El Movimiento Vientos del Pueblo ha emprendido desde hace algún tiempo el estudio de la formación social ecuatoriana[1]
partiendo del materialismo histórico para comprender la dinámica
social, económica y política que se desarrolla en nuestro país.
Lamentablemente en el Ecuador no contamos con análisis de este tipo, adolecemos de una experiencia teórica seria que nos permita tener claridad sobre el tipo de capitalismo que se desarrolla y las clases sociales que existen en nuestro país, obedeciendo esto a causas como: la falta de intelectuales proletarios con una definida posición de clase; la influencia de corrientes burguesas y postmodernas en la academia; el predominio de una izquierda del capital, reformista y oportunista, que ha vivido en los vaivenes de la coyuntura sin haber realizado un trabajo teórico profundo; y análisis que parten de corrientes idealistas y metafísicas realizando estudios excesivamente particulares, que no permiten, ni comprender la totalidad de los fenómenos que analizan, ni la relación de estos con otros procesos. Esto se deriva especialmente de la concepción de la que parten para sus “teorizaciones”, y de la posición de clase que asumen. Por un lado toman como base formulaciones abstractas que pretenden hacerlas pasar como teorías; y por otro resulta evidente su interés de no criticar la médula del sistema, cobijándose en el ataque a elementos que son moldeables por el mismo capitalismo: crítica a formas de gobierno o políticas económicas. Es el marxismo el que a través de su método, el materialismo dialéctico e histórico, permite realizar un análisis científico de la sociedad, partiendo de la comprensión de ésta para su posterior transformación.
En este número esbozaremos de manera general algunas de las bases conceptuales del capitalismo burocrático, combinándolo con una serie de ejemplificaciones que se afirmen en el análisis concreto de la realidad concreta. Este es simplemente un esbozo, un primer acercamiento, que pretendemos presentarlo de la forma más didáctica posible. En posteriores publicaciones abordaremos cada uno de los ejes del capitalismo burocrático y cómo éstos se afirman en el país, permitiéndonos profundizar específicamente cada uno de ellos.
El capitalismo burocrático: un concepto preciso para comprender nuestra realidad
La teoría del capitalismo burocrático no ha sido lo suficientemente discutida en el ámbito popular y académico. Esta teoría fue desarrollada por Mao TseTsung para referirse al tipo de capitalismo que se desarrollaba en un país atrasado y semicolonial como China, de la cual exponía:
“de la clase terrateniente feudal de China, al igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en China, el imperialismo, se alía en primer término con las capas dominantes del régimen social precedente –los señores feudales y la burguesía comercial-usurera-, contra la mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalista (particularmente en el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reaccionarios (...) el imperialismo, con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales, con toda su superestructura burocrático-militarista” [2]
Mao manifestaba que China era una semi-colonia dominada por el imperialismo, donde éste tenía como aliados fundamentales a la burguesía compradora y los terratenientes, los cuales se servían de las relaciones precapitalistas para obtener mayores beneficios. La teoría desarrollada por Mao no constituía simplemente un análisis particular de la sociedad china, sino que desarrollaba las leyes generales para comprender cuál es la forma de capitalismo que se reproduce en un país dominado.
En la misma época, en el Perú, José Carlos Mariátegui basado en la teoría del imperialismo de Lenin y en el estudio concreto de América y del Perú en especial, expondría también en varios de sus textos argumentaciones tendientes a demostrar el tipo de capitalismo que se genera en un país atrasado, el papel reaccionario de la burguesía y la importancia de la alianza obrero-campesina como base para la revolución. Mariátegui estudiaría extensamente las características de su país y como éste fue condicionado por la dominación desde antes de estructurarse como Estado. En los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, concretamente en los dos primeros capítulos donde nos habla de la economía peruana y el problema de la tierra, argumenta sobre la existencia de relaciones precapitalistas de las que se sirven tanto el imperialismo como la burguesía monopólica. Y en el Programa del Partido Socialista Peruano nos demuestra que:
“El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semi-coloniales, que explota como mercados de su capital y sus mercancías y como depósitos de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo; los obliga a la especialización, a la monocultura (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú), sufriendo una permanente crisis de artículos manufacturados, crisis que se deriva de esta rígida determinación de la producción nacional, por factores del mercado mundial capitalista” [3]
Los comunistas peruanos en los años setenta profundizan la teoría del capitalismo burocrático con los aporte de Mao y Mariátegui y dan una definición más precisa sobre éste:
“Sobre una base semifeudal y bajo un dominio imperialista, se desarrolla un capitalismo, un capitalismo tardío, un capitalismo que nace atado a la semifeudalidad y sometido al dominio imperialista... El capitalismo burocrático se desenvuelve ligado a los grandes capitales monopolistas que controlan la economía del país, capitales formados por los grandes capitales de los grandes terratenientes, de los burgueses compradores y de los grandes banqueros; así se va generando el capitalismo burocrático atado a la feudalidad, sometido al imperialismo y monopolista. Este capitalismo, llegado a cierto momento de evolución se combina con el poder del Estado y usa los medios económicos del Estado, lo utiliza como palanca económica y este proceso genera otra facción de la gran burguesía, la burguesía burocrática; de esta manera se va a dar un desenvolvimiento del capitalismo burocrático que ya era monopolista y deviene a su vez en estatal.”
El capitalismo burocrático es “el capitalismo que impulsa el imperialismo en un país atrasado; el tipo de capitalismo, la forma especial de capitalismo, que impone un país imperialista en un país atrasado, semifeudal, y semicolonial”
Cabe recalcar como antecedentes a la formulación de esta teoría los aportes de Marx en cuanto a la concentración y centralización de capital como antesala al monopolismo, el problema agrario y la inclusiòn del campesinado en el programa proletario, y la forma cómo las metrópolis capitalistas dominaban sus colonias. También las formulaciones hechas por Lenin, especialmente la teoría del imperialismo, del desarrollo desigual y combinado, de las características concretas de Rusia al definirlo como un país pequeño burgués, y la caducidad del papel democrático de la burguesía que no podía completar las tareas democrático burguesas y que ello recaía en la alianza obrero-campesina bajo dirección revolucionaria del proletariado.
Los ejes fundamentales para sustentar que en un país se desarrolla el capitalismo burocrático son:
- La dominación imperialista y la formación de un país anclado a la semi-colonialidad.
- Una economía con fuertes rasgos precapitalistas: un amplio mar de pequeña producción y comercio tanto en el campo como en la ciudad, donde se dan formas de economía mercantil simple.
- Un país sin base industrial propia, especialmente en lo que tiene que ver con la industria pesada.
- Una economía basada más en el comercio que en la producción.
- Configuración de una burguesía compradora y burocrática que existe como apéndice y socia de menor rango del imperialismo.
- El proletariado no es la clase numéricamente más importante del país, aunque ello no le despoje de su papel de vanguardia. Otras clases tiene una gran importancia en la economía del país como el campesinado y el semi-proletariado.
- Una súper-estructura (Estado, variantes ideológicas y formas de conciencia social) profundamente influenciadas por el imperialismo, donde sobreviven fenómenos como la superstición, el arribismo pequeño burgués, una educación limitada, la folclorización de la cultura, formas de pensar occidentalizadas, etc.
El materialismo histórico: método científico para comprender la realidad social
El marxismo manifiesta que para comprender una sociedad históricamente determinada debemos indagar en cómo ésta organiza la producción de los bienes materiales necesarios para su subsistencia, las relaciones sociales en las que se desenvuelve esta producción y el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, sobre las cuales se levantará el poder político y los aparatos ideológicos que permitirán la reproducción de dicho orden social. Todo esto forma parte de la categoría denominada modo de producción. Los modos de producción de los que habla Marx básicamente son: comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo-comunismo. Este análisis nos permite entender las particularidades de cada sistema social y nos abre paso a un criterio científico para abordar la historia, de la cual su motor es la lucha de clases.
Desarrollo clásico del capitalismo y desarrollo del capitalismo burocrático: el problema del imperialismo
La categorización de modo de producción capitalista tiene por objetivo sentar las características y leyes generales que rigen a dicho sistema basado en el trabajo socializado, la propiedad privada, la extracción de plusvalía y la reproducción de capital. Este modo de producción se materializa de manera concreta en diferentes formaciones sociales, es decir el capitalismo se desarrolla de diferente manera en Inglaterra, Francia, Japón, Alemania, Estados Unidos, China, etc. El capitalismo no es un sistema inmóvil, sino que sufre variaciones, la fundamental históricamente es su paso del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopolista, a lo que Lenin denomina como Imperialismo[4] . Esta fase superior es importante comprenderla en su magnitud, pues si bien el capitalismo conserva sus características básicas y su contradicción fundamental (capital-trabajo) se dan una serie de nuevas contradicciones en esta etapa como son las que existen entre los propios países imperialistas y entre éstos y sus colonias o semi-colonias.
Es importante comprender al sistema capitalista-imperialista como algo global que se ejerce en todo el mundo. Esto nos permite replantear la categoría modo de producción capitalista y hablar en la actualidad de capitalismo imperialista, donde se desenvuelven especialmente dos tipos de países, unos sobre los que se recrean formaciones sociales industriales, avanzadas y dominantes, y otros donde se desarrolla un capitalismo dominado, atrasado, tardío, con amplias relaciones sociales y formas de propiedad precapitalista. Es decir en los países avanzados o las potencias capitalistas se desenvuelve un capitalismo diferente al de los países atrasados, todo mediado por una estructura basada en la dominación.
Es importante entender que el capitalismo no se ha desarrollado de igual forma en las diferentes regiones del mundo. Es decir hubo países que cumplieron el tránsito clásico de un modo de producción a otro. Y una serie de países que no pudieron cumplir cabalmente con ello al hallarse sometidas a los intereses extranjeros.
En el primer caso estos países liquidaron las formas precapitalistas de producción mediante la revolución burguesa (Holanda siglo XVI, Inglaterra en el XVII y Francia en el XVIII) donde fue derrotada la clase terrateniente y emergió la burguesía como nueva clase dominante, lo que permitió el desarrollo de las fuerzas productivas provocando un capitalismo de amplia base industrial, con relaciones de producción básicamente capitalistas, un proceso de concentración intensivo, y la liquidación de las relaciones feudales en el campo. En estos países el proletariado se constituyó en clase mayoritaria y las formas de pequeña producción tendieron a desaparecer.
Cabe recalcar que estos países no estaban oprimidos por ningún otro, lo que les permitió desarrollarse de acuerdo al “interés nacional” de su burguesía, introduciendo medidas económicas como por ejemplo el proteccionismo, que les garantizó el crecimiento de su industria y posteriormente la consolidación de los monopolios.
A su vez hubo otros países, como los de Latinoamérica, que recién comenzaron a estructurar su nacionalidad y a unificar sus Estados cuando los países nombrados anteriormente ya habían concluido esa etapa y se habían convertido en Estados poderosos que marcaban el rumbo de la economía mundial. Desde los primeros años del siglo XIX cuando empiezan los procesos “independentistas” en América Latina, los países europeos habían entrado en un proceso de concentración profunda de la industria, banca y comercio especialmente en el último cuarto del siglo XIX, lo que les permitió ejercer una dominación más sistemática sobre las colonias.
En los países donde se desarrolla un capitalismo atrasado la clase terrateniente no es liquidada sino que evoluciona lentamente hasta ir adoptando formas más o menos capitalistas de producción, sin resolver el problema agrario, sin base industrial propia, con actividades comerciales como eje de la economía, una producción articulada a las necesidades del mercado internacional y una gran cantidad de formas de pequeña producción y comercio. Es decir los países latinoamericanos han estado anclados desde la conformación de los “Estados nacionales” (y aún antes por ejemplo con la conquista española) a la dependencia.
Tomando el caso de nuestro país, la dominación de lo que actualmente es Ecuador empezó con la conquista española. Durante todo ese periodo enormes cantidades de minerales fueron usurpados y miles de indígenas y esclavos negros explotados y asesinados. Después de tres siglos de ser una colonia, y mientras varios países europeos habían desarrollado su economía con un carácter nacional, en Latinoamérica se comenzaron a dar los procesos independentistas.
Estas revueltas emancipadoras no lograron configurar un proyecto nacional, más bien condujeron al tránsito de dominación española a la inglesa, la principal potencia mundial del siglo XIX. Cabe recalcar que este cambio de amo se da por el declive de España y por la consolidación de Inglaterra como principal potencia del mundo. Así pues, Ecuador fue sometido por España e Inglaterra, y más tarde, cuando la fase superior del capitalismo se había alcanzado, ya éramos dominados por Estados Unidos. Este proceso marca el tránsito de nuestro país de una colonia a semi-colonia.
Las formas de dominación de las potencias imperialistas pasan de la política colonial a la semi-colonial. Ello se da en la mayoría de países de Latinoamérica con los procesos independentistas y llega a ser la forma general en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. La semicolonialidad implica una independencia formal, pero no en los hechos, pues si bien estos países eligen sus gobernantes y cuentan con un ejército propio, tales elementos se hallan controlados por el imperialismo y su conexión con la burguesía que administra dichos Estados. Es un control económico más intensivo y solapado, y a la vez más profundo.
A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, Ecuador vivió el proceso de la Revolución Liberal que, según la historiografía, fue una suerte de proyecto que configuró la nacionalidad ecuatoriana, pero que en el fondo fue un plan político conducido por la burguesía agro-exportadora, que, a través del control del Estado, marcó la entrada definitiva de nuestro país en la división internacional del trabajo, en calidad de país sometido por el imperialismo. Es decir producir en base a los requerimientos de estas potencias configurando una lógica primario-exportadora donde la economía depende de un producto “estrella” lo que nos convierte en una economía sumamente frágil a los vaivenes del mercado.
En el periodo de entreguerras, el país vivió una grave crisis económica, que solo se pudo aliviar en los años 40’s, en que los latifundistas de la costa abandonaron la producción de cacao, para dedicarse a la plantación de banano, que duró hasta fines de los años 60’s. En ambos casos, tanto con el cacao como con el banano, nuestra economía y desarrollo nacional estuvo marcado por nuestro papel de país primario-agroexportador. Durante la década de los años 60’s los gobiernos ecuatorianos, con el auspicio de Estado Unidos, llevó a cabo la política de “Industrialización por sustitución de importaciones” ISI. El objetivo de ésta era industrializar algunos sectores de la economía, pero por razones concretas, fracasó. Desde inicios de los 70’s la economía ecuatoriana empezó a girar en torno a la producción petrolera, marcando una continuidad del papel que cumple nuestro país en la división internacional del trabajo.
Los años 80’s y 90’s fueron la “luna de miel” de los gobiernos de turno y el neoliberalismo. En este periodo predominó la privatización de varios sectores de la economía, políticas tendientes a la flexibilización laboral, la implementación de los recetarios del FMI y un enorme endeudamiento público y privado. Se festinaron los recursos naturales y se intensificó la dependencia del país.
En la actualidad vivimos la revolución ciudadana como un proceso configurado para re-oxigenar el Estado burgués, desarrollado por la burguesía burocrática que encarama un nuevo grupo o fracción dentro de la burguesía que utiliza el aparato de Estado como eje de acumulación, que no liquida de ninguna manera las relaciones de dominación, y que más bien las profundiza puesto que en la actualidad no sólo estamos condicionados por Estados Unidos sino también por China.
Son tan sólo frases pomposas del gobierno cuando habla de antiimperialismo, pues en la práctica seguimos siendo un país dominado. El imperialismo controla los sectores estratégicos de la economía, un caso paradójico fue la telefonía celular donde el gobierno renovó el contrato con Porta (en la actualidad Claro) y Movistar durante 15 años más, con ganancias que sobrepasarán fácilmente los 30 mil millones de dólares para ambas transnacionales. En la “revolución ciudadana” el país continúa siendo una economía primario exportadora que depende del petróleo y que busca desarrollar la mega minería acentuando esta lógica. El nivel de endeudamiento ha crecido, si en el 2005 las obligaciones con China llegaban a 9,3 millones, actualmente ese rubro sobrepasa los 5.000 millones de dólares. Este patrón de dependencia es bastante paradójico pues nuestra deuda se invierte en obras de infraestructura que son construidas por el mismo capital chino y que sirven directamente a sectores donde ellos van a invertir. Por si fuera poco, Ecuador debe pagar con petróleo esta deuda, condicionando qué se debe producir, en qué cantidad y con qué intensidad. La mega minería es otro de los sectores donde el capital imperialista busca festinarse los recursos naturales, los principales cinco proyectos pertenecen a compañías chinas y canadienses, a las cuales se les hizo un marco jurídico (Ley Minera) a su medida y cuentan con ex empleados suyos (Federico Auquilla ex gerente de IMC, actual viceministro de minas) en puestos claves. Los monopolios estadounidenses y europeos continúan sirviéndose del carácter agro-exportador del país, y a la vez de un mercado propicio para la exportación de sus mercancías. El cambio de matriz productiva tan sólo es un slogan que esconde la necesidad de generar una infraestructura básica para la inversión del capital imperialista.
El imperialismo provoca un desarrollo desigual y combinado [5] en su estructura general. Mientras algunas potencias capitalistas despliegan su campo industrial (especialmente industria pesada es decir producción de medios de producción: máquinas) técnico y tecnológico y rigen el desarrollo de la economía profundizando una división intensiva del trabajo; otros países se hallan subordinados a sus requerimientos siendo arrastrados a una lógica capitalista pero profundamente preñada por la dependencia, lo que hace que desarrollen un capitalismo tardío, subordinado a tales requerimientos.
Como manifestaría Mariátegui: “Enfocada sobre el plano de la historia mundial, la independencia sudamericana se presenta decidida por las necesidades del desarrollo de la civilización occidental o, mejor dicho, capitalista”. [6]
Las potencias imperialistas necesitan gestar ciertos elementos básicos para seguir ampliando la acumulación de capital, por lo tanto hacen “evolucionar” ciertas formas esclavistas y feudales de producción a relaciones semifeudales, precapitalistas y capitalistas; generan condiciones básicas para poder “invertir” en estos países: infraestructura básica (vialidad, oleoductos, hidroeléctricas), profesionales con conocimiento técnico, particular y limitado para que trabajen en sus corporaciones; y un segmento de la población con cierto poder adquisitivo para que puedan comprar sus productos. Es decir desarrollan el capitalismo en sus semicolonias hasta un límite, el cual les permita seguir dominándolas, extrayendo sus recursos y sirviéndose de estas relaciones para ampliar su poder. El Ecuador no se desarrolla en base al interés de su pueblo, ni siquiera de su burguesía, sino de las potencias extranjeras. Es importante comprender que lo que producimos y compramos está marcado por este factor. Continuamos siendo un proveedor de materias primas donde pasamos del cacao, al banano, al petróleo y actualmente se le apuesta a la minería. Un paraíso para la exportación de capitales y de mercancías provenientes de las metrópolis.
Conformación de la burguesía compradora y burocrática
En el proceso de dominación económica y política que configura el imperialismo en los países atrasados, encuentra un cómplice muy importante, que se encarga de hacer que fluyan estas relaciones y de las cuales se beneficia constantemente. El capitalismo burocrático genera una burguesía entregada en cuerpo y alma al imperialismo, una élite local que funge como intermediaria de sus operaciones.
La burguesía europea se fue gestando en el sistema feudal a través de un proceso de acumulación originaria basada en: las ganancias que obtenía por sus actividades comerciales, la expropiación violenta de la tierra a los campesinos, y el desangre de las colonias. Esta clase fue acumulando capital y se hizo del poder para acabar con las relaciones feudales que constituían una traba para su desarrollo. Realizó revoluciones burguesas que le permitieron desplazar del poder político a la nobleza y a los terratenientes, configurando un Estado acorde a sus intereses. Este poder representó la palanca necesaria para un desarrollo más veloz de las fuerzas productivas tomando como base la producción, el desarrollo industrial. Utilizaron además el Estado para instaurar medidas que permitan fortalecer sus países y convertirlos en potencias. Estos países donde se da la revolución burguesa generan una burguesía nacional, independiente, que vela por sus propios intereses.
En cambio en los países dominados se desarrolla una burguesía con diferentes características, fruto del capitalismo tardío en el que nace. Las élites locales no cuentan con una base de acumulación originaria de capital, ni tampoco crecen tomando la producción, el desarrollo industrial, como su elemento constitutivo más importante. Son más bien una suerte de burguesía intermediaria, transaccionista, que se encarga de servir de enlace entre el imperialismo y el mercado de los países dominados, tiene el centro de su avance en el acaparamiento de la tierra, la agro-exportación, y la importación de bienes. Los terratenientes ecuatorianos fueron mutando y convirtiéndose en burgueses agrarios, especialmente en la costa, mientras en la sierra esta evolución aconteció más lentamente. Es decir no son liquidados los terratenientes sino que estos evolucionan al amparo del imperialismo. Una burguesía intermediaria que exportaba productos primarios y servía de canal para la introducción de los productos de los grandes monopolios extranjeros. El desarrollo de la banca privada ayudó a la consolidación de estos grupos.
Los grandes consorcios como el del Banco del Pichincha, Grupo Proinco, Consorcio Nobis, Corporación La Favorita, Banco de Guayaquil, Grupo Eljuri, Exportadora Noboa, Grupo Isaías, Dassum, El Rosado y Pronaca, son los principales monopolios del país y su actividad se centra en la agro-exportación, importación de productos y comercialización, industria de alimentos, aseguradoras, banca, ensambladoras de autos, centros comerciales e industria del entretenimiento. No tiene su centro en actividades industriales, puede desarrollar algunos elementos de industria ligera pero absolutamente nada en cuanto a la industria pesada.
Pero además el capitalismo burocrático genera una burguesía burocrática que utiliza el Estado como palanca de ascenso económico, es la que se sirve de los contratos, negociados y la posición privilegiada que le da éste, para acumular capital y acrecentar sus ganancias. El control del Estado, mediante la dirección del gobierno, hace que estos grupos se consoliden y puedan fortalecerse dentro de la clase burguesa como una fracción más. El gobierno de Correa es una clara representación de ello, las familias y los altos funcionarios, además de los aportantes a la campaña, extraen sus jugosas ganancias del reparto de la torta estatal.
Es importante remarcar que la burguesía no es una clase homogénea sino que dentro de ella existen diferentes capas o fracciones con intereses particulares, lo que les puede hacer entrar en pugnas momentáneas en cuanto a la administración del Estado, leyes, políticas económicas, manejo de varios ámbitos de la superestructura, etc. Estas pugnas son desacuerdos momentáneos ya que coinciden en los ejes esenciales en cuanto a la economía y política. Un ejemplo de esto puede ser las pugnas que se dieron entre varios sectores de la burguesía compradora (Consorcio del Pichincha, Grupo Isaías) con el gobierno actual en torno a la ley de comunicación, donde los primeros querían mantener el monopolio de los medios masivos en manos privadas, y la burguesía burocrática representada por el gobierno pretendía hacerse fuerte con el control de algunos canales, radios y medios impresos.
También se habla mucho del carácter nacional de la burguesía ecuatoriana, ello caducó en el momento en que el Imperialismo se consolidó a nivel mundial. Así estas burguesías perdieron cualquier papel progresista y revolucionario, convirtiéndose en un apéndice de la burguesía de las potencias industrializadas.
Un país pequeño burgués
El capitalismo burocrático se configura en países donde la industria no se halla lo suficientemente desarrollada, lo que genera un importante porcentaje de mediana y pequeña producción y comercio. La pequeña propiedad resulta un fenómeno pasajero entre el feudalismo y el sistema capitalista, está destinada a desaparecer, pues el proceso de concentración es cada vez mayor y a la vez el capitalismo necesita proletarizar a los pequeños campesinos y artesanos para explotar su mano de obra, es la condición de obrero libre de la que habla Marx: libre en dos sentidos, de vender su fuerza de trabajo a quien lo desee, y libre por estar desprovisto de medios de producción. En Europa, Estados Unidos y otros países donde se desarrolla este capitalismo avanzado, las formas de pequeña propiedad, producción y comercio fueron desapareciendo, hasta convertirse en un factor aislado. A su vez en los países oprimidos por el imperialismo ello no se efectuó de tal manera, sino que las formas de pequeña producción y comercio continuaron siendo un aspecto fundamental de su economía.
La fórmula fundamental del proceso de producción capitalista es D-M-D´. Lo que significa que la producción capitalista implica poseer dinero, invertirlo en la producción comprando materias primas, instrumentos de trabajo, y mano de obra, para realizar mercancías y venderlas en el mercado para obtener más dinero del invertido inicialmente, ese dinero extra sale del trabajo no remunerado al obrero, que es la plusvalía. Es decir es un proceso de producción basado en obtener ganancia.
En nuestros países se recrean de manera importante formas de economía mercantil simple, que es una modalidad previa de producción de mercancías, donde el móvil no es la ganancia sino cubrir las necesidades de los productores directos. Su fórmula es M-D-M, que significa producir mercancías, cambiarlas por dinero (es decir venderlas) y posteriormente con ello comprar otras mercancías para satisfacer las necesidades básicas de esos productores. Básicamente una economía de autosubsistencia.
En países como el Ecuador, los rasgos de la economía mercantil simple son abundantes, los encontramos en los artesanos, pequeños campesinos, pequeños productores, y pequeños comerciantes, en los cuales su actividad está ligada no a la ganancia en base a la extracción de plusvalía (o la realización de ésta) sino a canjear su producción por otros elementos necesarios para seguir reproduciendo su existencia.
Los datos sobre pequeña producción son bastante claros para que comprendamos que éste no es un rasgo aislado de nuestra economía. Las empresas pequeñas en el Ecuador (de una a nueve personas ocupadas) reúnen el 95,4% de establecimientos económicos y registran el 44% de trabajadores a escala nacional. La mayoría de la población en edad de trabajar está enrolada en este tipo de actividades. En las ciudades predominan los pequeños negocios que son aprovechados por el imperialismo y la gran burguesía para comerciar sus productos sin necesidad de generar vínculos laborales. En el campo el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. La pequeña burguesía se encuentra en quiebra permanente. Las empresas pequeñas son las que menos ventas totales reportan a escala nacional, ya que generan apenas el 16,4% de las ventas totales realizadas en el país, mientras que las grandes empresas facturan el 44,1%.
Un precario desarrollo de la industria ligera y la inexistencia de industria pesada
Mientras los países imperialistas cuentan con un gran desarrollo de las fuerzas productivas. En nuestros países ello no ha podido efectuarse, fruto de la dependencia a la que estamos sometidos. Las potencias desarrollan la industria ligera pero especialmente la industria pesada. El factor dominante en este ámbito le corresponde a la industria pesada puesto que implica la producción de medios de producción, es decir las máquinas necesarias para la producción de artículos derivados de la industria ligera, y sin los cuáles ésta no podría existir. El control sobre los procesos productivos a nivel mundial y la acentuada división internacional del trabajo obedecen entre sus causas a esta monopolización de la producción de medios de producción, que implica la monopolización también de la ciencia, la técnica y la tecnología.
Si en el Ecuador se quiere producir un ítem cualquiera, se requieren máquinas, y éstas no se producen en el país sino que hay que importarlas. En los países donde se desenvuelve el capitalismo burocrático no existe industria pesada, y la industria ligera no está lo suficientemente desarrollada. En nuestro país tenemos una producción industrial concentrada básicamente en la industria textil, de alimentos, ensamblaje de automotores, etc.
El empleo manufacturero representa el 11% del empleo a nivel nacional. Por otro lado, la actividad de explotación petrolera, dentro del sector minas y canteras, genera apenas el 0.5% del empleo nacional. El empleo está concentrado en sectores manufactureros de baja tecnología, y su composición casi no ha variado desde el año 2000 (72%). En el Ecuador, el 13.3% de las empresas industriales corresponden al sector de la gran industria. El sector de la mediana empresa industrial representa el 19.9% del total de empresas del País. El mayor número de industrias se concentra en las pequeñas (43.2%) y micro industria (23.6%). Debe anotarse que el gran grado de informalidad puede alterar el resultado
El escaso desarrollo industrial del país también ocasiona altos índices de desempleo y subempleo, que en conjunto llega al 50%. Entendiendo que estas estadísticas incluyen en sus números un desempleo encubierto. El escaso desarrollo productivo hace que el Estado sea uno de los principales empleadores llegando a representar prácticamente el 20% de la Población Económicamente Activa. La mayoría de personas deben buscarse los medios de subsistencia por cuenta propia y sin ninguna garantía laboral.
Los apologistas del capitalismo sustentan que países como la India, Brasil o México han desarrollado su industria, puesto que la producción fabril ha crecido exponencialmente. El asunto es comprender a quién corresponden esas empresas, quiénes son sus dueños, que generalmente bajo la figura de exportación de capitales, son las mismas potencias imperialistas. No se ha desarrollado la “industria nacional”, sino que las mega-corporaciones las han instalado en esos países para obtener mayores ganancias gracias al bajo costo de la tierra, la débil legislación laboral, y el bajo costo de la mano de obra.
El problema agrario: la persistencia de la semi-feudalidad en el campo
“Los partidos burgueses y reaccionarios se asombran extraordinariamente de que, de pronto, los socialistas [comunistas] pongan ahora y en todas partes a la orden del día el problema campesino. En realidad, debieran asombrarse de que esto no se haya hecho ya desde hace mucho tiempo. Desde Irlanda hasta Sicilia, desde Andalucía hasta Rusia y Bulgaria, el campesino es un factor esencialísimo de la población, de la producción y de poder político.” Marx carta a Engels.
El problema agrario manifiesta una resolución distinta en los países donde se consolidó el capitalismo, y los países donde se desarrolla este capitalismo tardío al que denominamos burocrático. En el primer caso tenemos los países donde la revolución burguesa se consolidó en el lapso que va desde el siglo XVII hasta las primeras décadas del siglo XX. Se realizó de diversas formas:
- Revolución que termina con un pacto entre burguesía y terratenientes (Inglaterra en 1669, pero al mando de la burguesía);
- Revolución burguesa que elimina la nobleza (Francia a partir de su revolución de 1789);
- Resto de países de Europa occidental que siguieron el ejemplo francés: Suiza, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Austria, Dinamarca;
- “Vía norteamericana” de transición al capitalismo por parte de antiguas colonias de poblamiento: EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda;
- “Vía prusiana” de transición al capitalismo: Alemania, Italia, Japón.
En estos países se llevó a cabo la resolución del problema agrario desde el capitalismo, es decir se liquidaron las relaciones feudales a través del reparto de la tierra a los campesinos, o su expropiación violenta refrendada por el Estado para que la burguesía emergente se provea de las mejores tierras. El problema de la tierra es un asunto democrático en la transición del feudalismo al capitalismo, pues los campesinos clamaban por abolir las relaciones serviles a las que estaban sometidos y clamaban por tierra, ello fue aprovechado por la burguesía para atraerse al campesinado en su lucha contra los terratenientes, alianza que fue clave para la obtención del poder político. El proceso de reparto de la tierra dirigido por la burguesía y bajo las leyes de la producción y la competencia lleva a la prevalecencia de los más fuertes, concentrando así la tierra la burguesía e imponiendo formas de explotación capitalista donde los campesinos son convertidos en obreros asalariados.
Según esta división que realiza Víctor Martin[7] , algunos países de Europa no cumplieron cabalmente con esta revolución agraria, como por ejemplo Grecia, Portugal y España, donde en algunas regiones de estos países subsiste la semi-feudalidad.
En la URSS, China y algunos países del Este de Europa se resolvió el problema campesino, no sólo se repartió la tierra (reforma democrático-burguesa), sino que se dieron procesos cooperativistas y colectivistas que liberaron a los campesinos de las formas milenarias de opresión terrateniente y burguesa. Lamentablemente con los procesos contrarrevolucionarios ejercidos en esos países, a partir de la restauración del capitalismo se dio una involución que permitió la reconcentración de la tierra y retroceder en la resolución del problema agrario.
Existe otro grupo de países donde la semi-feudalidad subsiste y es un rasgo fundamental de las relaciones de producción en el campo. Tenemos básicamente tres grupos:
- El primero son países donde se mantiene la semi-feudalidad, y las reformas agrarias impulsadas desde el Estado no han resuelto tal problema (Ecuador, India, Perú, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Egipto, Irán, Irak, Siria, Cuba, Vietnam, Nicaragua).
- El segundo, son países como Taiwan y Corea del Sur donde se dieron reformas agrarias fruto de la derrota de Japón en la II Guerra Mundial.
- Y el tercer caso, países semicoloniales en los que no se han dado procesos de reforma agraria, pero donde está comenzando a tomar importancia la cuestión de la tierra: países semicoloniales menos agrarios (Argentina, Uruguay, Tailandia, Malasia, Turquía) , y países semicoloniales agrarios muy atrasados (Burkina Faso, Costa de Marfil), América Central y Caribe (Haití, República Dominicana, Belice).
Estas relaciones se mantienen en la actualidad. Mariátegui abordaría esta problemática históricamente, confiriendo su base a la forma cómo fuimos colonizados, lo que repercutió en mantener hasta la actualidad subsistente el problema agrario. Sentaba una diferenciación entre América del Sur y América del Norte, en el primer caso argumentaba que la “América española fue conquistada bajo los efectos y métodos de un espíritu y una economía que declinaban ya”[8] .
Que fuimos conquistados por una pandilla burocrática-militar-clerical que saqueó nuestros recursos minerales, exterminó la fuerza laboral basándose en relaciones de producción esclavistas y feudales, y no explotó la riqueza agrícola. Mientras en el segundo caso argumenta que los Estados Unidos fueron colonizados de otra forma, por una potencia en ascenso como Inglaterra, con pioneers (colonos) que ocuparon la tierra para hacerla producir e incorporar a la fuerza laboral a esa actividad.
La semifeudalidad es una de las características claves para entender cómo se desarrolla el capitalismo burocrático en los países atrasados. “La semifeudalidad significa que el campesino sigue atado a la tierra por múltiples procedimientos extraeconómicos, para que el gran propietario no tenga problemas en cuanto a la disposición absoluta de mano de obra abundante, superexplotada y a bajo coste”. [9]
Las formas básicas en las que se recrea la semifeudalidad en el campo son las siguientes:
- A nivel de relaciones de producción se pueden dar dos formas: mediante la aparcería o el peonaje. En la aparcería se da a través de la renta de la tierra al campesino, donde entrega una parte de su cosecha a la hacienda y generalmente no trabaja sólo él sino su familia también. En cuanto al peonaje se dan dos formas, los peones acasillados y los temporales. En el primer caso el campesino vive y trabaja en la hacienda a cambio de una parcela, alimentos y un salario, es una prestación personal que se compensa con dinero, tierra y productos. En el segundo caso, el campesino no es un trabajador libre sino que está atado a la tierra a través del endeudamiento, es decir trabajan temporalmente en temporadas de producción y cosecha, a veces se les paga con un pedazo de tierra, dinero, o en especie. Las formas más utilizadas de coacción extraeconómica son: los sistemas de enganche, el trabajo gratuito a destajo, el salario en especie, el trabajo temporal, y el patronazgo o cacicazgo.
- En cuanto al desarrollo de las fuerzas productivas en países donde subsiste la semifeudalidad este es escaso, especialmente para los pequeños y medianos propietarios, quienes no cuentan con el abastecimiento y acceso a materias primas e instrumentos de trabajo (tractores, fertilizantes, herramientas de trabajo). En las grandes propiedades las primeras formas de explotación de la tierra se basaron en el cultivo intensivo, es decir ampliar el territorio sin innovar la técnica. Con la articulación cada vez más intensa de nuestros países al mercado mundial como proveedores de alimentos (carácter agro-exportador) la burguesía agro-exportadora tecnificó algunos sectores, para una producción más veloz y que le permita tener mayores ventajas competitivas; los campesinos que trabajan en estos espacios son ahora obreros agrícolas, aunque dentro de estas haciendas capitalistas se den varias formas de coacción extra-económica como el endeudamiento, y que su vida transcurra dentro de las haciendas como en las bananeras del Grupo Noboa, donde hay escuela, tienda de víveres, venta de licor y demás, y donde no sólo es explotado el productor directo sino su familia también.
- La semifeudalidad subsiste en la dicotomía minifundio/latifundio sobre la propiedad de la tierra. Es decir co-existen la pequeña y mediana propiedad con la gran propiedad. Las mejores tierras siguen en manos de los terratenientes, y las perores, las más marginales, y las que están ligadas generalmente al consumo interno son para los campesinos.
A continuación exponemos algunos datos que nos hablan de este factor en el campo ecuatoriano, basado en los datos oficiales del Censo realizado por el gobierno actual en el año 2011:
• El minifundio es una de las formas de propiedad principales en el país. Las propiedades que poseen menos de una hectárea representan el 29,5% del total de unidades productivas (UPAs), sumando 95 834 hectáreas, y sólo poseen el 0,77% del total de tierra del país.
• Las propiedades que poseen de una a cinco hectáreas llegan a representar el 43% del total de UPAs, totalizando el 2,77% del total de la tierra. Es decir el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. Los propietarios que poseen de 5 a 10 hectáreas representan el 12% de UPAs, contando con el 5,5% de la tierra.
• El 18% de la UPAs son aquellas que van de 10 a 50 hectáreas entre las que se podrían ubicar los campesinos medios, los cuales poseen el 27% de las tierras. Las propiedades que tienen entre 50 a 100 hectáreas representan el 4% del total de UPAs, y poseen el 18% de la tierra. De 100 a 200 hectáreas son el 1,53% de UPAs, y controlan el 13,5% de la tierra. Las UPAs que poseen de 100 a 200 hectáreas concentran el 29% de la tierra y sólo comprenden el 0,78% de propietarios. Es decir, los propietarios que tienen entre 50 y 200, concentran el 60% de la tierra. Estos son datos que revelan el alto grado de concentración, el cual no va a ser superado por el gobierno actual dada su ligazón con los terratenientes y agro-industriales.
• El 7% de los propietarios controla el 60% de las tierras cultivables y se mantiene la alta concentración del agua de riego en manos privadas: el 86% de las unidades de producción agrícola (UPA) con sistemas comunitarios tienen el 22% de área regada y sólo el 13% del caudal, mientras que el 1% de UPAs de propiedad privada tienen el 63% de área regada y un caudal del 64%.
La concentración de la tierra y el agua busca ser posicionado como un problema que lo puede resolver el mismo Estado
Dos vías han primado en la evolución del problema agrario. Por un lado tenemos a lo que Lenin denominaría Vía Junker, es decir la lenta transformación de los terratenientes en burgueses agrarios. A diferencia de Europa donde se liquidó la feudalidad con el triunfo de la burguesía, en los países dominados los primeros burgueses son precisamente los terratenientes o su descendencia. Este camino mantiene la semifeudalidad aunque anclándola con formas más capitalistas. La segunda vía consiste en la confiscación de la tierra del terrateniente, sin pago ni indemnización. Este camino significa en el plano político la organización del campesinado y su lucha directa por la conquista de la tierra. Las reformas agrarias dirigidas por el Estado han pretendido sofocar mediante legalidad este aspecto, entregando pequeños retazos de las peores tierras a los campesinos pobres o sin tierra, y manteniendo la gran propiedad y las relaciones que se levantan sobre ella. La obtención de la tierra sin lucha, infunde en el campesinado un pensamiento burocrático, encasillándole en trámites administrativos que no van a resolver el problema de raíz. Actualmente el campesinado ecuatoriano, aparte de las formas de explotación descritas anteriormente, enfrenta otras como el grave problema de acaparación del agua por parte de agro-industriales y terratenientes y la industria extractiva especialmente la mega-minería.
La importancia de las clases sociales
El marxismo señala claramente que el proletariado es la clase más revolucionaria de la historia porque lucha contra la raíz de toda explotación: la propiedad privada de los medios de producción. En países como el nuestro esto se mantiene, pues si bien no constituye la clase mayoritaria (es menor al 15% de la población económicamente activa), bajo su programa es como pueden liberarse consecuentemente las otras clases o grupos sociales.
Muchos intentos han existido desde la intelectualidad reaccionaria y el reformismo de opacar o reducir el papel de vanguardia del proletariado y conferirle éste a la burguesía, a las masas indígenas, a los “movimientos sociales”, o a la “sociedad civil”. En la cademia son usuales las demagógicas declaraciones de posmodernos disfrazados de marxistas que dicen que hay que buscar “el sujeto revolucionario”, negándole este papel al proletariado. El asunto es que ha excepción del proletariado ninguna otra clase nos puede ofrecer un tipo de sociedad sin explotación. La burguesía perdió todo carácter progresista y revolucionario hace mucho tiempo, más aún en la época actual donde es un simple apéndice del imperialismo.
Al ser el proletariado una clase minoritaria, debe atraerse en su lucha contra el capitalismo a otras clases y grupos sociales oprimidos por éste. Incorporar a los campesinos pobres, sin tierra, a los semi-proletarios, a las masas de pequeños propietarios y pequeños comerciantes, a las mujeres, a los estudiantes, y luchar contra quienes retrasan el desarrollo social: imperialismo, burguesía burocrática y compradora y terratenientes. Este es un punto estratégico al que nos referiremos con mayor profundidad en otro número.
¿Por qué es el capitalismo burocrático un concepto clave para comprender científicamente la realidad ecuatoriana?
Porque el capitalismo burocrático es la categoría más precisa para comprender la formación social ecuatoriana. Tomar esta concepción significa cuestionar las visiones que han predominado en la izquierda ecuatoriana, y que he llevado a que ésta caiga en errados análisis y prácticas reformistas que han ahogado la lucha revolucionaria en el fango electoral. Es luchar contra las visiones desarrollistas que manifiestan de manera demagógica que la transformación de nuestro país depende de adoptar las pautas y comportamientos de los países industrializados, en copiar modelos económicos, o recrear recetarios, desconociendo el papel de nuestro país en la división internacional del trabajo, el carácter servil y obediente de la burguesía, y el dominio imperialista. Es bregar contra las concepciones de que existe una burguesía nacional que puede cumplir las tareas democráticas que no han podido ser resueltas históricamente (problema agrario, industrialización y el proceso de dominación). Además es un desafío ante enunciados como los que sostienen los teóricos de la dependencia.
Sobre la burguesía y la caducidad de su papel progresista, y cómo las tareas democráticas recaen en el proletariado, José Carlos Mariátegui manifestaba en el Programa del Partido Socialista Peruano:
“La economía pre-capitalista del Perú republicano que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa y por las condiciones nacionales e internacionales que han determinado el lento avance del país por la vía capitalista, no puede liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado a los intereses capitalistas, coludido con la feudalidad gamonalista y clerical, de las taras y rezagos de la feudalidad colonial. El destino colonial del país reanuda su proceso. La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias, solidarias con la lucha antiimperialista mundial. Sólo la acción proletaria puede estimular primero y realizar después las tareas de la revolución democráticoburguesa que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir” [10]
Asumir que el Ecuador es un país donde se desenvuelve el Capitalismo Burocrático significa aceptar su carácter semicolonial, semifeudal y precapitalista, no como elementos aislados, sino como condiciones constitutivas y sustanciales, que coexisten junto a relaciones de producción y formas de dominación capitalista.
Adoptar el capitalismo burocrático es desprenderse de posiciones idealistas, es aterrizar el comunismo. Es darle salida a cómo construir una economía y una política diferentes. A los comunistas se nos cuestiona que cuál es nuestro método. La teoría del capitalismo burocrático reconoce que una economía como la nuestra, en sus principales sectores económicos, no podrá ser colectivizada de la noche a la mañana, sino que para lograrlo habrá que cumplir varias tareas democráticas bajo la dirección del proletariado en alianza con otras clases explotadas.
Comprender la teoría del capitalismo burocrático implica trazar una correcta línea estratégica de construcción en un país como el nuestro. Nos planteamos este análisis no simplemente con un afán teórico, sino especialmente práctico, que éste contribuya a un proceso de emancipación concreto tomando como base las características y condiciones históricas, económicas, sociales, políticas y culturales de nuestro país.
En posteriores números iremos profundizando sobre cada uno de estos aspectos, relacionándolos de manera directa con la economía, política y cultura ecuatoriana.
[1] Se entiende por formación social el desarrollo concreto de un modo de producción en un país determinado.
[2]Mao TseTsung. Revolución China y el Partido Comunista de China
[3]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
[4]Imperialismo: fase superior del capitalismo, paso del capitalismo de libre competencia a capitalismo monopolista que guarda cinco características fundamentales: monopolismo, exportación de capitales, predominio del capital financiero, reparto del mundo por parte de los monopolios y finalización de este reparto.
[5]Teoría desarrollada por Lenin que explica cómo el imperialismo gesta condiciones básicas para explotar a las colonias y semicolonias
[6]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.
[7]Martin Victor. Actualidad de la cuestión agraria en el mundo, viejo problema, nuevos enfoques.
[8]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana
[9]Serrano, Isidro. La semifeudalidad en México.
[10]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
Lamentablemente en el Ecuador no contamos con análisis de este tipo, adolecemos de una experiencia teórica seria que nos permita tener claridad sobre el tipo de capitalismo que se desarrolla y las clases sociales que existen en nuestro país, obedeciendo esto a causas como: la falta de intelectuales proletarios con una definida posición de clase; la influencia de corrientes burguesas y postmodernas en la academia; el predominio de una izquierda del capital, reformista y oportunista, que ha vivido en los vaivenes de la coyuntura sin haber realizado un trabajo teórico profundo; y análisis que parten de corrientes idealistas y metafísicas realizando estudios excesivamente particulares, que no permiten, ni comprender la totalidad de los fenómenos que analizan, ni la relación de estos con otros procesos. Esto se deriva especialmente de la concepción de la que parten para sus “teorizaciones”, y de la posición de clase que asumen. Por un lado toman como base formulaciones abstractas que pretenden hacerlas pasar como teorías; y por otro resulta evidente su interés de no criticar la médula del sistema, cobijándose en el ataque a elementos que son moldeables por el mismo capitalismo: crítica a formas de gobierno o políticas económicas. Es el marxismo el que a través de su método, el materialismo dialéctico e histórico, permite realizar un análisis científico de la sociedad, partiendo de la comprensión de ésta para su posterior transformación.
En este número esbozaremos de manera general algunas de las bases conceptuales del capitalismo burocrático, combinándolo con una serie de ejemplificaciones que se afirmen en el análisis concreto de la realidad concreta. Este es simplemente un esbozo, un primer acercamiento, que pretendemos presentarlo de la forma más didáctica posible. En posteriores publicaciones abordaremos cada uno de los ejes del capitalismo burocrático y cómo éstos se afirman en el país, permitiéndonos profundizar específicamente cada uno de ellos.
El capitalismo burocrático: un concepto preciso para comprender nuestra realidad
La teoría del capitalismo burocrático no ha sido lo suficientemente discutida en el ámbito popular y académico. Esta teoría fue desarrollada por Mao TseTsung para referirse al tipo de capitalismo que se desarrollaba en un país atrasado y semicolonial como China, de la cual exponía:
“de la clase terrateniente feudal de China, al igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en China, el imperialismo, se alía en primer término con las capas dominantes del régimen social precedente –los señores feudales y la burguesía comercial-usurera-, contra la mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalista (particularmente en el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reaccionarios (...) el imperialismo, con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales, con toda su superestructura burocrático-militarista” [2]
Mao manifestaba que China era una semi-colonia dominada por el imperialismo, donde éste tenía como aliados fundamentales a la burguesía compradora y los terratenientes, los cuales se servían de las relaciones precapitalistas para obtener mayores beneficios. La teoría desarrollada por Mao no constituía simplemente un análisis particular de la sociedad china, sino que desarrollaba las leyes generales para comprender cuál es la forma de capitalismo que se reproduce en un país dominado.
En la misma época, en el Perú, José Carlos Mariátegui basado en la teoría del imperialismo de Lenin y en el estudio concreto de América y del Perú en especial, expondría también en varios de sus textos argumentaciones tendientes a demostrar el tipo de capitalismo que se genera en un país atrasado, el papel reaccionario de la burguesía y la importancia de la alianza obrero-campesina como base para la revolución. Mariátegui estudiaría extensamente las características de su país y como éste fue condicionado por la dominación desde antes de estructurarse como Estado. En los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, concretamente en los dos primeros capítulos donde nos habla de la economía peruana y el problema de la tierra, argumenta sobre la existencia de relaciones precapitalistas de las que se sirven tanto el imperialismo como la burguesía monopólica. Y en el Programa del Partido Socialista Peruano nos demuestra que:
“El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semi-coloniales, que explota como mercados de su capital y sus mercancías y como depósitos de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo; los obliga a la especialización, a la monocultura (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú), sufriendo una permanente crisis de artículos manufacturados, crisis que se deriva de esta rígida determinación de la producción nacional, por factores del mercado mundial capitalista” [3]
Los comunistas peruanos en los años setenta profundizan la teoría del capitalismo burocrático con los aporte de Mao y Mariátegui y dan una definición más precisa sobre éste:
“Sobre una base semifeudal y bajo un dominio imperialista, se desarrolla un capitalismo, un capitalismo tardío, un capitalismo que nace atado a la semifeudalidad y sometido al dominio imperialista... El capitalismo burocrático se desenvuelve ligado a los grandes capitales monopolistas que controlan la economía del país, capitales formados por los grandes capitales de los grandes terratenientes, de los burgueses compradores y de los grandes banqueros; así se va generando el capitalismo burocrático atado a la feudalidad, sometido al imperialismo y monopolista. Este capitalismo, llegado a cierto momento de evolución se combina con el poder del Estado y usa los medios económicos del Estado, lo utiliza como palanca económica y este proceso genera otra facción de la gran burguesía, la burguesía burocrática; de esta manera se va a dar un desenvolvimiento del capitalismo burocrático que ya era monopolista y deviene a su vez en estatal.”
El capitalismo burocrático es “el capitalismo que impulsa el imperialismo en un país atrasado; el tipo de capitalismo, la forma especial de capitalismo, que impone un país imperialista en un país atrasado, semifeudal, y semicolonial”
Cabe recalcar como antecedentes a la formulación de esta teoría los aportes de Marx en cuanto a la concentración y centralización de capital como antesala al monopolismo, el problema agrario y la inclusiòn del campesinado en el programa proletario, y la forma cómo las metrópolis capitalistas dominaban sus colonias. También las formulaciones hechas por Lenin, especialmente la teoría del imperialismo, del desarrollo desigual y combinado, de las características concretas de Rusia al definirlo como un país pequeño burgués, y la caducidad del papel democrático de la burguesía que no podía completar las tareas democrático burguesas y que ello recaía en la alianza obrero-campesina bajo dirección revolucionaria del proletariado.
Los ejes fundamentales para sustentar que en un país se desarrolla el capitalismo burocrático son:
- La dominación imperialista y la formación de un país anclado a la semi-colonialidad.
- Una economía con fuertes rasgos precapitalistas: un amplio mar de pequeña producción y comercio tanto en el campo como en la ciudad, donde se dan formas de economía mercantil simple.
- Un país sin base industrial propia, especialmente en lo que tiene que ver con la industria pesada.
- Una economía basada más en el comercio que en la producción.
- Configuración de una burguesía compradora y burocrática que existe como apéndice y socia de menor rango del imperialismo.
- El proletariado no es la clase numéricamente más importante del país, aunque ello no le despoje de su papel de vanguardia. Otras clases tiene una gran importancia en la economía del país como el campesinado y el semi-proletariado.
- Una súper-estructura (Estado, variantes ideológicas y formas de conciencia social) profundamente influenciadas por el imperialismo, donde sobreviven fenómenos como la superstición, el arribismo pequeño burgués, una educación limitada, la folclorización de la cultura, formas de pensar occidentalizadas, etc.
El materialismo histórico: método científico para comprender la realidad social
El marxismo manifiesta que para comprender una sociedad históricamente determinada debemos indagar en cómo ésta organiza la producción de los bienes materiales necesarios para su subsistencia, las relaciones sociales en las que se desenvuelve esta producción y el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, sobre las cuales se levantará el poder político y los aparatos ideológicos que permitirán la reproducción de dicho orden social. Todo esto forma parte de la categoría denominada modo de producción. Los modos de producción de los que habla Marx básicamente son: comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo-comunismo. Este análisis nos permite entender las particularidades de cada sistema social y nos abre paso a un criterio científico para abordar la historia, de la cual su motor es la lucha de clases.
Desarrollo clásico del capitalismo y desarrollo del capitalismo burocrático: el problema del imperialismo
La categorización de modo de producción capitalista tiene por objetivo sentar las características y leyes generales que rigen a dicho sistema basado en el trabajo socializado, la propiedad privada, la extracción de plusvalía y la reproducción de capital. Este modo de producción se materializa de manera concreta en diferentes formaciones sociales, es decir el capitalismo se desarrolla de diferente manera en Inglaterra, Francia, Japón, Alemania, Estados Unidos, China, etc. El capitalismo no es un sistema inmóvil, sino que sufre variaciones, la fundamental históricamente es su paso del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopolista, a lo que Lenin denomina como Imperialismo[4] . Esta fase superior es importante comprenderla en su magnitud, pues si bien el capitalismo conserva sus características básicas y su contradicción fundamental (capital-trabajo) se dan una serie de nuevas contradicciones en esta etapa como son las que existen entre los propios países imperialistas y entre éstos y sus colonias o semi-colonias.
Es importante comprender al sistema capitalista-imperialista como algo global que se ejerce en todo el mundo. Esto nos permite replantear la categoría modo de producción capitalista y hablar en la actualidad de capitalismo imperialista, donde se desenvuelven especialmente dos tipos de países, unos sobre los que se recrean formaciones sociales industriales, avanzadas y dominantes, y otros donde se desarrolla un capitalismo dominado, atrasado, tardío, con amplias relaciones sociales y formas de propiedad precapitalista. Es decir en los países avanzados o las potencias capitalistas se desenvuelve un capitalismo diferente al de los países atrasados, todo mediado por una estructura basada en la dominación.
Es importante entender que el capitalismo no se ha desarrollado de igual forma en las diferentes regiones del mundo. Es decir hubo países que cumplieron el tránsito clásico de un modo de producción a otro. Y una serie de países que no pudieron cumplir cabalmente con ello al hallarse sometidas a los intereses extranjeros.
En el primer caso estos países liquidaron las formas precapitalistas de producción mediante la revolución burguesa (Holanda siglo XVI, Inglaterra en el XVII y Francia en el XVIII) donde fue derrotada la clase terrateniente y emergió la burguesía como nueva clase dominante, lo que permitió el desarrollo de las fuerzas productivas provocando un capitalismo de amplia base industrial, con relaciones de producción básicamente capitalistas, un proceso de concentración intensivo, y la liquidación de las relaciones feudales en el campo. En estos países el proletariado se constituyó en clase mayoritaria y las formas de pequeña producción tendieron a desaparecer.
Cabe recalcar que estos países no estaban oprimidos por ningún otro, lo que les permitió desarrollarse de acuerdo al “interés nacional” de su burguesía, introduciendo medidas económicas como por ejemplo el proteccionismo, que les garantizó el crecimiento de su industria y posteriormente la consolidación de los monopolios.
A su vez hubo otros países, como los de Latinoamérica, que recién comenzaron a estructurar su nacionalidad y a unificar sus Estados cuando los países nombrados anteriormente ya habían concluido esa etapa y se habían convertido en Estados poderosos que marcaban el rumbo de la economía mundial. Desde los primeros años del siglo XIX cuando empiezan los procesos “independentistas” en América Latina, los países europeos habían entrado en un proceso de concentración profunda de la industria, banca y comercio especialmente en el último cuarto del siglo XIX, lo que les permitió ejercer una dominación más sistemática sobre las colonias.
En los países donde se desarrolla un capitalismo atrasado la clase terrateniente no es liquidada sino que evoluciona lentamente hasta ir adoptando formas más o menos capitalistas de producción, sin resolver el problema agrario, sin base industrial propia, con actividades comerciales como eje de la economía, una producción articulada a las necesidades del mercado internacional y una gran cantidad de formas de pequeña producción y comercio. Es decir los países latinoamericanos han estado anclados desde la conformación de los “Estados nacionales” (y aún antes por ejemplo con la conquista española) a la dependencia.
Tomando el caso de nuestro país, la dominación de lo que actualmente es Ecuador empezó con la conquista española. Durante todo ese periodo enormes cantidades de minerales fueron usurpados y miles de indígenas y esclavos negros explotados y asesinados. Después de tres siglos de ser una colonia, y mientras varios países europeos habían desarrollado su economía con un carácter nacional, en Latinoamérica se comenzaron a dar los procesos independentistas.
Estas revueltas emancipadoras no lograron configurar un proyecto nacional, más bien condujeron al tránsito de dominación española a la inglesa, la principal potencia mundial del siglo XIX. Cabe recalcar que este cambio de amo se da por el declive de España y por la consolidación de Inglaterra como principal potencia del mundo. Así pues, Ecuador fue sometido por España e Inglaterra, y más tarde, cuando la fase superior del capitalismo se había alcanzado, ya éramos dominados por Estados Unidos. Este proceso marca el tránsito de nuestro país de una colonia a semi-colonia.
Las formas de dominación de las potencias imperialistas pasan de la política colonial a la semi-colonial. Ello se da en la mayoría de países de Latinoamérica con los procesos independentistas y llega a ser la forma general en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. La semicolonialidad implica una independencia formal, pero no en los hechos, pues si bien estos países eligen sus gobernantes y cuentan con un ejército propio, tales elementos se hallan controlados por el imperialismo y su conexión con la burguesía que administra dichos Estados. Es un control económico más intensivo y solapado, y a la vez más profundo.
A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, Ecuador vivió el proceso de la Revolución Liberal que, según la historiografía, fue una suerte de proyecto que configuró la nacionalidad ecuatoriana, pero que en el fondo fue un plan político conducido por la burguesía agro-exportadora, que, a través del control del Estado, marcó la entrada definitiva de nuestro país en la división internacional del trabajo, en calidad de país sometido por el imperialismo. Es decir producir en base a los requerimientos de estas potencias configurando una lógica primario-exportadora donde la economía depende de un producto “estrella” lo que nos convierte en una economía sumamente frágil a los vaivenes del mercado.
En el periodo de entreguerras, el país vivió una grave crisis económica, que solo se pudo aliviar en los años 40’s, en que los latifundistas de la costa abandonaron la producción de cacao, para dedicarse a la plantación de banano, que duró hasta fines de los años 60’s. En ambos casos, tanto con el cacao como con el banano, nuestra economía y desarrollo nacional estuvo marcado por nuestro papel de país primario-agroexportador. Durante la década de los años 60’s los gobiernos ecuatorianos, con el auspicio de Estado Unidos, llevó a cabo la política de “Industrialización por sustitución de importaciones” ISI. El objetivo de ésta era industrializar algunos sectores de la economía, pero por razones concretas, fracasó. Desde inicios de los 70’s la economía ecuatoriana empezó a girar en torno a la producción petrolera, marcando una continuidad del papel que cumple nuestro país en la división internacional del trabajo.
Los años 80’s y 90’s fueron la “luna de miel” de los gobiernos de turno y el neoliberalismo. En este periodo predominó la privatización de varios sectores de la economía, políticas tendientes a la flexibilización laboral, la implementación de los recetarios del FMI y un enorme endeudamiento público y privado. Se festinaron los recursos naturales y se intensificó la dependencia del país.
En la actualidad vivimos la revolución ciudadana como un proceso configurado para re-oxigenar el Estado burgués, desarrollado por la burguesía burocrática que encarama un nuevo grupo o fracción dentro de la burguesía que utiliza el aparato de Estado como eje de acumulación, que no liquida de ninguna manera las relaciones de dominación, y que más bien las profundiza puesto que en la actualidad no sólo estamos condicionados por Estados Unidos sino también por China.
Son tan sólo frases pomposas del gobierno cuando habla de antiimperialismo, pues en la práctica seguimos siendo un país dominado. El imperialismo controla los sectores estratégicos de la economía, un caso paradójico fue la telefonía celular donde el gobierno renovó el contrato con Porta (en la actualidad Claro) y Movistar durante 15 años más, con ganancias que sobrepasarán fácilmente los 30 mil millones de dólares para ambas transnacionales. En la “revolución ciudadana” el país continúa siendo una economía primario exportadora que depende del petróleo y que busca desarrollar la mega minería acentuando esta lógica. El nivel de endeudamiento ha crecido, si en el 2005 las obligaciones con China llegaban a 9,3 millones, actualmente ese rubro sobrepasa los 5.000 millones de dólares. Este patrón de dependencia es bastante paradójico pues nuestra deuda se invierte en obras de infraestructura que son construidas por el mismo capital chino y que sirven directamente a sectores donde ellos van a invertir. Por si fuera poco, Ecuador debe pagar con petróleo esta deuda, condicionando qué se debe producir, en qué cantidad y con qué intensidad. La mega minería es otro de los sectores donde el capital imperialista busca festinarse los recursos naturales, los principales cinco proyectos pertenecen a compañías chinas y canadienses, a las cuales se les hizo un marco jurídico (Ley Minera) a su medida y cuentan con ex empleados suyos (Federico Auquilla ex gerente de IMC, actual viceministro de minas) en puestos claves. Los monopolios estadounidenses y europeos continúan sirviéndose del carácter agro-exportador del país, y a la vez de un mercado propicio para la exportación de sus mercancías. El cambio de matriz productiva tan sólo es un slogan que esconde la necesidad de generar una infraestructura básica para la inversión del capital imperialista.
El imperialismo provoca un desarrollo desigual y combinado [5] en su estructura general. Mientras algunas potencias capitalistas despliegan su campo industrial (especialmente industria pesada es decir producción de medios de producción: máquinas) técnico y tecnológico y rigen el desarrollo de la economía profundizando una división intensiva del trabajo; otros países se hallan subordinados a sus requerimientos siendo arrastrados a una lógica capitalista pero profundamente preñada por la dependencia, lo que hace que desarrollen un capitalismo tardío, subordinado a tales requerimientos.
Como manifestaría Mariátegui: “Enfocada sobre el plano de la historia mundial, la independencia sudamericana se presenta decidida por las necesidades del desarrollo de la civilización occidental o, mejor dicho, capitalista”. [6]
Las potencias imperialistas necesitan gestar ciertos elementos básicos para seguir ampliando la acumulación de capital, por lo tanto hacen “evolucionar” ciertas formas esclavistas y feudales de producción a relaciones semifeudales, precapitalistas y capitalistas; generan condiciones básicas para poder “invertir” en estos países: infraestructura básica (vialidad, oleoductos, hidroeléctricas), profesionales con conocimiento técnico, particular y limitado para que trabajen en sus corporaciones; y un segmento de la población con cierto poder adquisitivo para que puedan comprar sus productos. Es decir desarrollan el capitalismo en sus semicolonias hasta un límite, el cual les permita seguir dominándolas, extrayendo sus recursos y sirviéndose de estas relaciones para ampliar su poder. El Ecuador no se desarrolla en base al interés de su pueblo, ni siquiera de su burguesía, sino de las potencias extranjeras. Es importante comprender que lo que producimos y compramos está marcado por este factor. Continuamos siendo un proveedor de materias primas donde pasamos del cacao, al banano, al petróleo y actualmente se le apuesta a la minería. Un paraíso para la exportación de capitales y de mercancías provenientes de las metrópolis.
Conformación de la burguesía compradora y burocrática
En el proceso de dominación económica y política que configura el imperialismo en los países atrasados, encuentra un cómplice muy importante, que se encarga de hacer que fluyan estas relaciones y de las cuales se beneficia constantemente. El capitalismo burocrático genera una burguesía entregada en cuerpo y alma al imperialismo, una élite local que funge como intermediaria de sus operaciones.
La burguesía europea se fue gestando en el sistema feudal a través de un proceso de acumulación originaria basada en: las ganancias que obtenía por sus actividades comerciales, la expropiación violenta de la tierra a los campesinos, y el desangre de las colonias. Esta clase fue acumulando capital y se hizo del poder para acabar con las relaciones feudales que constituían una traba para su desarrollo. Realizó revoluciones burguesas que le permitieron desplazar del poder político a la nobleza y a los terratenientes, configurando un Estado acorde a sus intereses. Este poder representó la palanca necesaria para un desarrollo más veloz de las fuerzas productivas tomando como base la producción, el desarrollo industrial. Utilizaron además el Estado para instaurar medidas que permitan fortalecer sus países y convertirlos en potencias. Estos países donde se da la revolución burguesa generan una burguesía nacional, independiente, que vela por sus propios intereses.
En cambio en los países dominados se desarrolla una burguesía con diferentes características, fruto del capitalismo tardío en el que nace. Las élites locales no cuentan con una base de acumulación originaria de capital, ni tampoco crecen tomando la producción, el desarrollo industrial, como su elemento constitutivo más importante. Son más bien una suerte de burguesía intermediaria, transaccionista, que se encarga de servir de enlace entre el imperialismo y el mercado de los países dominados, tiene el centro de su avance en el acaparamiento de la tierra, la agro-exportación, y la importación de bienes. Los terratenientes ecuatorianos fueron mutando y convirtiéndose en burgueses agrarios, especialmente en la costa, mientras en la sierra esta evolución aconteció más lentamente. Es decir no son liquidados los terratenientes sino que estos evolucionan al amparo del imperialismo. Una burguesía intermediaria que exportaba productos primarios y servía de canal para la introducción de los productos de los grandes monopolios extranjeros. El desarrollo de la banca privada ayudó a la consolidación de estos grupos.
Los grandes consorcios como el del Banco del Pichincha, Grupo Proinco, Consorcio Nobis, Corporación La Favorita, Banco de Guayaquil, Grupo Eljuri, Exportadora Noboa, Grupo Isaías, Dassum, El Rosado y Pronaca, son los principales monopolios del país y su actividad se centra en la agro-exportación, importación de productos y comercialización, industria de alimentos, aseguradoras, banca, ensambladoras de autos, centros comerciales e industria del entretenimiento. No tiene su centro en actividades industriales, puede desarrollar algunos elementos de industria ligera pero absolutamente nada en cuanto a la industria pesada.
Pero además el capitalismo burocrático genera una burguesía burocrática que utiliza el Estado como palanca de ascenso económico, es la que se sirve de los contratos, negociados y la posición privilegiada que le da éste, para acumular capital y acrecentar sus ganancias. El control del Estado, mediante la dirección del gobierno, hace que estos grupos se consoliden y puedan fortalecerse dentro de la clase burguesa como una fracción más. El gobierno de Correa es una clara representación de ello, las familias y los altos funcionarios, además de los aportantes a la campaña, extraen sus jugosas ganancias del reparto de la torta estatal.
Es importante remarcar que la burguesía no es una clase homogénea sino que dentro de ella existen diferentes capas o fracciones con intereses particulares, lo que les puede hacer entrar en pugnas momentáneas en cuanto a la administración del Estado, leyes, políticas económicas, manejo de varios ámbitos de la superestructura, etc. Estas pugnas son desacuerdos momentáneos ya que coinciden en los ejes esenciales en cuanto a la economía y política. Un ejemplo de esto puede ser las pugnas que se dieron entre varios sectores de la burguesía compradora (Consorcio del Pichincha, Grupo Isaías) con el gobierno actual en torno a la ley de comunicación, donde los primeros querían mantener el monopolio de los medios masivos en manos privadas, y la burguesía burocrática representada por el gobierno pretendía hacerse fuerte con el control de algunos canales, radios y medios impresos.
También se habla mucho del carácter nacional de la burguesía ecuatoriana, ello caducó en el momento en que el Imperialismo se consolidó a nivel mundial. Así estas burguesías perdieron cualquier papel progresista y revolucionario, convirtiéndose en un apéndice de la burguesía de las potencias industrializadas.
Un país pequeño burgués
El capitalismo burocrático se configura en países donde la industria no se halla lo suficientemente desarrollada, lo que genera un importante porcentaje de mediana y pequeña producción y comercio. La pequeña propiedad resulta un fenómeno pasajero entre el feudalismo y el sistema capitalista, está destinada a desaparecer, pues el proceso de concentración es cada vez mayor y a la vez el capitalismo necesita proletarizar a los pequeños campesinos y artesanos para explotar su mano de obra, es la condición de obrero libre de la que habla Marx: libre en dos sentidos, de vender su fuerza de trabajo a quien lo desee, y libre por estar desprovisto de medios de producción. En Europa, Estados Unidos y otros países donde se desarrolla este capitalismo avanzado, las formas de pequeña propiedad, producción y comercio fueron desapareciendo, hasta convertirse en un factor aislado. A su vez en los países oprimidos por el imperialismo ello no se efectuó de tal manera, sino que las formas de pequeña producción y comercio continuaron siendo un aspecto fundamental de su economía.
La fórmula fundamental del proceso de producción capitalista es D-M-D´. Lo que significa que la producción capitalista implica poseer dinero, invertirlo en la producción comprando materias primas, instrumentos de trabajo, y mano de obra, para realizar mercancías y venderlas en el mercado para obtener más dinero del invertido inicialmente, ese dinero extra sale del trabajo no remunerado al obrero, que es la plusvalía. Es decir es un proceso de producción basado en obtener ganancia.
En nuestros países se recrean de manera importante formas de economía mercantil simple, que es una modalidad previa de producción de mercancías, donde el móvil no es la ganancia sino cubrir las necesidades de los productores directos. Su fórmula es M-D-M, que significa producir mercancías, cambiarlas por dinero (es decir venderlas) y posteriormente con ello comprar otras mercancías para satisfacer las necesidades básicas de esos productores. Básicamente una economía de autosubsistencia.
En países como el Ecuador, los rasgos de la economía mercantil simple son abundantes, los encontramos en los artesanos, pequeños campesinos, pequeños productores, y pequeños comerciantes, en los cuales su actividad está ligada no a la ganancia en base a la extracción de plusvalía (o la realización de ésta) sino a canjear su producción por otros elementos necesarios para seguir reproduciendo su existencia.
Los datos sobre pequeña producción son bastante claros para que comprendamos que éste no es un rasgo aislado de nuestra economía. Las empresas pequeñas en el Ecuador (de una a nueve personas ocupadas) reúnen el 95,4% de establecimientos económicos y registran el 44% de trabajadores a escala nacional. La mayoría de la población en edad de trabajar está enrolada en este tipo de actividades. En las ciudades predominan los pequeños negocios que son aprovechados por el imperialismo y la gran burguesía para comerciar sus productos sin necesidad de generar vínculos laborales. En el campo el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. La pequeña burguesía se encuentra en quiebra permanente. Las empresas pequeñas son las que menos ventas totales reportan a escala nacional, ya que generan apenas el 16,4% de las ventas totales realizadas en el país, mientras que las grandes empresas facturan el 44,1%.
Un precario desarrollo de la industria ligera y la inexistencia de industria pesada
Mientras los países imperialistas cuentan con un gran desarrollo de las fuerzas productivas. En nuestros países ello no ha podido efectuarse, fruto de la dependencia a la que estamos sometidos. Las potencias desarrollan la industria ligera pero especialmente la industria pesada. El factor dominante en este ámbito le corresponde a la industria pesada puesto que implica la producción de medios de producción, es decir las máquinas necesarias para la producción de artículos derivados de la industria ligera, y sin los cuáles ésta no podría existir. El control sobre los procesos productivos a nivel mundial y la acentuada división internacional del trabajo obedecen entre sus causas a esta monopolización de la producción de medios de producción, que implica la monopolización también de la ciencia, la técnica y la tecnología.
Si en el Ecuador se quiere producir un ítem cualquiera, se requieren máquinas, y éstas no se producen en el país sino que hay que importarlas. En los países donde se desenvuelve el capitalismo burocrático no existe industria pesada, y la industria ligera no está lo suficientemente desarrollada. En nuestro país tenemos una producción industrial concentrada básicamente en la industria textil, de alimentos, ensamblaje de automotores, etc.
El empleo manufacturero representa el 11% del empleo a nivel nacional. Por otro lado, la actividad de explotación petrolera, dentro del sector minas y canteras, genera apenas el 0.5% del empleo nacional. El empleo está concentrado en sectores manufactureros de baja tecnología, y su composición casi no ha variado desde el año 2000 (72%). En el Ecuador, el 13.3% de las empresas industriales corresponden al sector de la gran industria. El sector de la mediana empresa industrial representa el 19.9% del total de empresas del País. El mayor número de industrias se concentra en las pequeñas (43.2%) y micro industria (23.6%). Debe anotarse que el gran grado de informalidad puede alterar el resultado
El escaso desarrollo industrial del país también ocasiona altos índices de desempleo y subempleo, que en conjunto llega al 50%. Entendiendo que estas estadísticas incluyen en sus números un desempleo encubierto. El escaso desarrollo productivo hace que el Estado sea uno de los principales empleadores llegando a representar prácticamente el 20% de la Población Económicamente Activa. La mayoría de personas deben buscarse los medios de subsistencia por cuenta propia y sin ninguna garantía laboral.
Los apologistas del capitalismo sustentan que países como la India, Brasil o México han desarrollado su industria, puesto que la producción fabril ha crecido exponencialmente. El asunto es comprender a quién corresponden esas empresas, quiénes son sus dueños, que generalmente bajo la figura de exportación de capitales, son las mismas potencias imperialistas. No se ha desarrollado la “industria nacional”, sino que las mega-corporaciones las han instalado en esos países para obtener mayores ganancias gracias al bajo costo de la tierra, la débil legislación laboral, y el bajo costo de la mano de obra.
El problema agrario: la persistencia de la semi-feudalidad en el campo
“Los partidos burgueses y reaccionarios se asombran extraordinariamente de que, de pronto, los socialistas [comunistas] pongan ahora y en todas partes a la orden del día el problema campesino. En realidad, debieran asombrarse de que esto no se haya hecho ya desde hace mucho tiempo. Desde Irlanda hasta Sicilia, desde Andalucía hasta Rusia y Bulgaria, el campesino es un factor esencialísimo de la población, de la producción y de poder político.” Marx carta a Engels.
El problema agrario manifiesta una resolución distinta en los países donde se consolidó el capitalismo, y los países donde se desarrolla este capitalismo tardío al que denominamos burocrático. En el primer caso tenemos los países donde la revolución burguesa se consolidó en el lapso que va desde el siglo XVII hasta las primeras décadas del siglo XX. Se realizó de diversas formas:
- Revolución que termina con un pacto entre burguesía y terratenientes (Inglaterra en 1669, pero al mando de la burguesía);
- Revolución burguesa que elimina la nobleza (Francia a partir de su revolución de 1789);
- Resto de países de Europa occidental que siguieron el ejemplo francés: Suiza, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Austria, Dinamarca;
- “Vía norteamericana” de transición al capitalismo por parte de antiguas colonias de poblamiento: EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda;
- “Vía prusiana” de transición al capitalismo: Alemania, Italia, Japón.
En estos países se llevó a cabo la resolución del problema agrario desde el capitalismo, es decir se liquidaron las relaciones feudales a través del reparto de la tierra a los campesinos, o su expropiación violenta refrendada por el Estado para que la burguesía emergente se provea de las mejores tierras. El problema de la tierra es un asunto democrático en la transición del feudalismo al capitalismo, pues los campesinos clamaban por abolir las relaciones serviles a las que estaban sometidos y clamaban por tierra, ello fue aprovechado por la burguesía para atraerse al campesinado en su lucha contra los terratenientes, alianza que fue clave para la obtención del poder político. El proceso de reparto de la tierra dirigido por la burguesía y bajo las leyes de la producción y la competencia lleva a la prevalecencia de los más fuertes, concentrando así la tierra la burguesía e imponiendo formas de explotación capitalista donde los campesinos son convertidos en obreros asalariados.
Según esta división que realiza Víctor Martin[7] , algunos países de Europa no cumplieron cabalmente con esta revolución agraria, como por ejemplo Grecia, Portugal y España, donde en algunas regiones de estos países subsiste la semi-feudalidad.
En la URSS, China y algunos países del Este de Europa se resolvió el problema campesino, no sólo se repartió la tierra (reforma democrático-burguesa), sino que se dieron procesos cooperativistas y colectivistas que liberaron a los campesinos de las formas milenarias de opresión terrateniente y burguesa. Lamentablemente con los procesos contrarrevolucionarios ejercidos en esos países, a partir de la restauración del capitalismo se dio una involución que permitió la reconcentración de la tierra y retroceder en la resolución del problema agrario.
Existe otro grupo de países donde la semi-feudalidad subsiste y es un rasgo fundamental de las relaciones de producción en el campo. Tenemos básicamente tres grupos:
- El primero son países donde se mantiene la semi-feudalidad, y las reformas agrarias impulsadas desde el Estado no han resuelto tal problema (Ecuador, India, Perú, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Egipto, Irán, Irak, Siria, Cuba, Vietnam, Nicaragua).
- El segundo, son países como Taiwan y Corea del Sur donde se dieron reformas agrarias fruto de la derrota de Japón en la II Guerra Mundial.
- Y el tercer caso, países semicoloniales en los que no se han dado procesos de reforma agraria, pero donde está comenzando a tomar importancia la cuestión de la tierra: países semicoloniales menos agrarios (Argentina, Uruguay, Tailandia, Malasia, Turquía) , y países semicoloniales agrarios muy atrasados (Burkina Faso, Costa de Marfil), América Central y Caribe (Haití, República Dominicana, Belice).
Estas relaciones se mantienen en la actualidad. Mariátegui abordaría esta problemática históricamente, confiriendo su base a la forma cómo fuimos colonizados, lo que repercutió en mantener hasta la actualidad subsistente el problema agrario. Sentaba una diferenciación entre América del Sur y América del Norte, en el primer caso argumentaba que la “América española fue conquistada bajo los efectos y métodos de un espíritu y una economía que declinaban ya”[8] .
Que fuimos conquistados por una pandilla burocrática-militar-clerical que saqueó nuestros recursos minerales, exterminó la fuerza laboral basándose en relaciones de producción esclavistas y feudales, y no explotó la riqueza agrícola. Mientras en el segundo caso argumenta que los Estados Unidos fueron colonizados de otra forma, por una potencia en ascenso como Inglaterra, con pioneers (colonos) que ocuparon la tierra para hacerla producir e incorporar a la fuerza laboral a esa actividad.
La semifeudalidad es una de las características claves para entender cómo se desarrolla el capitalismo burocrático en los países atrasados. “La semifeudalidad significa que el campesino sigue atado a la tierra por múltiples procedimientos extraeconómicos, para que el gran propietario no tenga problemas en cuanto a la disposición absoluta de mano de obra abundante, superexplotada y a bajo coste”. [9]
Las formas básicas en las que se recrea la semifeudalidad en el campo son las siguientes:
- A nivel de relaciones de producción se pueden dar dos formas: mediante la aparcería o el peonaje. En la aparcería se da a través de la renta de la tierra al campesino, donde entrega una parte de su cosecha a la hacienda y generalmente no trabaja sólo él sino su familia también. En cuanto al peonaje se dan dos formas, los peones acasillados y los temporales. En el primer caso el campesino vive y trabaja en la hacienda a cambio de una parcela, alimentos y un salario, es una prestación personal que se compensa con dinero, tierra y productos. En el segundo caso, el campesino no es un trabajador libre sino que está atado a la tierra a través del endeudamiento, es decir trabajan temporalmente en temporadas de producción y cosecha, a veces se les paga con un pedazo de tierra, dinero, o en especie. Las formas más utilizadas de coacción extraeconómica son: los sistemas de enganche, el trabajo gratuito a destajo, el salario en especie, el trabajo temporal, y el patronazgo o cacicazgo.
- En cuanto al desarrollo de las fuerzas productivas en países donde subsiste la semifeudalidad este es escaso, especialmente para los pequeños y medianos propietarios, quienes no cuentan con el abastecimiento y acceso a materias primas e instrumentos de trabajo (tractores, fertilizantes, herramientas de trabajo). En las grandes propiedades las primeras formas de explotación de la tierra se basaron en el cultivo intensivo, es decir ampliar el territorio sin innovar la técnica. Con la articulación cada vez más intensa de nuestros países al mercado mundial como proveedores de alimentos (carácter agro-exportador) la burguesía agro-exportadora tecnificó algunos sectores, para una producción más veloz y que le permita tener mayores ventajas competitivas; los campesinos que trabajan en estos espacios son ahora obreros agrícolas, aunque dentro de estas haciendas capitalistas se den varias formas de coacción extra-económica como el endeudamiento, y que su vida transcurra dentro de las haciendas como en las bananeras del Grupo Noboa, donde hay escuela, tienda de víveres, venta de licor y demás, y donde no sólo es explotado el productor directo sino su familia también.
- La semifeudalidad subsiste en la dicotomía minifundio/latifundio sobre la propiedad de la tierra. Es decir co-existen la pequeña y mediana propiedad con la gran propiedad. Las mejores tierras siguen en manos de los terratenientes, y las perores, las más marginales, y las que están ligadas generalmente al consumo interno son para los campesinos.
A continuación exponemos algunos datos que nos hablan de este factor en el campo ecuatoriano, basado en los datos oficiales del Censo realizado por el gobierno actual en el año 2011:
• El minifundio es una de las formas de propiedad principales en el país. Las propiedades que poseen menos de una hectárea representan el 29,5% del total de unidades productivas (UPAs), sumando 95 834 hectáreas, y sólo poseen el 0,77% del total de tierra del país.
• Las propiedades que poseen de una a cinco hectáreas llegan a representar el 43% del total de UPAs, totalizando el 2,77% del total de la tierra. Es decir el 72,5% de UPAs poseen de cero a cinco hectáreas, y apenas concentran el 3,5% del total de la tierra. Los propietarios que poseen de 5 a 10 hectáreas representan el 12% de UPAs, contando con el 5,5% de la tierra.
• El 18% de la UPAs son aquellas que van de 10 a 50 hectáreas entre las que se podrían ubicar los campesinos medios, los cuales poseen el 27% de las tierras. Las propiedades que tienen entre 50 a 100 hectáreas representan el 4% del total de UPAs, y poseen el 18% de la tierra. De 100 a 200 hectáreas son el 1,53% de UPAs, y controlan el 13,5% de la tierra. Las UPAs que poseen de 100 a 200 hectáreas concentran el 29% de la tierra y sólo comprenden el 0,78% de propietarios. Es decir, los propietarios que tienen entre 50 y 200, concentran el 60% de la tierra. Estos son datos que revelan el alto grado de concentración, el cual no va a ser superado por el gobierno actual dada su ligazón con los terratenientes y agro-industriales.
• El 7% de los propietarios controla el 60% de las tierras cultivables y se mantiene la alta concentración del agua de riego en manos privadas: el 86% de las unidades de producción agrícola (UPA) con sistemas comunitarios tienen el 22% de área regada y sólo el 13% del caudal, mientras que el 1% de UPAs de propiedad privada tienen el 63% de área regada y un caudal del 64%.
La concentración de la tierra y el agua busca ser posicionado como un problema que lo puede resolver el mismo Estado
Dos vías han primado en la evolución del problema agrario. Por un lado tenemos a lo que Lenin denominaría Vía Junker, es decir la lenta transformación de los terratenientes en burgueses agrarios. A diferencia de Europa donde se liquidó la feudalidad con el triunfo de la burguesía, en los países dominados los primeros burgueses son precisamente los terratenientes o su descendencia. Este camino mantiene la semifeudalidad aunque anclándola con formas más capitalistas. La segunda vía consiste en la confiscación de la tierra del terrateniente, sin pago ni indemnización. Este camino significa en el plano político la organización del campesinado y su lucha directa por la conquista de la tierra. Las reformas agrarias dirigidas por el Estado han pretendido sofocar mediante legalidad este aspecto, entregando pequeños retazos de las peores tierras a los campesinos pobres o sin tierra, y manteniendo la gran propiedad y las relaciones que se levantan sobre ella. La obtención de la tierra sin lucha, infunde en el campesinado un pensamiento burocrático, encasillándole en trámites administrativos que no van a resolver el problema de raíz. Actualmente el campesinado ecuatoriano, aparte de las formas de explotación descritas anteriormente, enfrenta otras como el grave problema de acaparación del agua por parte de agro-industriales y terratenientes y la industria extractiva especialmente la mega-minería.
La importancia de las clases sociales
El marxismo señala claramente que el proletariado es la clase más revolucionaria de la historia porque lucha contra la raíz de toda explotación: la propiedad privada de los medios de producción. En países como el nuestro esto se mantiene, pues si bien no constituye la clase mayoritaria (es menor al 15% de la población económicamente activa), bajo su programa es como pueden liberarse consecuentemente las otras clases o grupos sociales.
Muchos intentos han existido desde la intelectualidad reaccionaria y el reformismo de opacar o reducir el papel de vanguardia del proletariado y conferirle éste a la burguesía, a las masas indígenas, a los “movimientos sociales”, o a la “sociedad civil”. En la cademia son usuales las demagógicas declaraciones de posmodernos disfrazados de marxistas que dicen que hay que buscar “el sujeto revolucionario”, negándole este papel al proletariado. El asunto es que ha excepción del proletariado ninguna otra clase nos puede ofrecer un tipo de sociedad sin explotación. La burguesía perdió todo carácter progresista y revolucionario hace mucho tiempo, más aún en la época actual donde es un simple apéndice del imperialismo.
Al ser el proletariado una clase minoritaria, debe atraerse en su lucha contra el capitalismo a otras clases y grupos sociales oprimidos por éste. Incorporar a los campesinos pobres, sin tierra, a los semi-proletarios, a las masas de pequeños propietarios y pequeños comerciantes, a las mujeres, a los estudiantes, y luchar contra quienes retrasan el desarrollo social: imperialismo, burguesía burocrática y compradora y terratenientes. Este es un punto estratégico al que nos referiremos con mayor profundidad en otro número.
¿Por qué es el capitalismo burocrático un concepto clave para comprender científicamente la realidad ecuatoriana?
Porque el capitalismo burocrático es la categoría más precisa para comprender la formación social ecuatoriana. Tomar esta concepción significa cuestionar las visiones que han predominado en la izquierda ecuatoriana, y que he llevado a que ésta caiga en errados análisis y prácticas reformistas que han ahogado la lucha revolucionaria en el fango electoral. Es luchar contra las visiones desarrollistas que manifiestan de manera demagógica que la transformación de nuestro país depende de adoptar las pautas y comportamientos de los países industrializados, en copiar modelos económicos, o recrear recetarios, desconociendo el papel de nuestro país en la división internacional del trabajo, el carácter servil y obediente de la burguesía, y el dominio imperialista. Es bregar contra las concepciones de que existe una burguesía nacional que puede cumplir las tareas democráticas que no han podido ser resueltas históricamente (problema agrario, industrialización y el proceso de dominación). Además es un desafío ante enunciados como los que sostienen los teóricos de la dependencia.
Sobre la burguesía y la caducidad de su papel progresista, y cómo las tareas democráticas recaen en el proletariado, José Carlos Mariátegui manifestaba en el Programa del Partido Socialista Peruano:
“La economía pre-capitalista del Perú republicano que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa y por las condiciones nacionales e internacionales que han determinado el lento avance del país por la vía capitalista, no puede liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado a los intereses capitalistas, coludido con la feudalidad gamonalista y clerical, de las taras y rezagos de la feudalidad colonial. El destino colonial del país reanuda su proceso. La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias, solidarias con la lucha antiimperialista mundial. Sólo la acción proletaria puede estimular primero y realizar después las tareas de la revolución democráticoburguesa que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir” [10]
Asumir que el Ecuador es un país donde se desenvuelve el Capitalismo Burocrático significa aceptar su carácter semicolonial, semifeudal y precapitalista, no como elementos aislados, sino como condiciones constitutivas y sustanciales, que coexisten junto a relaciones de producción y formas de dominación capitalista.
Adoptar el capitalismo burocrático es desprenderse de posiciones idealistas, es aterrizar el comunismo. Es darle salida a cómo construir una economía y una política diferentes. A los comunistas se nos cuestiona que cuál es nuestro método. La teoría del capitalismo burocrático reconoce que una economía como la nuestra, en sus principales sectores económicos, no podrá ser colectivizada de la noche a la mañana, sino que para lograrlo habrá que cumplir varias tareas democráticas bajo la dirección del proletariado en alianza con otras clases explotadas.
Comprender la teoría del capitalismo burocrático implica trazar una correcta línea estratégica de construcción en un país como el nuestro. Nos planteamos este análisis no simplemente con un afán teórico, sino especialmente práctico, que éste contribuya a un proceso de emancipación concreto tomando como base las características y condiciones históricas, económicas, sociales, políticas y culturales de nuestro país.
En posteriores números iremos profundizando sobre cada uno de estos aspectos, relacionándolos de manera directa con la economía, política y cultura ecuatoriana.
[1] Se entiende por formación social el desarrollo concreto de un modo de producción en un país determinado.
[2]Mao TseTsung. Revolución China y el Partido Comunista de China
[3]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
[4]Imperialismo: fase superior del capitalismo, paso del capitalismo de libre competencia a capitalismo monopolista que guarda cinco características fundamentales: monopolismo, exportación de capitales, predominio del capital financiero, reparto del mundo por parte de los monopolios y finalización de este reparto.
[5]Teoría desarrollada por Lenin que explica cómo el imperialismo gesta condiciones básicas para explotar a las colonias y semicolonias
[6]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.
[7]Martin Victor. Actualidad de la cuestión agraria en el mundo, viejo problema, nuevos enfoques.
[8]Mariátegui, José Carlos. Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana
[9]Serrano, Isidro. La semifeudalidad en México.
[10]Mariátegui, José Carlos. Programa del Partido Socialista del Perú
Entonces, debemos recuperar las 4000 hectáreas exyachay, mediante un proceso de toma de la tierra, si no de qué nos sirve contar con los datos de exclusión a la tierra ...quién si no nosotros; activistas, los sin tierra y proletariado lo hará?
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