fue aprovechado por la burguesía para atraerse al campesinado en su lucha contra los terratenientes, alianza que fue clave para la obtención del poder político. El proceso de reparto de la tierra dirigido por la burguesía y bajo las leyes de la producción y la competencia lleva a la prevalecencia de los más fuertes, concentrando así la tierra la burguesía e imponiendo formas de explotación capitalista donde los campesinos son convertidos en obreros asalariados.
Según esta división que realiza Víctor Martin[7] , algunos países de Europa no cumplieron cabalmente con esta revolución agraria, como por ejemplo Grecia, Portugal y España, donde en algunas regiones de estos países subsiste la semi-feudalidad.
En la URSS, China y algunos países del Este de Europa se resolvió el problema campesino, no sólo se repartió la tierra (reforma democrático-burguesa), sino que se dieron procesos cooperativistas y colectivistas que liberaron a los campesinos de las formas milenarias de opresión terrateniente y burguesa. Lamentablemente con los procesos contrarrevolucionarios ejercidos en esos países, a partir de la restauración del capitalismo se dio una involución que permitió la reconcentración de la tierra y retroceder en la resolución del problema agrario.
Existe otro grupo de países donde la semi-feudalidad subsiste y es un rasgo fundamental de las relaciones de producción en el campo. Tenemos básicamente tres grupos:
- El primero son países donde se mantiene la semi-feudalidad, y las reformas agrarias impulsadas desde el Estado no han resuelto tal problema (Ecuador, India, Perú, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Egipto, Irán, Irak, Siria, Cuba, Vietnam, Nicaragua).
- El segundo, son países como Taiwan y Corea del Sur donde se dieron reformas agrarias fruto de la derrota de Japón en la II Guerra Mundial.
- Y el tercer caso, países semicoloniales en los que no se han dado procesos de reforma agraria, pero donde está comenzando a tomar importancia la cuestión de la tierra: países semicoloniales menos agrarios (Argentina, Uruguay, Tailandia, Malasia, Turquía) , y países semicoloniales agrarios muy atrasados (Burkina Faso, Costa de Marfil), América Central y Caribe (Haití, República Dominicana, Belice).
Estas relaciones se mantienen en la actualidad. Mariátegui abordaría esta problemática históricamente, confiriendo su base a la forma cómo fuimos colonizados, lo que repercutió en mantener hasta la actualidad subsistente el problema agrario. Sentaba una diferenciación entre América del Sur y América del Norte, en el primer caso argumentaba que la “América española fue conquistada bajo los efectos y métodos de un espíritu y una economía que declinaban ya”[8] .
Que fuimos conquistados por una pandilla burocrática-militar-clerical que saqueó nuestros recursos minerales, exterminó la fuerza laboral basándose en relaciones de producción esclavistas y feudales, y no explotó la riqueza agrícola. Mientras en el segundo caso argumenta que los Estados Unidos fueron colonizados de otra forma, por una potencia en ascenso como Inglaterra, con pioneers (colonos) que ocuparon la tierra para hacerla producir e incorporar a la fuerza laboral a esa actividad.
La semifeudalidad es una de las características claves para entender cómo se desarrolla el capitalismo burocrático en los países atrasados. “La semifeudalidad significa que el campesino sigue atado a la tierra por múltiples procedimientos extraeconómicos, para que el gran propietario no tenga problemas en cuanto a la disposición absoluta de mano de obra abundante, superexplotada y a bajo coste”. [9]
Las formas básicas en las que se recrea la semifeudalidad en el campo son las siguientes:
- A nivel de relaciones de producción se pueden dar dos formas: mediante la aparcería o el peonaje. En la aparcería se da a través de la renta de la tierra al campesino, donde entrega una parte de su cosecha a la hacienda y generalmente no trabaja sólo él sino su familia también. En cuanto al peonaje se dan dos formas, los peones acasillados y los temporales. En el primer caso el campesino vive y trabaja en la hacienda a cambio de una parcela, alimentos y un salario, es una prestación personal que se compensa con dinero, tierra y productos. En el segundo caso, el campesino no es un trabajador libre sino que está atado a la tierra a través del endeudamiento, es decir trabajan temporalmente en temporadas de producción y cosecha, a veces se les paga con un pedazo de tierra, dinero, o en especie. Las formas más utilizadas de coacción extraeconómica son: los sistemas de enganche, el trabajo gratuito a destajo, el salario en especie, el trabajo temporal, y el patronazgo o cacicazgo.
- En cuanto al desarrollo de las fuerzas productivas en países donde subsiste la semifeudalidad este es escaso, especialmente para los pequeños y medianos propietarios, quienes no cuentan con el abastecimiento y acceso a materias primas e instrumentos de trabajo (tractores, fertilizantes, herramientas de trabajo). En las grandes propiedades las primeras formas de explotación de la tierra se basaron en el cultivo intensivo, es decir ampliar el territorio sin innovar la técnica. Con la articulación cada vez más intensa de nuestros países al mercado mundial como proveedores de alimentos (carácter agro-exportador) la burguesía agro-exportadora tecnificó algunos sectores, para una producción más veloz y que le permita tener mayores ventajas competitivas; los campesinos que trabajan en estos espacios son ahora obreros agrícolas, aunque dentro de estas haciendas capitalistas se den varias formas de coacción extra-económica como el endeudamiento, y que su vida transcurra dentro de las haciendas como en las bananeras del Grupo Noboa, donde hay escuela, tienda de víveres, venta de licor y demás, y donde no sólo es explotado el productor directo sino su familia también.
- La semifeudalidad subsiste en la dicotomía minifundio/latifundio sobre la propiedad de la tierra. Es decir co-existen la pequeña y mediana propiedad con la gran propiedad. Las mejores tierras siguen en manos de los terratenientes, y las perores, las más marginales, y las que están ligadas generalmente al consumo interno son para los campesinos.
A continuación exponemos algunos datos que nos hablan de este factor en el campo ecuatoriano, basado en los datos oficiales del Censo realizado por el gobierno actual en el año 2011:
• El minifundio es una de las formas de propiedad principales en el país. Las propiedades que poseen menos de una hectárea representan el 29,5% del total de unidades productivas (UPAs), sumando 95 834 hectáreas, y sólo poseen el 0,77% del total de tierra del país.
• Las propiedades que poseen de una a cinco hectáreas llegan a representar el 43% del total de UPAs, totalizando el 2,77% del total de la tierra. Es decir el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. Los propietarios que poseen de 5 a 10 hectáreas representan el 12% de UPAs, contando con el 5,5% de la tierra.
• El 18% de la UPAs son aquellas que van de 10 a 50 hectáreas entre las que se podrían ubicar los campesinos medios, los cuales poseen el 27% de las tierras. Las propiedades que tienen entre 50 a 100 hectáreas representan el 4% del total de UPAs, y poseen el 18% de la tierra. De 100 a 200 hectáreas son el 1,53% de UPAs, y controlan el 13,5% de la tierra. Las UPAs que poseen de 100 a 200 hectáreas concentran el 29% de la tierra y sólo comprenden el 0,78% de propietarios. Es decir, los propietarios que tienen entre 50 y 200, concentran el 60% de la tierra. Estos son datos que revelan el alto grado de concentración, el cual no va a ser superado por el gobierno actual dada su ligazón con los terratenientes y agro-industriales.
• El 7% de los propietarios controla el 60% de las tierras cultivables y se mantiene la alta concentración del agua de riego en manos privadas: el 86% de las unidades de producción agrícola (UPA) con sistemas comunitarios tienen el 22% de área regada y sólo el 13% del caudal, mientras que el 1% de UPAs de propiedad privada tienen el 63% de área regada y un caudal del 64%.
La concentración de la tierra y el agua busca ser posicionado como un problema que lo puede resolver el mismo Estado
Dos vías han primado en la evolución del problema agrario. Por un lado tenemos a lo que Lenin denominaría Vía Junker, es decir la lenta transformación de los terratenientes en burgueses agrarios. A diferencia de Europa donde se liquidó la feudalidad con el triunfo de la burguesía, en los países dominados los primeros burgueses son precisamente los terratenientes o su descendencia. Este camino mantiene la semifeudalidad aunque anclándola con formas más capitalistas. La segunda vía consiste en la confiscación de la tierra del terrateniente, sin pago ni indemnización. Este camino significa en el plano político la organización del campesinado y su lucha directa por la conquista de la tierra. Las reformas agrarias dirigidas por el Estado han pretendido sofocar mediante legalidad este aspecto, entregando pequeños retazos de las peores tierras a los campesinos pobres o sin tierra, y manteniendo la gran propiedad y las relaciones que se levantan sobre ella. La obtención de la tierra sin lucha, infunde en el campesinado un pensamiento burocrático, encasillándole en trámites administrativos que no van a resolver el problema de raíz. Actualmente el campesinado ecuatoriano, aparte de las formas de explotación descritas anteriormente, enfrenta otras como el grave problema de acaparación del agua por parte de agro-industriales y terratenientes y la industria extractiva especialmente la mega-minería.
La importancia de las clases sociales
El marxismo señala claramente que el proletariado es la clase más revolucionaria de la historia porque lucha contra la raíz de toda explotación: la propiedad privada de los medios de producción. En países como el nuestro esto se mantiene, pues si bien no constituye la clase mayoritaria (es menor al 15% de la población económicamente activa), bajo su programa es como pueden liberarse consecuentemente las otras clases o grupos sociales.
Muchos intentos han existido desde la intelectualidad reaccionaria y el reformismo de opacar o reducir el papel de vanguardia del proletariado y conferirle éste a la burguesía, a las masas indígenas, a los “movimientos sociales”, o a la “sociedad civil”. En la cademia son usuales las demagógicas declaraciones de posmodernos disfrazados de marxistas que dicen que hay que buscar “el sujeto revolucionario”, negándole este papel al proletariado. El asunto es que ha excepción del proletariado ninguna otra clase nos puede ofrecer un tipo de sociedad sin explotación. La burguesía perdió todo carácter progresista y revolucionario hace mucho tiempo, más aún en la época actual donde es un simple apéndice del imperialismo.
Al ser el proletariado una clase minoritaria, debe atraerse en su lucha contra el capitalismo a otras clases y grupos sociales oprimidos por éste. Incorporar a los campesinos pobres, sin tierra, a los semi-proletarios, a las masas de pequeños propietarios y pequeños comerciantes, a las mujeres, a los estudiantes, y luchar contra quienes retrasan el desarrollo social: imperialismo, burguesía burocrática y compradora y terratenientes. Este es un punto estratégico al que nos referiremos con mayor profundidad en otro número.
¿Por qué es el capitalismo burocrático un concepto clave para comprender científicamente la realidad ecuatoriana?
Porque el capitalismo burocrático es la categoría más precisa para comprender la formación social ecuatoriana. Tomar esta concepción significa cuestionar las visiones que han predominado en la izquierda ecuatoriana, y que he llevado a que ésta caiga en errados análisis y prácticas reformistas que han ahogado la lucha revolucionaria en el fango electoral. Es luchar contra las visiones desarrollistas que manifiestan de manera demagógica que la transformación de nuestro país depende de adoptar las pautas y comportamientos de los países industrializados, en copiar modelos económicos, o recrear recetarios, desconociendo el papel de nuestro país en la división internacional del trabajo, el carácter servil y obediente de la burguesía, y el dominio imperialista. Es bregar contra las concepciones de que existe una burguesía nacional que puede cumplir las tareas democráticas que no han podido ser resueltas históricamente (problema agrario, industrialización y el proceso de dominación). Además es un desafío ante enunciados como los que sostienen los teóricos de la dependencia.
Sobre la burguesía y la caducidad de su papel progresista, y cómo las tareas democráticas recaen en el proletariado, José Carlos Mariátegui manifestaba en el Programa del Partido Socialista Peruano:
“La economía pre-capitalista del Perú republicano que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa y por las condiciones nacionales e internacionales que han determinado el lento avance del país por la vía capitalista, no puede liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado a los intereses capitalistas, coludido con la feudalidad gamonalista y clerical, de las taras y rezagos de la feudalidad colonial. El destino colonial del país reanuda su proceso. La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias, solidarias con la lucha antiimperialista mundial. Sólo la acción proletaria puede estimular primero y realizar después las tareas de la revolución democráticoburguesa que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir” [10]
Asumir que el Ecuador es un país donde se desenvuelve el Capitalismo Burocrático significa aceptar su carácter semicolonial, semifeudal y precapitalista, no como elementos aislados, sino como condiciones constitutivas y sustanciales, que coexisten junto a relaciones de producción y formas de dominación capitalista.
Adoptar el capitalismo burocrático es desprenderse de posiciones idealistas, es aterrizar el comunismo. Es darle salida a cómo construir una economía y una política diferentes. A los comunistas se nos cuestiona que cuál es nuestro método. La teoría del capitalismo burocrático reconoce que una economía como la nuestra, en sus principales sectores económicos, no podrá ser colectivizada de la noche a la mañana, sino que para lograrlo habrá que cumplir varias tareas democráticas bajo la dirección del proletariado en alianza con otras clases explotadas.
Comprender la teoría del capitalismo burocrático implica trazar una correcta línea estratégica de construcción en un país como el nuestro. Nos planteamos este análisis no simplemente con un afán teórico, sino especialmente práctico, que éste contribuya a un proceso de emancipación concreto tomando como base las características y condiciones históricas, económicas, sociales, políticas y culturales de nuestro país.
En posteriores números iremos profundizando sobre cada uno de estos aspectos, relacionándolos de manera directa con la economía, política y cultura ecuatoriana.
[1] Se entiende por formación social el desarrollo concreto de un modo de producción en un país determinado.
[2]Mao TseTsung. Revolución China y el Partido Comunista de China
[3]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
[4]Imperialismo: fase superior del capitalismo, paso del capitalismo de libre competencia a capitalismo monopolista que guarda cinco características fundamentales: monopolismo, exportación de capitales, predominio del capital financiero, reparto del mundo por parte de los monopolios y finalización de este reparto.
[5]Teoría desarrollada por Lenin que explica cómo el imperialismo gesta condiciones básicas para explotar a las colonias y semicolonias
[6]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.
[7]Martin Victor. Actualidad de la cuestión agraria en el mundo, viejo problema, nuevos enfoques.
[8]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana
[9]Serrano, Isidro. La semifeudalidad en México.
[10]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
Lamentablemente en el Ecuador no contamos con análisis de este tipo, adolecemos de una experiencia teórica seria que nos permita tener claridad sobre el tipo de capitalismo que se desarrolla y las clases sociales que existen en nuestro país, obedeciendo esto a causas como: la falta de intelectuales proletarios con una definida posición de clase; la influencia de corrientes burguesas y postmodernas en la academia; el predominio de una izquierda del capital, reformista y oportunista, que ha vivido en los vaivenes de la coyuntura sin haber realizado un trabajo teórico profundo; y análisis que parten de corrientes idealistas y metafísicas realizando estudios excesivamente particulares, que no permiten, ni comprender la totalidad de los fenómenos que analizan, ni la relación de estos con otros procesos. Esto se deriva especialmente de la concepción de la que parten para sus “teorizaciones”, y de la posición de clase que asumen. Por un lado toman como base formulaciones abstractas que pretenden hacerlas pasar como teorías; y por otro resulta evidente su interés de no criticar la médula del sistema, cobijándose en el ataque a elementos que son moldeables por el mismo capitalismo: crítica a formas de gobierno o políticas económicas. Es el marxismo el que a través de su método, el materialismo dialéctico e histórico, permite realizar un análisis científico de la sociedad, partiendo de la comprensión de ésta para su posterior transformación.
En este número esbozaremos de manera general algunas de las bases conceptuales del capitalismo burocrático, combinándolo con una serie de ejemplificaciones que se afirmen en el análisis concreto de la realidad concreta. Este es simplemente un esbozo, un primer acercamiento, que pretendemos presentarlo de la forma más didáctica posible. En posteriores publicaciones abordaremos cada uno de los ejes del capitalismo burocrático y cómo éstos se afirman en el país, permitiéndonos profundizar específicamente cada uno de ellos.
El capitalismo burocrático: un concepto preciso para comprender nuestra realidad
La teoría del capitalismo burocrático no ha sido lo suficientemente discutida en el ámbito popular y académico. Esta teoría fue desarrollada por Mao TseTsung para referirse al tipo de capitalismo que se desarrollaba en un país atrasado y semicolonial como China, de la cual exponía:
“de la clase terrateniente feudal de China, al igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en China, el imperialismo, se alía en primer término con las capas dominantes del régimen social precedente –los señores feudales y la burguesía comercial-usurera-, contra la mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalista (particularmente en el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reaccionarios (...) el imperialismo, con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales, con toda su superestructura burocrático-militarista” [2]
Mao manifestaba que China era una semi-colonia dominada por el imperialismo, donde éste tenía como aliados fundamentales a la burguesía compradora y los terratenientes, los cuales se servían de las relaciones precapitalistas para obtener mayores beneficios. La teoría desarrollada por Mao no constituía simplemente un análisis particular de la sociedad china, sino que desarrollaba las leyes generales para comprender cuál es la forma de capitalismo que se reproduce en un país dominado.
En la misma época, en el Perú, José Carlos Mariátegui basado en la teoría del imperialismo de Lenin y en el estudio concreto de América y del Perú en especial, expondría también en varios de sus textos argumentaciones tendientes a demostrar el tipo de capitalismo que se genera en un país atrasado, el papel reaccionario de la burguesía y la importancia de la alianza obrero-campesina como base para la revolución. Mariátegui estudiaría extensamente las características de su país y como éste fue condicionado por la dominación desde antes de estructurarse como Estado. En los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, concretamente en los dos primeros capítulos donde nos habla de la economía peruana y el problema de la tierra, argumenta sobre la existencia de relaciones precapitalistas de las que se sirven tanto el imperialismo como la burguesía monopólica. Y en el Programa del Partido Socialista Peruano nos demuestra que:
“El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semi-coloniales, que explota como mercados de su capital y sus mercancías y como depósitos de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo; los obliga a la especialización, a la monocultura (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú), sufriendo una permanente crisis de artículos manufacturados, crisis que se deriva de esta rígida determinación de la producción nacional, por factores del mercado mundial capitalista” [3]
Los comunistas peruanos en los años setenta profundizan la teoría del capitalismo burocrático con los aporte de Mao y Mariátegui y dan una definición más precisa sobre éste:
“Sobre una base semifeudal y bajo un dominio imperialista, se desarrolla un capitalismo, un capitalismo tardío, un capitalismo que nace atado a la semifeudalidad y sometido al dominio imperialista... El capitalismo burocrático se desenvuelve ligado a los grandes capitales monopolistas que controlan la economía del país, capitales formados por los grandes capitales de los grandes terratenientes, de los burgueses compradores y de los grandes banqueros; así se va generando el capitalismo burocrático atado a la feudalidad, sometido al imperialismo y monopolista. Este capitalismo, llegado a cierto momento de evolución se combina con el poder del Estado y usa los medios económicos del Estado, lo utiliza como palanca económica y este proceso genera otra facción de la gran burguesía, la burguesía burocrática; de esta manera se va a dar un desenvolvimiento del capitalismo burocrático que ya era monopolista y deviene a su vez en estatal.”
El capitalismo burocrático es “el capitalismo que impulsa el imperialismo en un país atrasado; el tipo de capitalismo, la forma especial de capitalismo, que impone un país imperialista en un país atrasado, semifeudal, y semicolonial”
Cabe recalcar como antecedentes a la formulación de esta teoría los aportes de Marx en cuanto a la concentración y centralización de capital como antesala al monopolismo, el problema agrario y la inclusiòn del campesinado en el programa proletario, y la forma cómo las metrópolis capitalistas dominaban sus colonias. También las formulaciones hechas por Lenin, especialmente la teoría del imperialismo, del desarrollo desigual y combinado, de las características concretas de Rusia al definirlo como un país pequeño burgués, y la caducidad del papel democrático de la burguesía que no podía completar las tareas democrático burguesas y que ello recaía en la alianza obrero-campesina bajo dirección revolucionaria del proletariado.
Los ejes fundamentales para sustentar que en un país se desarrolla el capitalismo burocrático son:
- La dominación imperialista y la formación de un país anclado a la semi-colonialidad.
- Una economía con fuertes rasgos precapitalistas: un amplio mar de pequeña producción y comercio tanto en el campo como en la ciudad, donde se dan formas de economía mercantil simple.
- Un país sin base industrial propia, especialmente en lo que tiene que ver con la industria pesada.
- Una economía basada más en el comercio que en la producción.
- Configuración de una burguesía compradora y burocrática que existe como apéndice y socia de menor rango del imperialismo.
- El proletariado no es la clase numéricamente más importante del país, aunque ello no le despoje de su papel de vanguardia. Otras clases tiene una gran importancia en la economía del país como el campesinado y el semi-proletariado.
- Una súper-estructura (Estado, variantes ideológicas y formas de conciencia social) profundamente influenciadas por el imperialismo, donde sobreviven fenómenos como la superstición, el arribismo pequeño burgués, una educación limitada, la folclorización de la cultura, formas de pensar occidentalizadas, etc.
El materialismo histórico: método científico para comprender la realidad social
El marxismo manifiesta que para comprender una sociedad históricamente determinada debemos indagar en cómo ésta organiza la producción de los bienes materiales necesarios para su subsistencia, las relaciones sociales en las que se desenvuelve esta producción y el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, sobre las cuales se levantará el poder político y los aparatos ideológicos que permitirán la reproducción de dicho orden social. Todo esto forma parte de la categoría denominada modo de producción. Los modos de producción de los que habla Marx básicamente son: comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo-comunismo. Este análisis nos permite entender las particularidades de cada sistema social y nos abre paso a un criterio científico para abordar la historia, de la cual su motor es la lucha de clases.
Desarrollo clásico del capitalismo y desarrollo del capitalismo burocrático: el problema del imperialismo
La categorización de modo de producción capitalista tiene por objetivo sentar las características y leyes generales que rigen a dicho sistema basado en el trabajo socializado, la propiedad privada, la extracción de plusvalía y la reproducción de capital. Este modo de producción se materializa de manera concreta en diferentes formaciones sociales, es decir el capitalismo se desarrolla de diferente manera en Inglaterra, Francia, Japón, Alemania, Estados Unidos, China, etc. El capitalismo no es un sistema inmóvil, sino que sufre variaciones, la fundamental históricamente es su paso del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopolista, a lo que Lenin denomina como Imperialismo[4] . Esta fase superior es importante comprenderla en su magnitud, pues si bien el capitalismo conserva sus características básicas y su contradicción fundamental (capital-trabajo) se dan una serie de nuevas contradicciones en esta etapa como son las que existen entre los propios países imperialistas y entre éstos y sus colonias o semi-colonias.
Es importante comprender al sistema capitalista-imperialista como algo global que se ejerce en todo el mundo. Esto nos permite replantear la categoría modo de producción capitalista y hablar en la actualidad de capitalismo imperialista, donde se desenvuelven especialmente dos tipos de países, unos sobre los que se recrean formaciones sociales industriales, avanzadas y dominantes, y otros donde se desarrolla un capitalismo dominado, atrasado, tardío, con amplias relaciones sociales y formas de propiedad precapitalista. Es decir en los países avanzados o las potencias capitalistas se desenvuelve un capitalismo diferente al de los países atrasados, todo mediado por una estructura basada en la dominación.
Es importante entender que el capitalismo no se ha desarrollado de igual forma en las diferentes regiones del mundo. Es decir hubo países que cumplieron el tránsito clásico de un modo de producción a otro. Y una serie de países que no pudieron cumplir cabalmente con ello al hallarse sometidas a los intereses extranjeros.
En el primer caso estos países liquidaron las formas precapitalistas de producción mediante la revolución burguesa (Holanda siglo XVI, Inglaterra en el XVII y Francia en el XVIII) donde fue derrotada la clase terrateniente y emergió la burguesía como nueva clase dominante, lo que permitió el desarrollo de las fuerzas productivas provocando un capitalismo de amplia base industrial, con relaciones de producción básicamente capitalistas, un proceso de concentración intensivo, y la liquidación de las relaciones feudales en el campo. En estos países el proletariado se constituyó en clase mayoritaria y las formas de pequeña producción tendieron a desaparecer.
Cabe recalcar que estos países no estaban oprimidos por ningún otro, lo que les permitió desarrollarse de acuerdo al “interés nacional” de su burguesía, introduciendo medidas económicas como por ejemplo el proteccionismo, que les garantizó el crecimiento de su industria y posteriormente la consolidación de los monopolios.
A su vez hubo otros países, como los de Latinoamérica, que recién comenzaron a estructurar su nacionalidad y a unificar sus Estados cuando los países nombrados anteriormente ya habían concluido esa etapa y se habían convertido en Estados poderosos que marcaban el rumbo de la economía mundial. Desde los primeros años del siglo XIX cuando empiezan los procesos “independentistas” en América Latina, los países europeos habían entrado en un proceso de concentración profunda de la industria, banca y comercio especialmente en el último cuarto del siglo XIX, lo que les permitió ejercer una dominación más sistemática sobre las colonias.
En los países donde se desarrolla un capitalismo atrasado la clase terrateniente no es liquidada sino que evoluciona lentamente hasta ir adoptando formas más o menos capitalistas de producción, sin resolver el problema agrario, sin base industrial propia, con actividades comerciales como eje de la economía, una producción articulada a las necesidades del mercado internacional y una gran cantidad de formas de pequeña producción y comercio. Es decir los países latinoamericanos han estado anclados desde la conformación de los “Estados nacionales” (y aún antes por ejemplo con la conquista española) a la dependencia.
Tomando el caso de nuestro país, la dominación de lo que actualmente es Ecuador empezó con la conquista española. Durante todo ese periodo enormes cantidades de minerales fueron usurpados y miles de indígenas y esclavos negros explotados y asesinados. Después de tres siglos de ser una colonia, y mientras varios países europeos habían desarrollado su economía con un carácter nacional, en Latinoamérica se comenzaron a dar los procesos independentistas.
Estas revueltas emancipadoras no lograron configurar un proyecto nacional, más bien condujeron al tránsito de dominación española a la inglesa, la principal potencia mundial del siglo XIX. Cabe recalcar que este cambio de amo se da por el declive de España y por la consolidación de Inglaterra como principal potencia del mundo. Así pues, Ecuador fue sometido por España e Inglaterra, y más tarde, cuando la fase superior del capitalismo se había alcanzado, ya éramos dominados por Estados Unidos. Este proceso marca el tránsito de nuestro país de una colonia a semi-colonia.
Las formas de dominación de las potencias imperialistas pasan de la política colonial a la semi-colonial. Ello se da en la mayoría de países de Latinoamérica con los procesos independentistas y llega a ser la forma general en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. La semicolonialidad implica una independencia formal, pero no en los hechos, pues si bien estos países eligen sus gobernantes y cuentan con un ejército propio, tales elementos se hallan controlados por el imperialismo y su conexión con la burguesía que administra dichos Estados. Es un control económico más intensivo y solapado, y a la vez más profundo.
A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, Ecuador vivió el proceso de la Revolución Liberal que, según la historiografía, fue una suerte de proyecto que configuró la nacionalidad ecuatoriana, pero que en el fondo fue un plan político conducido por la burguesía agro-exportadora, que, a través del control del Estado, marcó la entrada definitiva de nuestro país en la división internacional del trabajo, en calidad de país sometido por el imperialismo. Es decir producir en base a los requerimientos de estas potencias configurando una lógica primario-exportadora donde la economía depende de un producto “estrella” lo que nos convierte en una economía sumamente frágil a los vaivenes del mercado.
En el periodo de entreguerras, el país vivió una grave crisis económica, que solo se pudo aliviar en los años 40’s, en que los latifundistas de la costa abandonaron la producción de cacao, para dedicarse a la plantación de banano, que duró hasta fines de los años 60’s. En ambos casos, tanto con el cacao como con el banano, nuestra economía y desarrollo nacional estuvo marcado por nuestro papel de país primario-agroexportador. Durante la década de los años 60’s los gobiernos ecuatorianos, con el auspicio de Estado Unidos, llevó a cabo la política de “Industrialización por sustitución de importaciones” ISI. El objetivo de ésta era industrializar algunos sectores de la economía, pero por razones concretas, fracasó. Desde inicios de los 70’s la economía ecuatoriana empezó a girar en torno a la producción petrolera, marcando una continuidad del papel que cumple nuestro país en la división internacional del trabajo.
Los años 80’s y 90’s fueron la “luna de miel” de los gobiernos de turno y el neoliberalismo. En este periodo predominó la privatización de varios sectores de la economía, políticas tendientes a la flexibilización laboral, la implementación de los recetarios del FMI y un enorme endeudamiento público y privado. Se festinaron los recursos naturales y se intensificó la dependencia del país.
En la actualidad vivimos la revolución ciudadana como un proceso configurado para re-oxigenar el Estado burgués, desarrollado por la burguesía burocrática que encarama un nuevo grupo o fracción dentro de la burguesía que utiliza el aparato de Estado como eje de acumulación, que no liquida de ninguna manera las relaciones de dominación, y que más bien las profundiza puesto que en la actualidad no sólo estamos condicionados por Estados Unidos sino también por China.
Son tan sólo frases pomposas del gobierno cuando habla de antiimperialismo, pues en la práctica seguimos siendo un país dominado. El imperialismo controla los sectores estratégicos de la economía, un caso paradójico fue la telefonía celular donde el gobierno renovó el contrato con Porta (en la actualidad Claro) y Movistar durante 15 años más, con ganancias que sobrepasarán fácilmente los 30 mil millones de dólares para ambas transnacionales. En la “revolución ciudadana” el país continúa siendo una economía primario exportadora que depende del petróleo y que busca desarrollar la mega minería acentuando esta lógica. El nivel de endeudamiento ha crecido, si en el 2005 las obligaciones con China llegaban a 9,3 millones, actualmente ese rubro sobrepasa los 5.000 millones de dólares. Este patrón de dependencia es bastante paradójico pues nuestra deuda se invierte en obras de infraestructura que son construidas por el mismo capital chino y que sirven directamente a sectores donde ellos van a invertir. Por si fuera poco, Ecuador debe pagar con petróleo esta deuda, condicionando qué se debe producir, en qué cantidad y con qué intensidad. La mega minería es otro de los sectores donde el capital imperialista busca festinarse los recursos naturales, los principales cinco proyectos pertenecen a compañías chinas y canadienses, a las cuales se les hizo un marco jurídico (Ley Minera) a su medida y cuentan con ex empleados suyos (Federico Auquilla ex gerente de IMC, actual viceministro de minas) en puestos claves. Los monopolios estadounidenses y europeos continúan sirviéndose del carácter agro-exportador del país, y a la vez de un mercado propicio para la exportación de sus mercancías. El cambio de matriz productiva tan sólo es un slogan que esconde la necesidad de generar una infraestructura básica para la inversión del capital imperialista.
El imperialismo provoca un desarrollo desigual y combinado [5] en su estructura general. Mientras algunas potencias capitalistas despliegan su campo industrial (especialmente industria pesada es decir producción de medios de producción: máquinas) técnico y tecnológico y rigen el desarrollo de la economía profundizando una división intensiva del trabajo; otros países se hallan subordinados a sus requerimientos siendo arrastrados a una lógica capitalista pero profundamente preñada por la dependencia, lo que hace que desarrollen un capitalismo tardío, subordinado a tales requerimientos.
Como manifestaría Mariátegui: “Enfocada sobre el plano de la historia mundial, la independencia sudamericana se presenta decidida por las necesidades del desarrollo de la civilización occidental o, mejor dicho, capitalista”. [6]
Las potencias imperialistas necesitan gestar ciertos elementos básicos para seguir ampliando la acumulación de capital, por lo tanto hacen “evolucionar” ciertas formas esclavistas y feudales de producción a relaciones semifeudales, precapitalistas y capitalistas; generan condiciones básicas para poder “invertir” en estos países: infraestructura básica (vialidad, oleoductos, hidroeléctricas), profesionales con conocimiento técnico, particular y limitado para que trabajen en sus corporaciones; y un segmento de la población con cierto poder adquisitivo para que puedan comprar sus productos. Es decir desarrollan el capitalismo en sus semicolonias hasta un límite, el cual les permita seguir dominándolas, extrayendo sus recursos y sirviéndose de estas relaciones para ampliar su poder. El Ecuador no se desarrolla en base al interés de su pueblo, ni siquiera de su burguesía, sino de las potencias extranjeras. Es importante comprender que lo que producimos y compramos está marcado por este factor. Continuamos siendo un proveedor de materias primas donde pasamos del cacao, al banano, al petróleo y actualmente se le apuesta a la minería. Un paraíso para la exportación de capitales y de mercancías provenientes de las metrópolis.
Conformación de la burguesía compradora y burocrática
En el proceso de dominación económica y política que configura el imperialismo en los países atrasados, encuentra un cómplice muy importante, que se encarga de hacer que fluyan estas relaciones y de las cuales se beneficia constantemente. El capitalismo burocrático genera una burguesía entregada en cuerpo y alma al imperialismo, una élite local que funge como intermediaria de sus operaciones.
La burguesía europea se fue gestando en el sistema feudal a través de un proceso de acumulación originaria basada en: las ganancias que obtenía por sus actividades comerciales, la expropiación violenta de la tierra a los campesinos, y el desangre de las colonias. Esta clase fue acumulando capital y se hizo del poder para acabar con las relaciones feudales que constituían una traba para su desarrollo. Realizó revoluciones burguesas que le permitieron desplazar del poder político a la nobleza y a los terratenientes, configurando un Estado acorde a sus intereses. Este poder representó la palanca necesaria para un desarrollo más veloz de las fuerzas productivas tomando como base la producción, el desarrollo industrial. Utilizaron además el Estado para instaurar medidas que permitan fortalecer sus países y convertirlos en potencias. Estos países donde se da la revolución burguesa generan una burguesía nacional, independiente, que vela por sus propios intereses.
En cambio en los países dominados se desarrolla una burguesía con diferentes características, fruto del capitalismo tardío en el que nace. Las élites locales no cuentan con una base de acumulación originaria de capital, ni tampoco crecen tomando la producción, el desarrollo industrial, como su elemento constitutivo más importante. Son más bien una suerte de burguesía intermediaria, transaccionista, que se encarga de servir de enlace entre el imperialismo y el mercado de los países dominados, tiene el centro de su avance en el acaparamiento de la tierra, la agro-exportación, y la importación de bienes. Los terratenientes ecuatorianos fueron mutando y convirtiéndose en burgueses agrarios, especialmente en la costa, mientras en la sierra esta evolución aconteció más lentamente. Es decir no son liquidados los terratenientes sino que estos evolucionan al amparo del imperialismo. Una burguesía intermediaria que exportaba productos primarios y servía de canal para la introducción de los productos de los grandes monopolios extranjeros. El desarrollo de la banca privada ayudó a la consolidación de estos grupos.
Los grandes consorcios como el del Banco del Pichincha, Grupo Proinco, Consorcio Nobis, Corporación La Favorita, Banco de Guayaquil, Grupo Eljuri, Exportadora Noboa, Grupo Isaías, Dassum, El Rosado y Pronaca, son los principales monopolios del país y su actividad se centra en la agro-exportación, importación de productos y comercialización, industria de alimentos, aseguradoras, banca, ensambladoras de autos, centros comerciales e industria del entretenimiento. No tiene su centro en actividades industriales, puede desarrollar algunos elementos de industria ligera pero absolutamente nada en cuanto a la industria pesada.
Pero además el capitalismo burocrático genera una burguesía burocrática que utiliza el Estado como palanca de ascenso económico, es la que se sirve de los contratos, negociados y la posición privilegiada que le da éste, para acumular capital y acrecentar sus ganancias. El control del Estado, mediante la dirección del gobierno, hace que estos grupos se consoliden y puedan fortalecerse dentro de la clase burguesa como una fracción más. El gobierno de Correa es una clara representación de ello, las familias y los altos funcionarios, además de los aportantes a la campaña, extraen sus jugosas ganancias del reparto de la torta estatal.
Es importante remarcar que la burguesía no es una clase homogénea sino que dentro de ella existen diferentes capas o fracciones con intereses particulares, lo que les puede hacer entrar en pugnas momentáneas en cuanto a la administración del Estado, leyes, políticas económicas, manejo de varios ámbitos de la superestructura, etc. Estas pugnas son desacuerdos momentáneos ya que coinciden en los ejes esenciales en cuanto a la economía y política. Un ejemplo de esto puede ser las pugnas que se dieron entre varios sectores de la burguesía compradora (Consorcio del Pichincha, Grupo Isaías) con el gobierno actual en torno a la ley de comunicación, donde los primeros querían mantener el monopolio de los medios masivos en manos privadas, y la burguesía burocrática representada por el gobierno pretendía hacerse fuerte con el control de algunos canales, radios y medios impresos.
También se habla mucho del carácter nacional de la burguesía ecuatoriana, ello caducó en el momento en que el Imperialismo se consolidó a nivel mundial. Así estas burguesías perdieron cualquier papel progresista y revolucionario, convirtiéndose en un apéndice de la burguesía de las potencias industrializadas.
Un país pequeño burgués
El capitalismo burocrático se configura en países donde la industria no se halla lo suficientemente desarrollada, lo que genera un importante porcentaje de mediana y pequeña producción y comercio. La pequeña propiedad resulta un fenómeno pasajero entre el feudalismo y el sistema capitalista, está destinada a desaparecer, pues el proceso de concentración es cada vez mayor y a la vez el capitalismo necesita proletarizar a los pequeños campesinos y artesanos para explotar su mano de obra, es la condición de obrero libre de la que habla Marx: libre en dos sentidos, de vender su fuerza de trabajo a quien lo desee, y libre por estar desprovisto de medios de producción. En Europa, Estados Unidos y otros países donde se desarrolla este capitalismo avanzado, las formas de pequeña propiedad, producción y comercio fueron desapareciendo, hasta convertirse en un factor aislado. A su vez en los países oprimidos por el imperialismo ello no se efectuó de tal manera, sino que las formas de pequeña producción y comercio continuaron siendo un aspecto fundamental de su economía.
La fórmula fundamental del proceso de producción capitalista es D-M-D´. Lo que significa que la producción capitalista implica poseer dinero, invertirlo en la producción comprando materias primas, instrumentos de trabajo, y mano de obra, para realizar mercancías y venderlas en el mercado para obtener más dinero del invertido inicialmente, ese dinero extra sale del trabajo no remunerado al obrero, que es la plusvalía. Es decir es un proceso de producción basado en obtener ganancia.
En nuestros países se recrean de manera importante formas de economía mercantil simple, que es una modalidad previa de producción de mercancías, donde el móvil no es la ganancia sino cubrir las necesidades de los productores directos. Su fórmula es M-D-M, que significa producir mercancías, cambiarlas por dinero (es decir venderlas) y posteriormente con ello comprar otras mercancías para satisfacer las necesidades básicas de esos productores. Básicamente una economía de autosubsistencia.
En países como el Ecuador, los rasgos de la economía mercantil simple son abundantes, los encontramos en los artesanos, pequeños campesinos, pequeños productores, y pequeños comerciantes, en los cuales su actividad está ligada no a la ganancia en base a la extracción de plusvalía (o la realización de ésta) sino a canjear su producción por otros elementos necesarios para seguir reproduciendo su existencia.
Los datos sobre pequeña producción son bastante claros para que comprendamos que éste no es un rasgo aislado de nuestra economía. Las empresas pequeñas en el Ecuador (de una a nueve personas ocupadas) reúnen el 95,4% de establecimientos económicos y registran el 44% de trabajadores a escala nacional. La mayoría de la población en edad de trabajar está enrolada en este tipo de actividades. En las ciudades predominan los pequeños negocios que son aprovechados por el imperialismo y la gran burguesía para comerciar sus productos sin necesidad de generar vínculos laborales. En el campo el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. La pequeña burguesía se encuentra en quiebra permanente. Las empresas pequeñas son las que menos ventas totales reportan a escala nacional, ya que generan apenas el 16,4% de las ventas totales realizadas en el país, mientras que las grandes empresas facturan el 44,1%.
Un precario desarrollo de la industria ligera y la inexistencia de industria pesada
Mientras los países imperialistas cuentan con un gran desarrollo de las fuerzas productivas. En nuestros países ello no ha podido efectuarse, fruto de la dependencia a la que estamos sometidos. Las potencias desarrollan la industria ligera pero especialmente la industria pesada. El factor dominante en este ámbito le corresponde a la industria pesada puesto que implica la producción de medios de producción, es decir las máquinas necesarias para la producción de artículos derivados de la industria ligera, y sin los cuáles ésta no podría existir. El control sobre los procesos productivos a nivel mundial y la acentuada división internacional del trabajo obedecen entre sus causas a esta monopolización de la producción de medios de producción, que implica la monopolización también de la ciencia, la técnica y la tecnología.
Si en el Ecuador se quiere producir un ítem cualquiera, se requieren máquinas, y éstas no se producen en el país sino que hay que importarlas. En los países donde se desenvuelve el capitalismo burocrático no existe industria pesada, y la industria ligera no está lo suficientemente desarrollada. En nuestro país tenemos una producción industrial concentrada básicamente en la industria textil, de alimentos, ensamblaje de automotores, etc.
El empleo manufacturero representa el 11% del empleo a nivel nacional. Por otro lado, la actividad de explotación petrolera, dentro del sector minas y canteras, genera apenas el 0.5% del empleo nacional. El empleo está concentrado en sectores manufactureros de baja tecnología, y su composición casi no ha variado desde el año 2000 (72%). En el Ecuador, el 13.3% de las empresas industriales corresponden al sector de la gran industria. El sector de la mediana empresa industrial representa el 19.9% del total de empresas del País. El mayor número de industrias se concentra en las pequeñas (43.2%) y micro industria (23.6%). Debe anotarse que el gran grado de informalidad puede alterar el resultado
El escaso desarrollo industrial del país también ocasiona altos índices de desempleo y subempleo, que en conjunto llega al 50%. Entendiendo que estas estadísticas incluyen en sus números un desempleo encubierto. El escaso desarrollo productivo hace que el Estado sea uno de los principales empleadores llegando a representar prácticamente el 20% de la Población Económicamente Activa. La mayoría de personas deben buscarse los medios de subsistencia por cuenta propia y sin ninguna garantía laboral.
Los apologistas del capitalismo sustentan que países como la India, Brasil o México han desarrollado su industria, puesto que la producción fabril ha crecido exponencialmente. El asunto es comprender a quién corresponden esas empresas, quiénes son sus dueños, que generalmente bajo la figura de exportación de capitales, son las mismas potencias imperialistas. No se ha desarrollado la “industria nacional”, sino que las mega-corporaciones las han instalado en esos países para obtener mayores ganancias gracias al bajo costo de la tierra, la débil legislación laboral, y el bajo costo de la mano de obra.
El problema agrario: la persistencia de la semi-feudalidad en el campo
“Los partidos burgueses y reaccionarios se asombran extraordinariamente de que, de pronto, los socialistas [comunistas] pongan ahora y en todas partes a la orden del día el problema campesino. En realidad, debieran asombrarse de que esto no se haya hecho ya desde hace mucho tiempo. Desde Irlanda hasta Sicilia, desde Andalucía hasta Rusia y Bulgaria, el campesino es un factor esencialísimo de la población, de la producción y de poder político.” Marx carta a Engels.
El problema agrario manifiesta una resolución distinta en los países donde se consolidó el capitalismo, y los países donde se desarrolla este capitalismo tardío al que denominamos burocrático. En el primer caso tenemos los países donde la revolución burguesa se consolidó en el lapso que va desde el siglo XVII hasta las primeras décadas del siglo XX. Se realizó de diversas formas:
- Revolución que termina con un pacto entre burguesía y terratenientes (Inglaterra en 1669, pero al mando de la burguesía);
- Revolución burguesa que elimina la nobleza (Francia a partir de su revolución de 1789);
- Resto de países de Europa occidental que siguieron el ejemplo francés: Suiza, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Austria, Dinamarca;
- “Vía norteamericana” de transición al capitalismo por parte de antiguas colonias de poblamiento: EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda;
- “Vía prusiana” de transición al capitalismo: Alemania, Italia, Japón.
En estos países se llevó a cabo la resolución del problema agrario desde el capitalismo, es decir se liquidaron las relaciones feudales a través del reparto de la tierra a los campesinos, o su expropiación violenta refrendada por el Estado para que la burguesía emergente se provea de las mejores tierras. El problema de la tierra es un asunto democrático en la transición del feudalismo al capitalismo, pues los campesinos clamaban por abolir las relaciones serviles a las que estaban sometidos y clamaban por tierra, ello fue aprovechado por la burguesía para atraerse al campesinado en su lucha contra los terratenientes, alianza que fue clave para la obtención del poder político. El proceso de reparto de la tierra dirigido por la burguesía y bajo las leyes de la producción y la competencia lleva a la prevalecencia de los más fuertes, concentrando así la tierra la burguesía e imponiendo formas de explotación capitalista donde los campesinos son convertidos en obreros asalariados.
Según esta división que realiza Víctor Martin[7] , algunos países de Europa no cumplieron cabalmente con esta revolución agraria, como por ejemplo Grecia, Portugal y España, donde en algunas regiones de estos países subsiste la semi-feudalidad.
En la URSS, China y algunos países del Este de Europa se resolvió el problema campesino, no sólo se repartió la tierra (reforma democrático-burguesa), sino que se dieron procesos cooperativistas y colectivistas que liberaron a los campesinos de las formas milenarias de opresión terrateniente y burguesa. Lamentablemente con los procesos contrarrevolucionarios ejercidos en esos países, a partir de la restauración del capitalismo se dio una involución que permitió la reconcentración de la tierra y retroceder en la resolución del problema agrario.
Existe otro grupo de países donde la semi-feudalidad subsiste y es un rasgo fundamental de las relaciones de producción en el campo. Tenemos básicamente tres grupos:
- El primero son países donde se mantiene la semi-feudalidad, y las reformas agrarias impulsadas desde el Estado no han resuelto tal problema (Ecuador, India, Perú, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Egipto, Irán, Irak, Siria, Cuba, Vietnam, Nicaragua).
- El segundo, son países como Taiwan y Corea del Sur donde se dieron reformas agrarias fruto de la derrota de Japón en la II Guerra Mundial.
- Y el tercer caso, países semicoloniales en los que no se han dado procesos de reforma agraria, pero donde está comenzando a tomar importancia la cuestión de la tierra: países semicoloniales menos agrarios (Argentina, Uruguay, Tailandia, Malasia, Turquía) , y países semicoloniales agrarios muy atrasados (Burkina Faso, Costa de Marfil), América Central y Caribe (Haití, República Dominicana, Belice).
Estas relaciones se mantienen en la actualidad. Mariátegui abordaría esta problemática históricamente, confiriendo su base a la forma cómo fuimos colonizados, lo que repercutió en mantener hasta la actualidad subsistente el problema agrario. Sentaba una diferenciación entre América del Sur y América del Norte, en el primer caso argumentaba que la “América española fue conquistada bajo los efectos y métodos de un espíritu y una economía que declinaban ya”[8] .
Que fuimos conquistados por una pandilla burocrática-militar-clerical que saqueó nuestros recursos minerales, exterminó la fuerza laboral basándose en relaciones de producción esclavistas y feudales, y no explotó la riqueza agrícola. Mientras en el segundo caso argumenta que los Estados Unidos fueron colonizados de otra forma, por una potencia en ascenso como Inglaterra, con pioneers (colonos) que ocuparon la tierra para hacerla producir e incorporar a la fuerza laboral a esa actividad.
La semifeudalidad es una de las características claves para entender cómo se desarrolla el capitalismo burocrático en los países atrasados. “La semifeudalidad significa que el campesino sigue atado a la tierra por múltiples procedimientos extraeconómicos, para que el gran propietario no tenga problemas en cuanto a la disposición absoluta de mano de obra abundante, superexplotada y a bajo coste”. [9]
Las formas básicas en las que se recrea la semifeudalidad en el campo son las siguientes:
- A nivel de relaciones de producción se pueden dar dos formas: mediante la aparcería o el peonaje. En la aparcería se da a través de la renta de la tierra al campesino, donde entrega una parte de su cosecha a la hacienda y generalmente no trabaja sólo él sino su familia también. En cuanto al peonaje se dan dos formas, los peones acasillados y los temporales. En el primer caso el campesino vive y trabaja en la hacienda a cambio de una parcela, alimentos y un salario, es una prestación personal que se compensa con dinero, tierra y productos. En el segundo caso, el campesino no es un trabajador libre sino que está atado a la tierra a través del endeudamiento, es decir trabajan temporalmente en temporadas de producción y cosecha, a veces se les paga con un pedazo de tierra, dinero, o en especie. Las formas más utilizadas de coacción extraeconómica son: los sistemas de enganche, el trabajo gratuito a destajo, el salario en especie, el trabajo temporal, y el patronazgo o cacicazgo.
- En cuanto al desarrollo de las fuerzas productivas en países donde subsiste la semifeudalidad este es escaso, especialmente para los pequeños y medianos propietarios, quienes no cuentan con el abastecimiento y acceso a materias primas e instrumentos de trabajo (tractores, fertilizantes, herramientas de trabajo). En las grandes propiedades las primeras formas de explotación de la tierra se basaron en el cultivo intensivo, es decir ampliar el territorio sin innovar la técnica. Con la articulación cada vez más intensa de nuestros países al mercado mundial como proveedores de alimentos (carácter agro-exportador) la burguesía agro-exportadora tecnificó algunos sectores, para una producción más veloz y que le permita tener mayores ventajas competitivas; los campesinos que trabajan en estos espacios son ahora obreros agrícolas, aunque dentro de estas haciendas capitalistas se den varias formas de coacción extra-económica como el endeudamiento, y que su vida transcurra dentro de las haciendas como en las bananeras del Grupo Noboa, donde hay escuela, tienda de víveres, venta de licor y demás, y donde no sólo es explotado el productor directo sino su familia también.
- La semifeudalidad subsiste en la dicotomía minifundio/latifundio sobre la propiedad de la tierra. Es decir co-existen la pequeña y mediana propiedad con la gran propiedad. Las mejores tierras siguen en manos de los terratenientes, y las perores, las más marginales, y las que están ligadas generalmente al consumo interno son para los campesinos.
A continuación exponemos algunos datos que nos hablan de este factor en el campo ecuatoriano, basado en los datos oficiales del Censo realizado por el gobierno actual en el año 2011:
• El minifundio es una de las formas de propiedad principales en el país. Las propiedades que poseen menos de una hectárea representan el 29,5% del total de unidades productivas (UPAs), sumando 95 834 hectáreas, y sólo poseen el 0,77% del total de tierra del país.
• Las propiedades que poseen de una a cinco hectáreas llegan a representar el 43% del total de UPAs, totalizando el 2,77% del total de la tierra. Es decir el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. Los propietarios que poseen de 5 a 10 hectáreas representan el 12% de UPAs, contando con el 5,5% de la tierra.
• El 18% de la UPAs son aquellas que van de 10 a 50 hectáreas entre las que se podrían ubicar los campesinos medios, los cuales poseen el 27% de las tierras. Las propiedades que tienen entre 50 a 100 hectáreas representan el 4% del total de UPAs, y poseen el 18% de la tierra. De 100 a 200 hectáreas son el 1,53% de UPAs, y controlan el 13,5% de la tierra. Las UPAs que poseen de 100 a 200 hectáreas concentran el 29% de la tierra y sólo comprenden el 0,78% de propietarios. Es decir, los propietarios que tienen entre 50 y 200, concentran el 60% de la tierra. Estos son datos que revelan el alto grado de concentración, el cual no va a ser superado por el gobierno actual dada su ligazón con los terratenientes y agro-industriales.
• El 7% de los propietarios controla el 60% de las tierras cultivables y se mantiene la alta concentración del agua de riego en manos privadas: el 86% de las unidades de producción agrícola (UPA) con sistemas comunitarios tienen el 22% de área regada y sólo el 13% del caudal, mientras que el 1% de UPAs de propiedad privada tienen el 63% de área regada y un caudal del 64%.
La concentración de la tierra y el agua busca ser posicionado como un problema que lo puede resolver el mismo Estado
Dos vías han primado en la evolución del problema agrario. Por un lado tenemos a lo que Lenin denominaría Vía Junker, es decir la lenta transformación de los terratenientes en burgueses agrarios. A diferencia de Europa donde se liquidó la feudalidad con el triunfo de la burguesía, en los países dominados los primeros burgueses son precisamente los terratenientes o su descendencia. Este camino mantiene la semifeudalidad aunque anclándola con formas más capitalistas. La segunda vía consiste en la confiscación de la tierra del terrateniente, sin pago ni indemnización. Este camino significa en el plano político la organización del campesinado y su lucha directa por la conquista de la tierra. Las reformas agrarias dirigidas por el Estado han pretendido sofocar mediante legalidad este aspecto, entregando pequeños retazos de las peores tierras a los campesinos pobres o sin tierra, y manteniendo la gran propiedad y las relaciones que se levantan sobre ella. La obtención de la tierra sin lucha, infunde en el campesinado un pensamiento burocrático, encasillándole en trámites administrativos que no van a resolver el problema de raíz. Actualmente el campesinado ecuatoriano, aparte de las formas de explotación descritas anteriormente, enfrenta otras como el grave problema de acaparación del agua por parte de agro-industriales y terratenientes y la industria extractiva especialmente la mega-minería.
La importancia de las clases sociales
El marxismo señala claramente que el proletariado es la clase más revolucionaria de la historia porque lucha contra la raíz de toda explotación: la propiedad privada de los medios de producción. En países como el nuestro esto se mantiene, pues si bien no constituye la clase mayoritaria (es menor al 15% de la población económicamente activa), bajo su programa es como pueden liberarse consecuentemente las otras clases o grupos sociales.
Muchos intentos han existido desde la intelectualidad reaccionaria y el reformismo de opacar o reducir el papel de vanguardia del proletariado y conferirle éste a la burguesía, a las masas indígenas, a los “movimientos sociales”, o a la “sociedad civil”. En la cademia son usuales las demagógicas declaraciones de posmodernos disfrazados de marxistas que dicen que hay que buscar “el sujeto revolucionario”, negándole este papel al proletariado. El asunto es que ha excepción del proletariado ninguna otra clase nos puede ofrecer un tipo de sociedad sin explotación. La burguesía perdió todo carácter progresista y revolucionario hace mucho tiempo, más aún en la época actual donde es un simple apéndice del imperialismo.
Al ser el proletariado una clase minoritaria, debe atraerse en su lucha contra el capitalismo a otras clases y grupos sociales oprimidos por éste. Incorporar a los campesinos pobres, sin tierra, a los semi-proletarios, a las masas de pequeños propietarios y pequeños comerciantes, a las mujeres, a los estudiantes, y luchar contra quienes retrasan el desarrollo social: imperialismo, burguesía burocrática y compradora y terratenientes. Este es un punto estratégico al que nos referiremos con mayor profundidad en otro número.
¿Por qué es el capitalismo burocrático un concepto clave para comprender científicamente la realidad ecuatoriana?
Porque el capitalismo burocrático es la categoría más precisa para comprender la formación social ecuatoriana. Tomar esta concepción significa cuestionar las visiones que han predominado en la izquierda ecuatoriana, y que he llevado a que ésta caiga en errados análisis y prácticas reformistas que han ahogado la lucha revolucionaria en el fango electoral. Es luchar contra las visiones desarrollistas que manifiestan de manera demagógica que la transformación de nuestro país depende de adoptar las pautas y comportamientos de los países industrializados, en copiar modelos económicos, o recrear recetarios, desconociendo el papel de nuestro país en la división internacional del trabajo, el carácter servil y obediente de la burguesía, y el dominio imperialista. Es bregar contra las concepciones de que existe una burguesía nacional que puede cumplir las tareas democráticas que no han podido ser resueltas históricamente (problema agrario, industrialización y el proceso de dominación). Además es un desafío ante enunciados como los que sostienen los teóricos de la dependencia.
Sobre la burguesía y la caducidad de su papel progresista, y cómo las tareas democráticas recaen en el proletariado, José Carlos Mariátegui manifestaba en el Programa del Partido Socialista Peruano:
“La economía pre-capitalista del Perú republicano que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa y por las condiciones nacionales e internacionales que han determinado el lento avance del país por la vía capitalista, no puede liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado a los intereses capitalistas, coludido con la feudalidad gamonalista y clerical, de las taras y rezagos de la feudalidad colonial. El destino colonial del país reanuda su proceso. La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias, solidarias con la lucha antiimperialista mundial. Sólo la acción proletaria puede estimular primero y realizar después las tareas de la revolución democráticoburguesa que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir” [10]
Asumir que el Ecuador es un país donde se desenvuelve el Capitalismo Burocrático significa aceptar su carácter semicolonial, semifeudal y precapitalista, no como elementos aislados, sino como condiciones constitutivas y sustanciales, que coexisten junto a relaciones de producción y formas de dominación capitalista.
Adoptar el capitalismo burocrático es desprenderse de posiciones idealistas, es aterrizar el comunismo. Es darle salida a cómo construir una economía y una política diferentes. A los comunistas se nos cuestiona que cuál es nuestro método. La teoría del capitalismo burocrático reconoce que una economía como la nuestra, en sus principales sectores económicos, no podrá ser colectivizada de la noche a la mañana, sino que para lograrlo habrá que cumplir varias tareas democráticas bajo la dirección del proletariado en alianza con otras clases explotadas.
Comprender la teoría del capitalismo burocrático implica trazar una correcta línea estratégica de construcción en un país como el nuestro. Nos planteamos este análisis no simplemente con un afán teórico, sino especialmente práctico, que éste contribuya a un proceso de emancipación concreto tomando como base las características y condiciones históricas, económicas, sociales, políticas y culturales de nuestro país.
En posteriores números iremos profundizando sobre cada uno de estos aspectos, relacionándolos de manera directa con la economía, política y cultura ecuatoriana.
[1] Se entiende por formación social el desarrollo concreto de un modo de producción en un país determinado.
[2]Mao TseTsung. Revolución China y el Partido Comunista de China
[3]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
[4]Imperialismo: fase superior del capitalismo, paso del capitalismo de libre competencia a capitalismo monopolista que guarda cinco características fundamentales: monopolismo, exportación de capitales, predominio del capital financiero, reparto del mundo por parte de los monopolios y finalización de este reparto.
[5]Teoría desarrollada por Lenin que explica cómo el imperialismo gesta condiciones básicas para explotar a las colonias y semicolonias
[6]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.
[7]Martin Victor. Actualidad de la cuestión agraria en el mundo, viejo problema, nuevos enfoques.
[8]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana
[9]Serrano, Isidro. La semifeudalidad en México.
[10]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
martes, 1 de abril de 2014
El jugoso negocio de la ‘obra pública’ en Ecuador
Una
de las estrategias que dice tener el gobierno para alcanzar el mentado
“cambio de matriz productiva” es la enorme inversión en infraestructura,
sobre todo en relación a la red vial, hidroeléctricas y refinerías, que
según señalan, permiten conectar pueblos y ciudades pequeñas que antes
habían sido abandonadas por los gobiernos de turno, así como generar
fuentes de energía que posibiliten un salto cualitativo en el tipo de
economía nacional. De esta forma, dicen los defensores de la Revolución
Ciudadana, las carreteras se van constituyendo en las vías del “Buen
Vivir”. En este artículo conoceremos, a groso modo, las principales
empresas ecuatorianas y transnacionales que se encuentran beneficiadas
por el enorme gasto en obras de infraestructura del gobierno de Correa.
Situación global de la construcción
La
participación del Estado en los últimos años en el sector de la
construcción, específicamente en lo referente a la obra pública, ha
elevado los ingresos de las constructoras que mayores contratos han
logrado firmar con el Gobierno. Según el Ministerio de Transporte y
Obras Públicas para inicios del 2012 el Cuerpo de Ingenieros del
Ejército tuvo contratos por alrededor de 360 millones; Herdoíza Crespo
Construcciones de 260 millones; Verdú de 213 millones; Hidalgo e Hidalgo
por 189 millones; Fopeca por 177 millones; Consermín por 116 millones y
Equitesa por 99 millones.
De 2007 hasta 2011, el gobierno del
Ecuador invirtió un total de 3.716 millones. Los datos proporcionados
en 2012 por María de los Ángeles Duarte, titular de la Cartera de
Transporte y Obras Públicas, mencionan que el plan vial iniciado desde
2007 y empujado a partir de un plan emergente concluiría en 2013, y
prevé una inversión que bordea los 5.000 millones. Mientras para el 2013
el gobierno ecuatoriano marcó un presupuesto de 32.366 millones de
dólares, se destinará unos 3.986 millones para la construcción de
puentes, vías y carreteras.
Principales empresas constructoras ecuatorianas
Hidalgo e Hidalgo
Según
el ranking de las mayores empresas presentado por la Revista Vistazo en
2013, Hidalgo e Hidalgo se ubica en el puesto número 44, con ingresos
de 262 millones de dólares. Esta empresa cuenta con prácticamente cuatro
mil trabajadores y ha sido una de las principales beneficiarias de la
inyección de capitales para la infraestructura, sobre todo en torno a
vialidad a lo largo del país. Por ejemplo en 2008 obtuvo el contrato de
la construcción de la vía Santo Domingo-Quevedo-Babahoyo-Jujan.
Panavial
Panavial
incluye al Grupo Herdoíza Guerrero, holding que abarca varias empresas
dedicadas a la construcción de obras civiles de infraestructura,
concesión, mantenimiento y señalización vial. Según el ranking de las
mayores empresas presentado por la Revista Vistazo en 2013, Panavial se
ubica en el puesto número 56, con ingresos de 220 millones de dólares
para el año 2012. Entre sus obras están la carretera Jambelí-Latacunga.
Herdoiza Crespo
Por su parte Herdoiza Crespo se ubica en el puesto número 76, con ingresos de 177 millones en el 2012.
Las
antes descritas son las empresas nacionales más grandes de la
construcción y que se han visto beneficiadas en los contratos. A estas
hay que sumar otras de menor envergadura como Fopeca, Técnica General de
Construcciones, entre otras. Las Escuelas del Milenio, Centros de
Desarrollo Comunitario, Unidades de Policía Comunitaria son obras que
van desde 1 a 5 millones de dólares, es decir construcciones pequeñas y
medianas y son otorgadas a empresas constructoras de mediano tamaño,
aunque también a las empresas nacionales como Hidalgo e Hidalgo y
Herdoiza Crespo.
Principales empresas extranjeras
Si
bien empresas como Herdoiza Crespo, Hidalgo Hidalgo y Panavial han
obtenido jugosos contratos por parte del Estado, las obras más grandes y
más rentables han sido encargadas a empresas extranjeras, como
constataremos a continuación.
Quiport y el Aeropuerto de Quito
La
construcción y administración del nuevo aeropuerto de Quito está a
cargo de la Corporación Quiport, después de una serie de jugarretas en
las que sin concurso público alguno el contrato les fue entregado a
dedo. Uno de los socios de Quiport es Sandra Reed Serrano, quien
“casualmente” también es socia y representante de las compañías
constructoras que trabajan para Quiport, es decir, Aecon Construction
Group, una de las constructoras canadienses más grandes del mundo y la
Constructora Andrade Gutiérrez, una gran multinacional brasileña de la
construcción. Corporación Quiport S.A. es una empresa privada formada
por un consorcio de compañías canadienses, estadounidenses y brasileñas.
Quiport
operará el nuevo aeropuerto hasta el año 2040, reservándose el derecho
de recoger un jugoso 80% de los ingresos generados por sus operaciones.
Para ello, invirtieron previamente 724 millones de dólares. Aecon es
propietario del 45,5% del nuevo aeropuerto mientras que Andrade
Gutiérrez Constructores posee el 48% del mismo. Así es como una de las
“grandes obras” de la Revolución Ciudadana, es haber privatizado el
aeropuerto de Quito, sin que, casi nadie, diga algo al respecto más allá
de quejarse elevado costo de la comida.
¿Se le acabó la fiesta a Odebrecht?
“Se
le acabó la fiesta en Ecuador”, decía en octubre de 2008 Correa a
propósito de la expulsión de la empresa Odebrecht, sin embargo la
historia no terminaría ahí. Demos un vistazo a esta novelesca historia
de negocios, aunque más parece de amor, y que grafica claramente la
demagogia y “doble moral” con que se manejan los negocios de la
construcción en nuestro país.
La construcción de la Central
Hidroeléctrica San Francisco le fue adjudicada a ésta empresa en marzo
de 2000. La planta se ubica en el cantón Baños, provincia de Tungurahua,
debajo de la Central Hidroeléctrica Agoyán. El proyecto demandó una
inversión de 317 millones. En junio de 2007, el propio presidente,
encendió la segunda turbina para la generación hidroeléctrica,
declarando inaugurada la obra, pero a escasos siete meses la planta
suspendió sus operaciones, debido a severas fallas en las obras civiles y
electromecánicas. Odebrecht no pudo solucionar los problemas, por lo
que ocho meses después el Gobierno enfrentó públicamente a la firma
calificando como “una estafa” a la obra. El Presidente enfatizó que “no
aceptaremos que ninguna de estas empresas internacionales vengan a
burlarse del país”.
La crisis se agudizó cuando el Gobierno
decidió llevar a la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional de París su desconocimiento del crédito por 286,8
millones de dólares, concedido por el estatal banco Bndes a Odebrecht
para la construcción del proyecto. En respuesta, el Gobierno del Brasil
decidió “congelar” todos los proyectos de cooperación bilateral.
En
julio de 2010, el Gobierno y Odebrecht arribaron a un “convenio de
reparación” que contempló arreglos en el túnel de conducción, de la
chimenea, de las válvulas del bypass, el cambio del SEA, la entrega de
dos rodetes de reserva y una compensación económica de 20 millones de
dólares. Las reparaciones se cumplieron, los rodetes fueron traídos de
Italia, pero las autoridades no han informado sobre el costo de los
nuevos trabajos y si fue pagada la compensación solicitada.
Lo
sorprendente de ese acuerdo ha sido las condiciones impuestas por
Odebrecht y peor aún, aceptadas por el Gobierno. En todos los juicios
que estaban en curso en la justicia, tanto el de daños como el de las
presunciones penales, el Estado se comprometía a eliminarlos, sin que
ninguna ley le permita estos acuerdos. En resumen, los supuestos delitos
cometidos en los cambios de las condiciones del contrato, en perjuicio
al Estado, las glosas impuestas por Contraloría, se eliminaban a favor
de Odebrecht. Hasta se aceptó cláusula de arbitraje internacional en
Chile para cualquier discrepancia en el “acuerdo”, contrariando la
expresa disposición constitucional. Y para completar esta “novela de
amor y dinero”, en septiembre del mismo año, la Contraloría ‘desvaneció’
las ocho glosas por 77.7 millones de dólares que había establecido
contra la constructora.
Finalmente en el 2011 Odebrecht
retornó a la lista de empresas elegibles de contratación y nuevamente
obtuvo varios contratos por varias decenas de millones de dólares, sin
licitación pública abierta, como es el caso del primer tramo de la Ruta
VIVA en las afueras de Quito.
En julio de 2012, Odebrecht se
adicionó el contrato de preparación del área (rellenos) para la
construcción de la Refinería del Pacífico, a un costo de 229,9 millones
de dólares. Casualmente la oferta hecha por la multinacional brasileña
era la más costosa. Así también se le entregó la construcción del
proyecto hidroeléctrico Manduriacu por 124 millones.
Desde el
2011 hasta octubre de 2013 la brasileña suma siete obras de
infraestructura eléctrica, vial y petrolera por 1.085 millones. Este
monto equivale al 10% del total de contrataciones de obras, bienes y
servicios que realizó el Estado a través del portal de Compras Públicas
durante el 2012. ¡Vaya que se le acabó la fiesta a esta empresa!
Fundada
en 1945, Odebrecht es una transnacional brasileña que participa en la
construcción de proyectos termoeléctricos e hidráulicos, centrales
nucleares, siderúrgicas, refinerías, centrales petroquímicas, etc., una
de cuyas filiales, Odebrecht América Latina e Angola, tiene más de 53
contratos, en los que trabajan 33.000 obreros en Angola, Argentina,
Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Perú y República Dominicana
principalmente.
La cereza del pastel: los chinos financian y son contratados
Una
investigación de la periodista Rosa Torres Gorostiza de diario Expreso
afirma que de los 24 contratos estatales más grandes de obras y
servicios están en manos de quince compañías, por 5.270 millones. Llama
la atención como estas empresas fueron creadas meses antes de que se les
adjudiquen los contratos, a pesar de que entre los principales factores
de calificación debe contar la experiencia y catalogo de obras
realizadas.
Durante el 2002 se registraron las primeras tres
sucursales de empresas chinas (ZTE Corporación, Huawei y Sinopec) en el
país. Diez años después, la cantidad de esas filiales está cerca de
llegar a sesenta y la mayoría tiene contratos millonarios con las
compañías estatales, en áreas como hidrocarburos, energía, minas,
puentes, control de inundaciones y provisión de servicios. Otras
empresas, inscritas en los últimos cuatro años en el Registro Mercantil
(ya sea como filiales o compañías ecuatorianas, pero con capitales
extranjeros) son proveedoras de servicios y equipos de las que
construyen los grandes proyectos. En total 24 contratos, por 5.270
millones dólares, fueron entregados a 15 empresas chinas, que se
domiciliaron en el país uno o dos meses antes de la firma de los
contratos.
La Cámara de Comercio Ecuatoriano-China tiene
registradas 42 empresas con capitales del gigante asiático. La
Superintendencia de Compañías reporta la inscripción de 29 sucursales
chinas, cifra que no incluye a las que están clasificadas como empresas
ecuatorianas, pero son filiales de corporaciones registradas en Estados
Unidos, Canadá y otros países, que han sido adquiridas por
transnacionales de China. Entre unas y otras, afirma Rosa Torres
Gorostiza, se han contabilizado un total de 56 compañías con capitales
chinos que realizan actividades en Ecuador. De las últimas 16 sucursales
que se inscribieron, siete lo hicieron en el 2011 y nueve en el 2012. A
pesar de los millonarios contratos que han firmado, son pocas las
empresas que declararon el Impuesto a la Renta.
Guangxi Road & Bridge Engineering Corporation
Registrada
en enero de 2008. En 2009 firmó un contrato, por 102 millones con el
Ministerio de Transporte para la construcción del Cuarto Puente que
terminó de edificarse en 2011. En el SRI no registra pago de Impuesto a
la Renta.
China Road and Bridge Corporation
Registrada
en noviembre de 2011. Firmó contratos con el Ministerio de Transporte,
por 55 millones para varios trabajos, entre ellos la vía Pifo-Papallacta
y el anillo vial en Santo Domingo de los Tsáchilas.
China International Water & Electric Corp
Registrada
en el 2010. Construye, por 123 millones, el proyecto Toachi Pilaton.
Senagua le adjudicó dos contratos por 366 millones para megaproyectos de
control de inundaciones en las cuencas de los ríos Naranjaly Cañar.
China Gezhouba Group Company Limited
Registrada
en 2010. Ejecuta el proyecto Sopladora (Azuay) por 672 millones.
Senagua la contrató en 2012 para rehabilitar el túnel Cerro Azul, que
forma parte del sistema Daule Peripa. El contrato se firmó por 16
millones.
China National Electric Engineering Co.
Registrada
el 30 de agosto de 2011. Tiene a su cargo la construcción de dos
proyectos hidroeléctricos por un monto total de 125 millones.
China Hidroelectricidad Ingeniería Consultorio Co.
Registrada
en septiembre de 2011. Construye el proyecto hidroeléctrico
Delsitanisagua, ubicado en Zamora Chinchipe, por un costo de 215
millones de dólares En octubre de 2011 firmó el contrato.
China Tiesiju Civil Engineering Group Compañía Limitada
Registrada
el 12 de enero de 2009. La Secretaría del Agua le adjudicó el proyecto
Multipropósito Chone, en abril de 2010, que está en ejecución. El
contrato es por 46 millones de dólares.
Xinjiang Goldwind Science
Fue
registrada el 15 de septiembre de 2011. Construyó el proyecto eólico
Villonaco, que se inició en agosto de ese año, a un costo de 44
millones.
Synohidro Corporation
Registrada
en julio de 2009. Construye Coca Codo Sinclair, la mayor central
hidroeléctrica que tendrá el país, ubicada entre Napo y Sucumbíos por un
monto de casi 2.000 millones de dólares.
Harbin Electric International Co. Ltd.
Registrada
en agosto de 2011. Implementa la central térmica Esmeraldas II, de 96
MW, por más de 100 millones de dólares. También ejecuta la construcción
de la central hidroeléctrica Minas San Francisco entre Azuay y El Oro,
por 506 millones de dólares.
China Camc Engineering
En
conjunto con la empresa National Electronics Import and Export
Corporation (CEIC) edifica el Sistema Nacional de Comando y Control de
la Seguridad Ciudadana-ECU911 por un costo de 240 millones de dólares.
Pero, ¿de dónde sale el dinero?
El
ministro Coordinador de la Política Económica, Patricio Rivera, en
julio de 2013 explicó a la Comisión de Régimen Económico del
Legislativo que el financiamiento chino para cubrir el déficit
presupuestario, que incluyendo amortizaciones, alcanza los 6.254
millones.
Los funcionarios dijeron que se debe tomar en
cuenta dos aspectos cuando se trata de recibir fondos de afuera. El
primero es que si bien los organismos multilaterales, sobre todo
norteamericanos y europeos, pueden presentar tasas de interés menores a
las chinas, estos solo pueden entregar unos 1.000 millones, de los
cuales realmente se reciben entre 300 y 400 millones, pues la diferencia
queda amortizada. Con ello el ingreso de fondos se limita. Lo que
resulta insuficiente para la ejecución de grandes proyectos.
De
ahí parte el segundo punto de análisis, que trata sobre la oportunidad
de la construcción de proyectos, como por ejemplo Coca Codo Sinclair,
financiado por China. Por eso, de acuerdo al análisis ministerial, sería
una locura perder puntos porcentuales de ganancia por oportunidad, por
ahorrar unos cuantos puntos en tasas con los organismos multilaterales,
tomando en cuenta que con China el interés promedio está entre el 6% y
7%.
Pero lo que no dice el gobierno es que a cambio de estos
enormes prestamos con un elevado interés, China recibe la mayor parte de
las mega-construcciones que se están desarrollando en el país. Es
decir, China es el país que pone el dinero pero que recibe nuevamente
esos fondos para poner en marcha los contratos. ¡Qué negocio tan jugoso
es para China tener un gobierno títere como el de la Revolución
Ciudadana!
Las 4 nuevas universidades
Yooshin
Engineering Corporation, Cheong Hea Engineering y IFEZ son las empresas
surcoreanas encargadas de la construcción de Yachay, la Ciudad del
Conocimiento; la Universidad de las Artes está siendo construida por la
Constructora Adokasa; la Universidad de las Ciencias Docentes e Ikiam,
Universidad Amazónica especializada en Ciencias de la Vida por otras
constructoras. Para la construcción y financiamiento de estos centros
superiores se destinarán 1.100 millones entre el 2013 y el 2017, que
serán financiados principalmente con capital surcoreano. Al igual que en
el caso chino, el país asiático pone el dinero y también recibe los
contratos de construcción.
Los otros beneficiados: proveedores de materias primas
Dentro
del grupo de las empresas beneficiadas de esta política están también
las productoras y comercializadoras de materias primas para la
construcción. Aquí podríamos anotar a tres grandes empresas extranjeras.
Holcim
es una empresa suiza, productora de cementos y áridos (piedra caliza,
arena y grava) así como otros materiales como hormigón premezclado y
combustibles alternativos. El grupo tiene acciones en más de 70 países
en todos los continentes. Actualmente es la cementera más grande del
mundo, seguida de Lafarge y de CEMEX. El Grupo ha adquirido
participaciones en otras empresas, ampliando su base a más de 50 países,
por ejemplo Cementos Polpaico, en Chile y Holcim Apasco en México. Esta
empresa consta como la décima empresa más grande en Ecuador según el
Ranking de la Revista Vistazo, con ingresos de 500 millones en el 2012.
Actualmente es demandada por más de 1000 ex trabajadores por pago de
liquidaciones. Dentro de este mismo grupo consta Construmercado, empresa
que es encargada de comercializar la producción de Holcim y es
subsidiaria de la empresa suiza. Se ubica en el puesto número 13, con
ingresos de 480 millones.
La tercera empresa es Lafargue, una
compañía de materiales de construcción de origen francés especializada
en cuatro productos principales: cemento, hormigón, áridos y yeso.
Cuenta con 78.000 empleados en 78 países. Se ubica en el puesto 86, con
ingresos de 170 millones en Ecuador.
Conclusiones
Una
de las principales banderas de campaña del gobierno ecuatoriano ha sido
la obra vial que se ha construido a lo largo del país y que se ha
convertido en una especie de fetiche para un importante segmento de la
población. Aunque la mayor parte de la gente no tenga el suficiente
dinero para viajar de una región a otra –ni siquiera en feriados, a
excepción de la pequeña burguesía-, como producto de la propaganda
gubernamental la gente repite incesantemente lo bien que se encuentran
las vías y lo bien que le hacen al desarrollo nacional. Algo parecido
ocurre con los pequeños productores agrícolas y agropecuarios, en donde
los caminos vecinales y secundarios siguen abandonados y si es que
existen avances es porque benefician a sectores comerciales e
intermediarios poderosos que necesitan de más y mejores vías de acceso.
Para
comprender un poco esto habría echar un vistazo a la historia y ver
cómo el ferrocarril construido en la Revolución Liberal pasaba
precisamente por las entradas de las haciendas. Su ruta fue elaborada
meticulosamente para servir a los intereses de los grandes hacendatarios
de la costa y terratenientes de la sierra, y de ninguna manera este
medio de transporte tuvo la función de conectar las poblaciones
indígenas y pueblos de aquella época. Algo parecido ocurre en la
actualidad.
La promesa de cambio encuentra un buen señuelo en
la obra pública que es vista como una puerta de entrada al progreso. Lo
que no ve la gente es que este gobierno ha puesto en marcha el gasto en
obras de infraestructura principalmente por dos razones: a) para dotar
de infraestructura necesaria para la explotación de los recursos
naturales y minerales del país; y b) porque representa los intereses de
la burguesía de la construcción. A esta realidad concreta se suma el
“Efecto rebote”, es decir que aquello que ocurre para beneficiar a los
grupos económicos anteriormente nombrados, de “rebote” genera ciertos
beneficios para la gente.
La mayor parte de vías, carreteras y
caminos construidos pasan cerca de haciendas, sectores
agro-industriales y unidades productivas para facilitar la
transportación de sus mercancías. Lo mismo ocurre en el caso de las
zonas en donde actualmente hay explotación petrolera (región amazónica
norte) y las provincias australes y oriente sur del país en donde se
implantaran los grandes megaproyectos mineros. A esto podríamos añadir
el caso de la vía Manta-Manaos que servirá para conectar a China con
Brasil. En definitiva, la construcción de estas vías de comunicación
obedece a los intereses y requerimientos de las empresas imperialistas.
Tras bastidores es sabido que las transnacionales y multinacionales
ponen una serie de peticiones para “invertir” sus capitales en un país
dominado, a una legislación laboral débil y normas ambientales ambiguas,
se suma la necesidad de contar con buenas vías de comunicación que les
ayuden a acortar el tiempo de transportación de las materias primas
extraídas del territorio ecuatoriano.
A todo esto debemos
añadir que el estado está funcionando palanca de inyección de capitales
para dinamizar la economía y beneficiar a las empresas encargadas de la
construcción. De hecho tiene mecanismos para mejorar los negocios de
estas empresas tales como los “reajustes”, trampas corruptas que elevan
los beneficios de estos grupos. Es así como a pesar de que para toda
obra de construcción primero se debe hacer un estudio previo para
definir el costo fijo del contrato, entre 2007 y 2010 el monto inicial
de gasto en 87 obras viales era de 1.566 millones, con los “ajustes” la
cifra ascendió a 1.855 millones. Es decir, no solo que los contratos
son otorgados a dedo, que son diseñados para enriquecer a sus dueños,
que sirven a importantes miembros del Estado, sino que se sirven de
mecanismo ilegales para maximizar sus ganancias.
Finalmente,
habría que anotar que los contratos de construcción más grandes están en
manos de empresas chinas, brasileñas y europeas. Las empresas
constructoras ecuatorianas se encargan de las obras de mediano tamaño,
mientras las obras de construcción pequeñas son encargadas a empresas
medianas que forman parte de una larga lista de empresas constructoras. A
esto hay que sumar la enorme corrupción y negociados como un componente
fundamental. Son varios los casos de corrupción que han podido salir a
la luz. Entre las personas relacionadas con la construcción es sabido
que para poder acceder a un contrato deben elevar el costo de su oferta
en un 30 a 40%, dependiendo el caso, y de ese sobreprecio se desprende
una cadena de corrupción que envuelve a funcionarios públicos y miembros
de las empresas encargadas.
¡Pero, a pesar de todo, por ‘suerte’ el gobierno de la Revolución Ciudadana está lleno de corazones ardientes y mentes lúcidas!
Movimiento Vientos de Pueblo
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