El Bloque Proletario presenta el siguiente manifiesto ante las marchas convocadas por diferentes sectores de la oposición y el gobierno:
- Las marchas que se realizarán este jueves 13 de agosto han sido promocionadas por el oficialismo y la oposición como un enfrentamiento entre dos posiciones radicalmente distintas. Sería bueno pensar si tienen discrepancias profundas los grupos que encabezan y dirigen las movilizaciones. ¿Qué tantas diferencias puede haber entre Lasso o Nebot con Correa; o entre Andrés Páez, Lourdes Tibán y Mesías Tatamuez con la revolución ciudadana? La defensa de la democracia está presente en los dos discursos y ello no está alejado de la realidad pues oficialismo y oposición defienden el mismo tipo de democracia capitalista organizada para beneficiar a los grandes monopolios, corporaciones extranjeras y destinar unos cuantos cargos burocráticos para que los dirigentes de segundo orden hagan vida económica de la política. La misma democracia donde el pueblo simplemente representa un número para sus cálculos electorales, un pasivo sujeto que únicamente debe decidir entre qué sector lo va a gobernar. No estamos sino ante una polarización de fantasía, un antagonismo artificial ideado para enclaustrar al pueblo en los estrechos márgenes que la dominación capitalista requiere, una readecuación institucional que renueva las formas de dominación, pero que no las subvierte.
- El gobierno actual en ocho años al frente del Estado se ha festinado los ingresos petroleros con los precios más altos de la historia del país; nos ha endeudado hasta el cuello con los nuevos chulqueros del mundo, los bancos chinos; pretende despojar a los trabajadores de derechos legítimamente adquiridos a través de la lucha; está entregando nuestros territorios, ecosistemas, tierra, agua y bosques a las transnacionales mineras, petroleras, hidroeléctricas; ha limitado los pocos derechos que la democracia burguesa permite al pueblo; ha desarrollado una lógica mercantil, elitista y funcional en la educación, negando la posibilidad de estudio universitario a miles de jóvenes ecuatorianos; decenas de personas desaparecen día tras día en las calles sin ningún tipo de solución; controla todo un aparato de desinformación y propaganda permanente con el que manipulan la opinión pública; la economía de los sectores populares ha ido en detrimento, mientras el gobierno contiene la debacle vía bonos de miseria, y los grandes grupos monopólicos ligados al capital financiero nacional e internacional siguen acumulando riquezas. Todo esto ha sido realizado en complicidad no sólo de sus actuales aliados, sino de la izquierda tradicional que lo apoyó desde sus inicios.
- No hay que olvidar que el gobierno fascista de Correa es el hijo bastardo de la política oportunista de la izquierda reformista y del manejo mafioso del Estado por parte de una derecha tradicional que simplemente resguarda sus intereses económicos, y que produjo un desgaste de la institucionalidad del Estado que el gobierno actual ha refaccionado y oxigenado, modernizándolo para que cumpla de mejor manera con las variantes de acumulación de los monopolios locales e imperialistas.
- El objetivo de las movilizaciones no pasa por defender los derechos del pueblo arrebatados y pisoteados por el gobierno de la revolución ciudadana en estos ocho años, sino que pretende ir calentando motores con miras a la contienda electoral que se avecina en el 2017. Por ello las consignas fundamentales de las movilizaciones pasan por, en el caso del oficialismo defender su "proyecto"; mientras que en la otra orilla se pretende cerrar la posibilidad de la reelección indefinida. Obviamente el discurso de la oposición es barnizado con algunos temas de la problemática nacional actual, pero ello no es sino una excusa utilizada de la manera más ruin e hipócrita para ir ganando adeptos en la carrera electoral contra el gobierno.
- Las consignas de la oposición no sobrepasan una postura economicista, tibia y conciliadora. Los gritos de "Fuera Correa fuera" se diluyen en el discurso de los dirigentes sindicales e indígenas que manifiestan abiertamente que su interés no es desestabilizar al gobierno, sino buscar una salida democrática vía electoral para los problemas que se han suscitado. Tatamuez y sus compañeros no dudan en llamar al diálogo, receptando los coqueteos del gobierno de buena gana, simplemente afirman que debe ser un "diálogo honesto y en presencia de los medios de comunicación". Y bueno, cómo no dialogar con alguien al que anteriormente le sirvieron de catapulta y que fue su anterior jefe.
- La izquierda reformista no ha escatimado esfuerzos para unirse con los sectores tradicionales y reencauchados de la derecha ecuatoriana. Los representantes de los empresarios que explotan a los obreros que las centrales sindicales dicen defender, los representantes de los monopolios imperialistas que buscan explotar los recursos minerales del país que afectan a miles de campesinos, los dueños y capataces del país que se enriquecen a través de la banca y las mega construcciones, son esta vez interlocutores válidos y dignos para esta izquierda oportunista. Estos pseudo dirigentes buscan que sus acuerdos y diálogos con la burguesía no salgan a la luz, pero ello es cada vez más evidente. Andrés Páez, Jaime Nebot, Guillermo Lasso, Lucio Gutiérrez, Paúl Carrasco y Mauricio Rodas muestran su apoyo a las acciones del reformismo y realizan plantones los mismos días, hechos que lejos de ser casualidad, simplemente demuestran su coordinación con miras al reparto de cargos para las elecciones del 2017, donde la derecha pondrá el presidente, y regalará unos cuantos puestos de asambleístas a quienes se encargan de mover las fichas que ellos por su posición no pueden realizar.
- La conducta histórica de la falsa izquierda ha girado en torno a una dicotomía de apoyo-crítica a los gobiernos de turno, su práctica nunca ha trascendido ello, por más que adornen su discurso con el más incendiario panfletarismo. Para ellos el problema no va más allá del mandatario de turno y el apoyo a éste se basa especialmente en el número de cargos que les permita captar. Cuando se rompen los "acuerdos" con esos gobiernos o simplemente son desplazados, pasan fácilmente a la "oposición". Su crítica es a una forma de gobierno o modelo económico pero su cuestionamiento y práctica jamás sobrepasa ello, jamás adquiere un real sentido anti-capitalista y anti-imperialista.
- Sin duda alguna en las movilizaciones participarán individuos con una preocupación honesta y con un interés de mejorar sus condiciones de vida, nuestra crítica no es a la gente, sino a quienes manejan en la realidad concreta estos hechos.El problema de fondo es quién capitalizará estas movilizaciones, quién dirige el movimiento espontáneo de lucha contra el gobierno. No toda movilización sirve a los intereses del pueblo, por más que su composición sea popular. Hay que sobrepasar la ingenuidad y el espontaneismo coyunturalista que entrega en bandeja de plata a los arquitectos de la dominación los intereses de los sectores populares. El tiempo nos dará la razón, sin duda esto servirá simplemente para saciar los intereses electoreros de unos y otros y desarmar el descontento popular.
- Levantar la oposición al gobierno es una necesidad fundamental en el momento actual, pero esto no se logrará con organizaciones e individuos que históricamente se han aprovechado del descontento popular para treparse en él y llevarlo a derrotas permanentes. A “los doble discurso” como Tatamuez que vive en la dirigencia sindical durante décadas, a Tibán, Quishpe y Pérez, cómplices directos de la explotación transnacional minera, a Acosta, Larrea y demás que auparon al gobierno. ¿Acaso personajes como ellos pueden dirigir la oposición contra su antiguo patrón? La oposición no puede ser levantada por quienes apoyaron y catapultaron a este gobierno, por quienes defendían que es un gobierno patriótico, anti-imperialista, democrático y revolucionario, por quienes hicieron campaña y fueron cómplices en la aprobación de una serie de leyes y decretos que coartaron derechos fundamentales para los sectores populares. Acaso no recuerdan el papel del MPD, PSE y Pachakutic haciendo campaña por el gobierno y colaborando en la aprobación de leyes como la de educación superior; o de la CTE y el PCE en la aprobación de las leyes anti-laborales y los procesos de cooptación y criminalización. No están fuera del gobierno porque tengan intereses opuestos a él, sino porque fueron echados una vez que ya no representaban mayor utilidad para éste.
- La verdadera oposición popular sólo puede ser gestada por una nueva corriente revolucionaria que enfrente al gobierno pero también a lossectores de la derecha tradicional y reencauchada y a esa izquierda reformista que ha vivido parasitando y lucrando de la lucha social. Entendiendo además que la lucha contra el gobierno debe ligarse a la lucha contra el capitalismo y la dominación imperialista en el país. Esa nueva corriente emerge con el nombre de Bloque Proletario, misma que se levanta no para buscar elecciones, sino para construir procesos de conciencia y movilización política desde las bases, y que en los últimos ocho meses ha realizado varios plantones y marchas contra el gobierno.
- El Bloque Proletario pretende generar una nueva corriente revolucionaria, un nuevo polo de referencia de la lucha social en el Ecuador. Que trascienda y se diferencie de la izquierda tradicional oportunista. Que pueda dinamizar la lucha reivindicativa de los sectores populares y que los ligue a un compromiso revolucionario por remover los cimientos de la sociedad burguesa hasta lograr su derrocamiento. Y que precisa como objetivo inmediato levantar la oposición popular genuina, honesta y consecuente ante el gobierno actual como un representante del imperialismo y los sectores monopólicos internos.
¡Por el desarrollo de una nueva corriente revolucionaria en el país!
BLOQUE PROLETARIO DE ECUADOR
Suscriben: Movimiento Vientos del Pueblo - Coordinadora Campesina Popular - Revuelta Estudiantes Organizándose - Asociación de Centros Culturales Arte y Libertad - Voces de Libertad - Rap Resistencia - Luna Roja
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